La estadía de Lionel Messi en Argentina no para de dar sorpresas y, en esta oportunidad, el mejor jugador del mundo quedó en el centro de la escena por haber pedido cuatro docenas de churros a un comercio de la ciudad santafesina de Funes.
24 churros rellenos de dulce de leche, 12 de crema pastelera y 6 de Nutella fue el encargue del 10 argentino.
La estadía de Lionel Messi en Argentina no para de dar sorpresas y, en esta oportunidad, el mejor jugador del mundo quedó en el centro de la escena por haber pedido cuatro docenas de churros a un comercio de la ciudad santafesina de Funes.
El lugar elegido para hacer el pedido fue un comercio local donde Sofía fue la encargada de tomar el pedido y, como no llegó a atender el teléfono por problemas de señal, si logró comunicarse por mensaje, pero no sabía con quién había hablado.
La mujer armó el paquete con 24 churros rellenos de dulce de leche, 12 de crema pastelera y 6 de Nutella. Una de las dueñas del local explicó cómo fue la situación. “Lo que yo hago siempre es registrar el número y después escribirle, así que lo contacté. Me pidió tres docenas de churros y lo mandamos para Kentucky”.
“Estaba con tantos pedidos ese día que no relacioné que eran ellos. Ya nos pasó en otras ocasiones que nos encarguen y les enviamos nuestros productos, aunque nunca pensamos que eran para Leo, que él los comía. Ya saber que los recibía la familia del campeón era un mimo al alma, pero esto superó todo”, expresó.
La mujer contó luego: “El cadete tardó casi 45 minutos en volver, estaba casi temblando y llorando porque no podía creer lo que le había pasado. Nos dijo que Antonela fue quien lo atendió, que Mateo lo abrazó, y Leo lo saludó desde el fondo de la casa. No pudo tomarse una foto, pero se llevó ese recuerdo”.
En tanto, Juan Pablo, quien fue el encargado de llevar el pedido, relató: "No entendía. Cuando llegué a la portería me pidieron el teléfono, me dieron un GPS y me dijeron: 'Ya sabés a dónde vas'. No me lo imaginaba. Y cuando me lo dijo no le creí. Seguí las indicaciones que me dio y cuando estaba llegando empecé a ver gente de seguridad, patrulleros y gente afuera de la casa. Ahí empecé a temblar".
"Cuando llegué me frenaron los de seguridad y les dije que iba a llevar el pedido. Toqué bocina y nada. Mientras, los vecinos me decían que me saque fotos. Yo estaba tranquilo pero al mismo tiempo nervioso. Nunca esperé que me pase algo así", continuó.
El joven añadió: "Después me acerqué y salió una persona. Ya estaba medio nervioso. Ahí vi que Messi se asomó y me empezó a temblar todo. Pedí sacarme una foto con él pero no se pudo dar. Hubiese sido lindo".
"No pude hablar porque pasó todo muy rápido. Tampoco quería molestar. Y después no caía. Cuando la gente me empezó a preguntar si lo había visto me largué a llorar", finalizó.
Mientras el joven de 18 años le hacía entrega del pedido en medio de un mar de lágrimas, le solicitó a Antonela sacarse una foto con Messi, algo que fue imposible. Sin embargo, en ese momento apareció Mateo y, con toda su inocencia le preguntó: “Tío, qué pasa”, con un claro modismo español.
“El delivery me contó que mientras entregaba el pedido estaba llorando. Y allí señala que Mateo salió corriendo y le dijo ‘pues tío, ¿qué pasa?’ y lo abraza”, señaló la encargada del lugar.
El cadete que fue a la casa de Lionel Messi en Funes a llevarle su pedido de churros, es hincha de Central, pero, al ver a Messi no pudo controlar sus emociones. “Fue el mejor día de mi vida, sigo sin poder creerlo. Pienso en ese momento y se me vuelven las lágrimas a los ojos”.