"Recaudar antes de gastar", fue la premisa del presidente Javier Milei para la confección de su política de "déficit cero". Los números oficiales revelan la magnitud del desafío oficial frente a la demanda de la oposición en materia previsional, de transferencias a provincias o de inversión universitaria. Son los tres rubros de mayor exposición y magnitud relativa, pero no los únicos.
Según informó oficialmente el ministerio de Economía, el Sector Público Nacional acumuló en los primeros ocho meses del año un superávit financiero de aproximadamente 0,4% del PBI después del pago de deuda. El superávit primario fue aproximadamente 1,5% del PBI. "De esta forma se continúa consolidando el ancla fiscal del programa de gobierno", celebró el ministerio a cargo de Luis Caputo.
Sin embargo -poniendo el foco en la recaudación, como plantea Milei- durante el período enero-agosto los ingresos totales cayeron un 6% real interanual, según los cálculos del Instituto Argentino de Análisis Fiscal (Iaraf).
Resultado fiscal acumulad en cada mes en los años 2023 y 2024. En % de PBI.
El superávit se explica sin embargo por la motosierra y la licuadora, con especial impacto político y social. "El gasto primario descendió un 30% real interanual. Como resultado, el superávit primario ascendió a $8,7 billones, equivalente a 1,5% del PBI. El superávit fiscal, por su parte, ascendió a $2 billones, equivalente a 0,35% del PBI", apunta el informe privado, ajustando a la baja el cálculo oficial del saldo después del pago de deuda.
En esta dinámica, mientras el gobierno enfrenta pedidos de mayor presión fiscal por parte del kirchnerismo, o de mayor gasto por parte de un amplio arco opositor que incluye a radicales y peronistas "no K", e incluso al PRO con demandas desde las provincias, la Casa Rosada enfrenta el desafío de una economía en recesión y un objetivo ortodoxo ante la discusión del Presupuesto 2025.
Un rubro creció
Según se deduce del informe del Iaraf, la Asignación Social para Protección Social es el 3,9% del total de gastos nacionales y aumentó el términos reales (en el acumulado de 8 meses) un 21,1% en términos reales. Sin la intermediación de Emilio Pérsico o Eduardo Belliboni, la Casa Rosada aumentó el gasto social en ese rubro. Y explica en parte por qué los segmentos más postergados mantienen una singular tolerancia al ajuste.
¿No sucede lo mismo en los sectores medios? Las encuestas parecen indicar un cambio de tendencia y tienen un correlato en el análisis de la ejecución presupuestaria.
Variación % real interanual de los principales gastos nacionales acumulados a agosto 2024.
Las transferencias corrientes a provincias (1,3% del gasto total) bajaron 69,9% en la comparación interanual de 8 meses; los subsidios a la energía (8,2% del gasto total) se retrajeron 37,9%, que es la proporción de aumento en las tarifas; las transferencias a universidades (3,1% del total) se redujeron 33,5% a valores reales.
En la lista están además los subsidios al transporte (2,6% del gasto total) que se redujeron 28,1% del gasto total nacional a valores reales, siempre en el acumulado a 8 meses. Los salarios del sector público (14,9% del total) demandaron un gasto 19,4% menor al de enero-agosto de 2023.
Pero el ajuste más significativo es el de jubilaciones y pensiones contributivas. Son el 35,9% del gasto total nacional en 8 meses; no hay manera en la que la Casa Rosada pueda sostener el superávit sin esta evidencia contable: el gasto bajó 24% en 8 meses.
¿Se puede aumentar el gasto?
Los gobernadores marchan al presupuesto con diálogo condicionado: reclaman obras públicas y el retorno del pago a las provincias que -como Santa Fe- no transfirieron sus cajas. Las universidades lo hacen por el presupuesto y el salario (descontando el veto) mientras preparan una marcha. Y los sindicatos se atrincheran -después de años de letargo- ante la pérdida del poder adquisitivo de los salarios.
El gobierno de Milei centra por estas horas la batalla cultural en el caso de Aerolíneas. Un reciente informe de la Secretaría de Hacienda reveló pérdidas por US$273 millones durante los primeros seis meses de 2024; una cifra simbólica de cara a la intención de ceder el gerenciamiento de la empresa (no se puede privatizar) si los "paros salvajes" continúan. Pero es una cifra menor ante la demanda global de "la casta" sobre el gasto.
Mirando de cerca lo que sucede con la recaudación, el margen de negociación se estrecha. En el comparativo enero-septiembre, según la Afip, el IVA impositivo creció 154,3%, los derechos de exportación cayeron 28,3%, el impuesto al cheque subió 116% y las contribuciones patronales crecieron 121,8%; son números que revelan la recesión aún antes de asumir que lo aportado por el impuesto Pais antes de su recorte y de su desaparición, creció 204,7% en la misma comparación intertemporal.
"No hay plata" es el diagnóstico libertario que se sostiene. Milei debe aún demostrar que puede bajar la inflación del 4% mensual para sanear la economía y salir de la recesión; la oposición asume el desafío de incrementar el gasto sin volver a acelerar la inflación.