En el horizonte del segundo mes del año se vislumbran nuevos incrementos que añadirán presión a la ya compleja situación inflacionaria, generando preocupación en los hogares argentinos. Febrero, con su carga de aumentos, se presenta como un desafío adicional para la economía doméstica, con tarifas de transporte, prepagas, alquileres, gas, energía eléctrica, combustibles, y otros servicios que tendrán ajustes significativos.
Alquileres
A pesar de la derogación de la Ley de Alquileres mediante el DNU de Javier Milei, los contratos en curso mantienen su vigencia hasta su fecha de vencimiento. Esto significa que aquellos que alquilaron bajo la ley enfrentarán subas cercanas al 147% anual en los valores a pagar. El Índice de Contratos de Locación (ICL), elaborado por el Banco Central sobre la base de inflación y salarios, registra un nuevo récord en enero, dejando a muchos inquilinos con la incertidumbre de cómo afrontarán estos incrementos.
Para los alquileres iniciados entre el 1° de julio de 2020 y el 17 de octubre de 2023, se aplica una fórmula específica hasta abril, momento en el cual se verán reflejados los primeros impactos en los valores a pagar. Aquellos que hayan firmado contratos tras la desregulación de la economía, deberán afrontar incrementos basados en los acuerdos particulares entre propietario e inquilino respecto al índice de actualización y su periodicidad.
Prepagas
La desregulación de los precios de la salud, habilitada por el DNU 70/2023, permite a las empresas de medicina privada aumentar discrecionalmente el valor de sus cuotas. Febrero traerá consigo aumentos entre el 27% y el 29% promedio, sumándose así a un incremento inicial del 40%. En apenas dos meses, las cuotas de los planes habrán escalado más del 75%, generando preocupación entre los afiliados.
Se espera un nuevo aumento en el combustible. Créditos: Manuel Fabatia
Combustibles
El 1° de febrero marca el fin del congelamiento de los impuestos a los combustibles, una medida que había sido postergada en noviembre de 2023 por el exministro de Economía, Sergio Massa. Tras un aumento del 27% en enero, la actualización de los precios de los surtidores se espera que continúe su tendencia al alza, impactando directamente en el bolsillo de los automovilistas y afectando los costos de transporte en general.
Aumento de la energía eléctrica. Créditos: Mauricio Garin
Telefonía, Internet y Cable
Las empresas proveedoras de servicios de telecomunicaciones ya anunciaron ajustes de tarifas a partir de los primeros días de febrero. Se estima un incremento aproximado del 29,9%, variando según el servicio y la operadora. Estos ajustes impactarán en los hogares, sumándose a los demás incrementos y afectando el presupuesto destinado a servicios básicos de comunicación.
Colegios Privados
El Gobierno nacional habilitó a los establecimientos de educación privada de todos los niveles a fijar el valor de sus aranceles mensuales sin límites. Esta medida, que derogó una norma de la Secretaría de Comercio vigente desde 2019, permite a los colegios y universidades privadas implementar ajustes según sus criterios, generando incertidumbre entre los padres de estudiantes.
Colectivo
En la ciudad de Santa Fe, el intendente Juan Pablo Poletti confirmó un aumento en el boleto de colectivo, alcanzando los 380 pesos en la capital provincial. Este incremento en el transporte público afectará a los ciudadanos que dependen de este medio para movilizarse, agregando presión a sus gastos diarios.
El gas también tendrá un aumento. Créditos: Pablo Aguirre
Gas y Electricidad
Los aumentos en las tarifas de gas y electricidad también son motivo de preocupación. Para la proporción de la tarifa destinada a las compañías, se espera un incremento del 350 al 700%. En términos prácticos, esto se traduce en un impacto significativo en los hogares, con estimaciones que sugieren aumentos adicionales de entre $2,700 y $5,000, según la concesionaria que opera en Santa Fe y la zona norte de la provincia de Buenos Aires.
En el caso de la electricidad, la Empresa Provincial de la Energía (EPE) anticipó ajustes, aunque hasta el momento solo brindó ejemplos concretos y se espera más información en febrero.
Aumentos para distintos niveles de consumo:
Un hogar que carezca de subsidios nacionales, bajo la categoría de usuario residencial N1, pagará por mes a partir de marzo $ 7.800 más, siempre que su consumo por mes no supere los 400 kw/h, por sobre los valores actuales.
Los N1, de mejores ingresos según la segmentación tarifaria, no tienen ayudas del Estado Nacional desde mediados del año pasado pagan la tarifa plena por los kilovatios que consumen. Si hoy no superan por bimestre los 400 kw/h abonarán por estos días $ 24.549 por, por ejemplo, los consumos de diciembre y enero. De prosperar el pedido de la EPE (sin considerar lo que suba el megavatio a nivel nacional) en el bimestre siguiente ese llegará a $ 40.304. Es un impacto del 64%.
Otro ejemplo, también explicado de manera extraoficial, indica que un hogar N1 de hasta 300 kw/h bimestrales pasaría de un bimestre al siguiente de unos 17 mil pesos a 27 mil, con un impacto del 59%. Pero se trata de niveles de consumo bajos o muy bajos para un hogar que dispone de lo necesario para ser considerado de altos ingresos.
Febrero se presenta como un mes desafiante para la economía de los ciudadanos argentinos, con múltiples aumentos que impactarán directamente en el presupuesto familiar. La adaptabilidad y la planificación financiera se vuelven esenciales en este contexto de cambios constantes.
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