La intensa emisión de pesos del año pasado se manifestó en la aceleración inflacionaria a partir de diciembre y acumula seis meses consecutivos de aumento del ritmo anual, a la zona del 47% anual, un máximo desde que se extendió la pandemia desde fines de marzo de 2020.
Aunque el BCRA en lo que va de 2021 viene “haciendo los deberes” en materia monetaria, el exceso de pesos producto de la inyección previa de pesos para asistir a amplios sectores sociales afectados por las medidas de aislamiento obligatorio impactó a pleno en los precios, con un pico de 4,8% mensual en marzo y un muy elevado 4,1% en abril.
Con elecciones primarias prevista para el 12 de septiembre próximo, y legislativas el 14 de noviembre, desde el oficialismo quieren evitar una espiralización inflacionaria como la de 2019 -que resultó muy perjudicial en las urnas para la administración de Mauricio Macri- con picos de 57,3% anual en mayo, y 53,8% en diciembre, al entregar el poder.
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En este aspecto, el BCRA ajustó en cinco aspectos las variables cambiarias y monetarias para ponerle un dique de contención a esta preocupante aceleración del avance de los precios.
1) Menos emisión. Como la Secretaría de Finanzas obtuvo en el primer cuatrimestre financiamiento neto por $ 148.800 millones, el BCRA tuvo más aliviada la tarea de emitir pesos para cubrir el rojo fiscal.
La entidad giró entre enero y abril unos $ 190.000 millones por Adelantos Transitorios, la tercera parte de las transferencias por $ 622.000 millones efectuadas entre enero y abril del 2020 ($ 312.000 millones por Adelantos Transitorios y $ 310.000 millones por Transferencia de Utilidades).
No obstante, en el primer cuatrimestre inyectó en forma neta unos $ 243.000 millones por compras de divisas en la plaza cambiaria, cuando el efecto monetario de esas operaciones en el mismo lapso del año pasado fue prácticamente neutro.
En el primer cuatrimestre inyectó en forma neta unos $ 243.000 millones por compras de divisas en la plaza cambiaria
“Entre las mayores preocupaciones de corto plazo del mercado se ubica las presión inflacionaria, la cual podría verse potenciada en el marco de medidas de restricción de circulación de las personas que requieran ser acompañadas por paquetes de asistencia vía emisión monetaria, y la incertidumbre financiera producto de la necesidad de dólares para el pago de los servicios de deuda en el marco de las negociaciones con el FMI, que si bien parecen ir por el buen camino, no hay claridad respecto de la velocidad con la cual se transitará dicha dinámica”, explicó Brian Torchia, gerente de Finanzas Corporativas de PGK Consultores, miembro de TGS Global.
2) Más absorción. En los primeros cuatro meses de 2021, la autoridad monetaria incrementó en $ 756.200 millones su stock de pasivos remunerados (Pases y Leliq), que llegaron a un récord de $ 3,6 billones el 30 de abril. De todos modos, como el pago de intereses por estos instrumentos fue el principal factor de expansión monetaria y demandó unos $ 356.000 millones, la absorción neta se redujo a poco más de 400.000 millones de pesos.
“Pese a la reducción en la tasa de crecimiento de los agregados monetarios desde octubre, la fenomenal emisión de 2020 sigue pasando factura, con una inflación que sorprendió al alza en marzo. Para reducirla, se siguió apelando a una menor tasa de devaluación a la vez que se avanzaría en nuevos acuerdos de precios. No obstante, las presiones siguen latentes, con un ritmo de esterilización que continúa avanzando fuertemente ante las compras de dólares y los pagos de intereses de pasivos monetarios por parte del BCRA”, precisaron los analistas del Grupo SBS.
3) Contracción monetaria. Por efecto de una menor emisión y mayor absorción del Banco Central, la Base Monetaria alcanzaba al 30 de abril a $ 2,37 billones, unos $ 100.000 millones o 4,1% menos que los $ 2,47 billones que registraba al cierre del año anterior.
En una comparación interanual, la Base exhibió un crecimiento de 26,9%, esto es unos 20 puntos porcentuales menos que la inflación del período.
En el último año la Base Monetaria creció un 26,9%, unos 20 puntos menos que la inflación
En este aspecto, contribuyó a contraer la cantidad de dinero primario en circulación en la economía una mayor colocación de deuda del Tesoro, aunque el retiro de liquidez por estas operaciones es temporal y exige que sea renovada con cada vencimiento para no volver al sistema.
Consultatio Plus advirtió que “julio y agosto concentran una serie de desafíos que lo transforman en un bimestre bisagra para el 2021”, entre ellos, que “en el cuarto bimestre vencen más de $ 900.000 millones, de los cuales $ 460.000 millones ocurren en julio y otros $ 440.000 millones en agosto”.
Tenés que leerEl dólar blue cotizó estable a $ 142 y el "solidario" superó los $ 161“Para la deuda en pesos es el mayor desafío del año, tanto por el monto y su concentración, como por el momento previo a las PASO. Además, también hay que tener presente que estos vencimientos llegarán luego de un junio que, según proyectamos de acuerdo a la estacionalidad, será un mes de alta dominancia fiscal”, consideró el informe de los técnicos de Consultatio.
4) Demanda forzada de pesos. Un dato relevante es el crecimiento de los depósitos a plazo fijo en los bancos, una suerte de demanda forzada de este excedente de pesos, dado que los ahorristas tienen dificultades para hacerse de efectivo en grandes cantidades por las restricciones vigentes para la atención presencial al público. Además, el “súper cepo” obstruye otros canales de ahorro, como podría ser la demanda de divisas, hoy con un cupo mensual de 200 dólares.
En este aspecto, se destaca el récord de las colocaciones a tasa de interés, que son la contracara de las Leliq, pues los pesos que los bancos toman de los ahorristas son devueltos al BCRA a cambio de estos instrumentos de deuda.
A pesar de las tasas reales negativas, los depósitos a plazo fijo alcanzaron un récord de $ 2,85 billones, un 20% más que la base monetaria
Los depósitos a plazo fijo tradicionales sumaban $ 2,72 millones al 30 de abril, mientras que los ajustables por CER/UVA llegaban a $ 128.125 millones, también en nivel récord. Entre ambos totalizan $ 480.000 millones más que la Base Monetaria (20% más), cuando estas dos variables históricamente se movieron a la par.
“La pandemia del Covid-19 tuvo un fuerte impacto negativo en la relación préstamos/depósitos. En parte se explica por la acentuación de la caída real de los préstamos. Y en parte por la suba de los depósitos como consecuencia del gran aumento en la cantidad de dinero que implicaron las políticas para enfrentar la crisis sanitaria. También se advierte que la caída del ratio fue mucho más significativa en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires que en el Interior del país”, puntualizó un informe del IARAF (Instituto Argentino de Análisis Fiscal).
5) Ancla cambiaria. Habilitar un aumento del tipo de cambio oficial a una tasa inferior que la de inflación es un recurso para quitarle inercia a la escalda general de precios. En lo que va de 2021, el dólar mayorista, referencia del comercio exterior, sube 12%, frente a una inflación acumulada del 18 por ciento.
Pero el efecto queda neutralizado por la necesidad del Banco Central de acumular reservas en divisas para enfrentar los compromisos de deuda con el exterior. La entidad acapara más del 40% del monto operado y desplaza a la demanda privada del mercado, lo que obliga a recurrir a los dólares que se negocian en Bolsa para el pago de algunas importaciones, paridades que se ubican entre 60% y 70% más altas que la paridad oficial.