Luciano De Cecco, capitán de la Selección argentina de vóley, reveló que sufrió depresión y llegó a tener pensamientos suicidas tras conquistar la medalla de bronce en los Juegos Olímpicos de Tokyo 2021.
Luciano De Cecco, capitán de la Selección argentina de vóley, reveló que sufrió depresión y llegó a tener pensamientos suicidas tras conquistar la medalla de bronce en los Juegos Olímpicos de Tokyo 2021.
"Quería ser perfecto dentro de lo imperfecto y después de Tokio exploté. Estrés postraumático derivado en depresión, no me acuerdo bien el diagnóstico. Durante ocho meses vi negro", contó.
"Volvimos de Tokio, hicimos la cuarentena y volví a Europa, al club. Paso una semana bien y empiezo a soñar raro, que me comían cocodrilos, cosas así. Me despertaba con taquicardia. Pasó una, dos, tres veces hasta que me daba miedo dormir. Me empecé a dormir a las seis, después no me dormía, tenía miedo de dormir con la luz apagada. Fui con un psicólogo y me diagnosticaron eso", agregó en diálogo con Clank Media.
Mientras seguía compitiendo Lube Civitanova de Italia, De Cecco inició un tratamiento con su psicoanalista, pero no le sirvió: "Terminaba la charla y me sentía peor".
"No lo sabía nadie. Iba a entrenar, jugábamos, ganábamos partidos, pero yo volvía a mi casa y me quedaba encerrado. Mi técnico se dio cuenta y me invito a cenar para preguntarme qué me pasaba. Yo no sabía decirle o no, no quería que se entere mi familia porque estaban a miles de kilómetros. Se lo dije pero le pedí que no le cuente a nadie. Iba casi sin dormir a entrenar", recordó.
Posteriormente, explicó cuales fueron las claves para salir adelante: "En ese momento sentís que te estás muriendo y los demás no existen. Después conocí a una chica, jugadora de vóley, y empecé a sentirme mejor, pero lo que mejor me hizo fue una charla con otros desconocidos, todo anónimo por Zoom".
"Empecé a seguir algunos tips, me autodediqué a algunas cosas, le di menos importancia al vóley y más a mí. Me di cuenta de que el vóley no era todo, algo que creí durante 14 años. Ahora tengo una relación con mi familia más fuerte, más amigos", añadió.
"Nunca tomé medicación, no me gusta. Aparte era doping y yo tenía que seguir jugando. Ganamos la Copa Italia, llegamos a semifinal de Champions, salimos campeones y en el vestuario festejando les conté a todos los que me había pasado. Estaban todos blancos, algunos se enojaron porque no me abrí con ninguno", prosiguió.
Por último, reveló que en su peor momento de salud mental llegó a tener pensamientos suicidas y dijo: "Yo soy parte de los que no hablan de salud mental pero invito a todos a que hablen. He tenido pensamientos suicidas, hasta me compré unas pastillas por si acaso. Llegué a tocar el punto más bajo".
"Las tengo todavía en mi casa, nunca las voy a tocar, ahora me mudé y las puse en una caja pero me las llevo. Me hacen dan cuenta de cuánto valoro la vida, me hacen tratar de dar cuenta de que donde estuve no voy a volver a estar. Pero las voy a tirar. Era una excusa para autoconvencerme de que tenía que seguir trabajando en mí mismo para no volver a estar como estuve ante. Estoy seguro de que no me va a volver a pasar", sentenció.