Miércoles 14.12.2022
/Última actualización 12:25
El 22 de noviembre comenzó el sueño mundialista para la Selección Argentina. El equipo que conduce Lionel Scaloni tenía ante sí el doble desafío de mantener un invicto de 36 partidos y arrancar con el pie derecho en la Copa del Mundo. Para sorpresa de todos, ese primer juego fue derrota.
Pese a un comienzo prometedor, con un gol de Messi de penal, Arabia Saudita dio vuelta el marcador y dejó una sensación de preocupación sobrevolando en el ambiente. El golpazo fue interpretado de la mejor manera por el equipo. “Que la gente confíe”, dijo el crack rosarino ante los micrófonos una vez finalizado ese encuentro.
Pasaron cuatro días y Argentina debía ganarle a México para no perder las chances de clasificar a la siguiente instancia. Y apareció el fútbol y los goles. Otra vez Messi, siempre el 10, abrió el camino tras una jugada a las que tiene acostumbrado al público y un remate certero, por debajo de los pies de los rivales. La frutilla del postre llegó a poco del final con un verdadero golazo de uno de los debutantes en el Mundial, Enzo Fernández. 2-0 y algo de aire para el conjunto albiceleste. “Que la gente confíe”, repetía Messi ante la prensa.
La clasificación a octavos de final se materializó con un soberbio triunfo ante la fría Polonia. Los europeos se encargaron de defender y atacar poco. Los goles argentinos llegaron en el complemento, en los pies de Alexis Mac Allister y Julián Álvarez. El goleador ex River asomaba como indiscutido en el equipo. “Que la gente confíe”.
El sábado 3 de diciembre el rival de turno en los playoffs fue Australia. Un rival poco conocido que se jugaba una patriada ante Messi y compañía. Y Argentina no defeccionó. Otra vez el rosarino guió a sus compañeros al triunfo, marcando un gol tras una pared dentro del área. Álvarez se encargó de ampliar el marcador. La angustia se apoderó del clima tras un gol australiano de rebote. Las alarmas se encendieron pero quedó ahí, los de Scaloni se metieron entre los ocho mejores.
Y apareció Países Bajos en el horizonte Argentino. Una de las potencias más temibles en la previa del Mundial. El partido será recordado por lo caliente y picante del trámite del partido. Pierna fuerte y poco juego. Como si fuese poco, la participación de un árbitro que quiso ser más que los jugadores y amonestó a 14 futbolistas. La selección albiceleste se imponía por 2-0 pero los neerlandeses lo empataron sobre el final de los 90 minutos. Alargue, un par de situaciones claras a favor pero primó el nerviosismo. La definición por penales quedó en manos de Argentina y se metió entre los cuatro mejores.
La semifinal fue ante otro de los “cucos” europeos. Pese a los “miedos” de la previa, Argentina se impuso con firmeza, con calidad y goleando a Croacia. El equipo de Scaloni sacó chapa de candidato, con Messi como abanderado y Álvarez como goleador. Mientras se espera rival, que surgirá entre Francia y Marruecos, la Selección nacional tiene en el corto plazo su sexta final de la Copa del Mundo.
Uno de los puntos altos de la “Scaloneta” es la capacidad goleadora. Messi es el goleador de la Copa del Mundo con cinco tantos (comparte lugar con Mbappé). El segundo lugar también es compartido entre un argentino y un francés: Julián Álvarez y Olivier Giroud.
Rodrigo De Paul, volante argentino, es quien encabeza el listado de jugadores con más recuperos con 23.
Emiliano “Dibu” Martínez ostenta sólo cinco goles en contra. A saber: dos contra Arabia Saudita, uno contra Australia y dos contra Países Bajos.
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