(Enviado Especial a Doha, Qatar)
Piden 5.000 dólares por un ticket y nadie está dispuesto a pagar semejante precio. Se rumoreó que se iban a poner a la venta 10.000 localidades, pero hasta ahora no ocurrió.
(Enviado Especial a Doha, Qatar)
“Queremos comprar entradas pero no en la reventa ni mucho menos pagar 5 o 6 mil dólares que es lo que nos están pidiendo”. La frase no se la puede ni debe atribuir a uno, sino a todos los argentinos que pugnan por conseguir el ingreso al estadio Lusail este domingo, cuando se juegue la gran final entre Argentina y Francia.
Joaquín Beltramo es un santafesino del barrio de Guadalupe que llegó para ver la parte final del torneo y busca su lugar en Lusail. “Me largué a esta aventura, el viaje no fue fácil ni cómodo, llegué para la semifinal con Croacia y ahora estoy buscando mi lugar en el estadio para el domingo. Le agradezco a mi familia por el apoyo que me dieron y a mi esposa, que fue la primera en decirme que venga a Qatar”, señaló a El Litoral este jugador de Liga Santafesina, que sabe que está en la antesala de un día que lo va a marcar para toda la vida, sea cuál sea el resultado.
Con calma pero reclamando que alguien pueda hacer algo por ellos, los argentinos se agolpaban sin provocar desórdenes frente a la puerta del hotel en el que hay algunos dirigentes de Afa y también de Fifa.
“Sabemos que hay gente de la embajada que tomó cartas en el asunto. Nosotros no queremos ir a la reventa porque piden barbaridades. Soy consciente de que voy a tener que pagar más de 1.000 dólares, pero no lo que están pidiendo”, señaló otro argentino, oriundo de Balcarce, que estuvo en todos los partidos. “Yo no tuve problemas, compré todos los partidos que podía jugar Argentina saliendo primera en el grupo, así que ví los seis. Pero cuando quise comprar el de la final, no me lo permitía”, señaló a El Litoral.
A todo esto, una chica portaba un cartel que reclamaba la venta de entradas pero al valor oficial. A propósito, los valores son dispares de acuerdo a la ubicación en el estadio, pero para un partido de esta naturaleza se decía que no iban a bajar de 600 o 700 dólares.
Lusail tiene una capacidad para 90.000 espectadores y en todos los partidos que se jugaron allí, la concurrencia superó los 84.000. En el último que jugó Argentina, ante Croacia en semifinales, rondó en los casi 89.000.
También El Litoral se cruzó con Daniel Arditti, quien, en compañía de su hijo Aby, se acercó hasta el hotel para buscar lo que todos quieren y no se consiguen: entradas para la finalísima del domingo.
Mientras El Litoral hacía “guardia” junto al resto de los argentinos en la puerta del hotel ubicado en la zona de Corniche, muy cerca de Souq Wakif, salió una persona con una camiseta roja con la inscripción de Canadá. Lo primero que hizo fue ofrecer entradas en reventa. ¿El valor?, 5.000 dólares. La gente comenzó a abuchearlo, se arremolinaron en torno a él y la policía apareció rápida e imprevistamente en ese justo momento para llevárselo con ellos al sector donde habían estacionado un par de patrulleros.