La histórica bajante del río Paraná afecta actualmente a cinco provincias argentinas (Misiones, Corrientes, Chaco, Entre Ríos y Santa Fe) ubicadas en su curso medio e inferior, y se estima que los niveles en descenso se mantendrán hasta la última semana de abril, acotando la navegación por gran parte de la Hidrovía y ocasionando perjuicios a la exportación granaria y subproductos, especialmente desde los puertos del Gran Rosario.
Según los informes oficiales, el actual nivel del río a la altura de los puertos del Gran Rosario, desde Timbúes hasta Arroyo Seco, provoca que los cargueros de gran calado se vean obligados a cargar un 10% a un 12% -promedio- menos del volumen máximo que podrían transportar en sus bodegas.
A ello, se le suman las costosas demoras en el proceso de exportación y en la llegada de las barcazas con soja provenientes de Paraguay, según un minucioso informe que divulgó la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR).
“La altura del río Paraná en el puerto de Rosario ha descendido hasta el metro de altura, nivel que no quiebra hace más de 30 año. Eso hace que se resienta la carga máxima de los buques, exigiendo extremo cuidado en el practicaje para evitar varadura”, subrayó.
En su trabajo, la BCR dio un claro ejemplo de la situación. En un buque Panamax, con una capacidad de carga en tono a los 60.000 a 65.000 toneladas, perder 3 pies de profundidad implica dejar de cargar entre 6.000 y 7.500 toneladas por buque.
Además, “esto genera demoras en el proceso de exportación”, ya que “la bajante obliga a mayor prudencia de los pilotos y prácticos en las maniobras con los buques, en particular en los canales de acceso y pasos críticos ya que existe una posibilidad creciente que se registren varaduras en el río, lo cual puede afectar la óptima navegación en el sistema“.
En un Handysize o Handymax que normalmente carga entre 35 y 40 mil toneladas, cada pie de calado que baja el río representa una pérdida de capacidad de carga de entre 1.500 y 1.800 toneladas.
Complementario a lo anterior, debe indicarse que esta situación también provoca demoras en la llegada de las barcazas con soja proveniente de Paraguay, de entre 10 y 15 días.
Para entender lo que sucede, la Bolsa rosarina aseguró que “esta mercadería es muy importante para la industria local porque, mezclada con poroto de soja de origen argentino, ayuda a elevar el nivel de proteína de la harina de soja para cumplir con las exigencias de la demanda internacional”.
A su vez, esto puede generar inconvenientes en las fábricas que tienen suficiente stock de mercadería para moler pero posiblemente tengan que demorar el ritmo de molienda, para no saturar la capacidad de almacenaje de aceite demorando, por tanto el ritmo de exportación de harina.
En declaraciones a la prensa, el vocero de la Cámara de Actividades Marítimas y Portuarias, Guillermo Wade, explicó que “cada pie de calado representa en un barco Panamax, los más grandes (235 metros de eslora), unas 7500 toneladas de granos menos”, es decir, que esta merma equivaldría a la soja que transportan a puerto 250 camiones.
Las previsiones del Instituto Nacional del Agua (INA) resaltan que el nivel del Paraná en el Gran Rosario caería a 0,98 metros en los próximos 7 días y que podría llegar a 0,9 metros para el 21 de abril.
Todo esto empeora aún más la situación, ya que la bajante del río se produce en momentos en que se comienza a intensificar la recolección de la soja y el maíz.
“El actual contexto obedece a la falta de lluvias que prevalece en la región sur sureste de Brasil. El ‘corte’ en las precipitaciones se da principalmente en la región comprendida por los estados de San Pablo, Mina Gerais y Mato Grosso do Sur, a partir de enero, profundizándose en los últimos dos meses, febrero y marzo”, destacó la BCR.