En medio de las negociaciones con el Fondo Monetario Internacional, el gobierno nacional anunciaría este viernes una nueva versión del dólar soja, seguramente a un tipo de cambio cercano a los 400 pesos, y el encarecimiento de las importaciones, a las que se les aplicaría el recargo del impuesto país, con la excepción de las energéticas y alimentarias.
Se trata de dos medidas que, según las versiones oficiales, fueron la contraoferta que hizo el ministro de Economía Sergio Massa el miércoles a la titular del organismo, Kristalina Georgieva, para evitar devaluar y reducir el gasto público, dos de las medidas que pide el FMI para cerrar la renegociación del acuerdo.
Funcionarios del ministerio de Economía de la Nación están en Washington desde inicios de esta semana manteniendo reuniones técnicas con el staff del organismo con el fin de redefinir las metas del acuerdo que tiene Argentina desde inicios del año pasado y que fuera ratificado por el Congreso Nacional.
La necesidad de recomponer reservas una vez más es lo primero que se propuso hacer el gobierno para conseguir estabilizar la economía. Para eso solo tiene a mano desembolsos del Fondo ya que el comercio exterior
cerró junio con un déficit de US$1.727 millones, el más alto desde que se llevan las estadísticas y acumuló durante el primer semestre el balance marca un rojo de US$ 4.387 millones.
A esto hay que sumarle que en los tres últimos días hábiles el Banco Central vendió u$s 300 millones de dólares, producto de la demanda que crece en medio de los temblores que producen cada vez que suceden las campañas electorales en el país.
De conseguirse un acuerdo, del que tendremos noticias cuando el ministro Massa viaje a Estados Unidos para firmarlo, el monto que el FMI adelantaría, según la agencia de noticias Telam, rondaría los 8.500 millones de dólares.
Los fondos pendientes del programa que la Argentina mantiene con el FMI para la segunda mitad del año suman en total 10.400 millones de dólares aproximadamente.
La Argentina solicitó un adelanto parcial o total de los mismos, en medio del año electoral y por los efectos de la sequía, que significaron una pérdida para el país de alrededor de 20.000 millones de dólares.