(Enviado Especial a Doha, Qatar)
La imagen de la "corajeada" en los dos goles de la final con Holanda son un fiel reflejo de su grandeza. Fue duro con la selección y se le escapó un lagrimón cuando se acordó de su amigo y compinche en la cancha.
(Enviado Especial a Doha, Qatar)
Le pusieron el Matador y nunca más acertado ese apodo. Estuvo cerca de jugar en Boca en el 73 y Alberto Jota Armando, el presidente de ese entonces, dijo que no porque “en la Candela, como ése, tenemos varios”. Confiesa que nunca pudo tocar la copa del mundo, siendo que fue el goleador argentino y la figura de ese Mundial de 1978. “El Gaucho –por Passarella- no me la dejó tocar, esa noche no pude y al día siguiente ya se la habían llevado”, contó el hombre que marcó aquellos dos goles ante Polonia (ojalá le transmita esos genes a alguno de los delanteros argentinos para el partido del miércoles que viene) y los dos de la final con Holanda que nos dio el campeonato de la mano del Flaco Menotti.
Mario Kempes habló con El Litoral. En realidad, antes fue muy duro con la selección. “Los partidos nunca se ganan antes de jugarlos”, arrancó. Y después, dijo que “Argentina sobró un poquito al rival, fueron muy cancheritos en algunos momentos y lo pagó. Ahora hay que ponerse otra vez el mameluco de laburo, olvidarse que son las figuras y los elegidos de todos como candidato a ser campeones del mundo. Hay que empezar de cero”, dijo el Matador.
“Argentina sobró al rival y parecía que era un partido más fácil de lo que se vio. En el primer tiempo tampoco jugamos bien, pero faltó ser más rápidos en la habilitación para no quedar en posición adelantada”, fue otro de los conceptos de este hombre que se convirtió, en 1974, en una gran promesa; que al año siguiente jugó la Copa América en un equipo integrado casi en su totalidad por jugadores de la provincia de Santa Fe (Kempes jugaba en Central y había varios de Unión y Colón) y que luego se fue a gritar goles a Valencia, donde alcanzó el rango de ídolo.
-Mario, vengo de Santa Fe y te voy a nombrar a alguien con el que compartiste muchos momentos, adentro y afuera de la cancha: Leopoldo Luque…
(Se emociona) –Ufff… Leo era un delantero que te abría espacios, era uno de esos “9” antiguos, que aguantaba la pelota perfectamente afuera del área, y que si le tirabas una pared, a veces te la devolvía y a veces pateaba al arco… (risas)
-¿Cómo te enteraste de su muerte?
-Tenemos un chat con todos los compañeros, nos fuimos enterando poco a poco de lo que iba pasando con su salud porque en ese grupo estaba su esposa… Compartimos en Mendoza, con la gobernación, un trabajo con los chicos, una escuelita de fútbol, y la verdad es que lo sentí mucho.
-¿Sentís que no es lo suficientemente valorado aquél logro del 78?
-No lo veo así, para mí es valorado… Lo que pasa es que después vino otro, el del 86, que tapó un poquito el nuestro. Pero siempre el primero cuesta un poco.
-¿Y Argentina?
-Hasta el partido del otro día, la veía bien. Lo que había hecho hasta el momento había sido fenomenal.
-Dependencia de Messi: ¿sí o no?
-Dependemos de un equipo de 26 jugadores que van a tener que ayudar a Messi para que Messi sea el mejor.
-¿Y ahora?
-Ahora hay que ponerse el mameluco de laburo, no queda otra. Ganar la Copa América sirvió para que los jugadores se saquen la mufa de encima, pero un Mundial es otra cosa. Y lo de este martes es la prueba irrefutable… Volviendo a tu anterior pregunta, Messi ha llegado bien, inspirado, hizo goles en Francia y está en una muy buena edad para salir campeón. Ojalá lo consiga.
-¿Hay un candidato?
-Argentina, Brasil… Pero ya ves lo que pasó con nosotros…
-La última, ¿ves alguna innovación táctica en este Mundial?
-El fútbol fue, es y será siempre 11 contra 11… Tácticamente no veo cambios, a no ser que no juegues con un “9” o que pongas dos “9”, pero el fútbol es el mismo y no hay cambios.