La ministra de Economía, Silvina Batakis, quien se encuentra en Washington tratando de lograr alguna señal de respaldo del Fondo Monetario Internacional (FMI) y del Tesoro de los Estados Unidos, enfrentará en Buenos Aires un desafío clave cuando entre el miércoles y el jueves lleve a cabo una nueva licitación de deuda por $320.000 millones.
Según cómo salga parada de ese desafío, los mercados medirán cuánto margen le queda al gobierno para seguir manejando la crisis de confianza con medidas en grageas, a la espera de que se resuelva la interna política.
La semana pasada, el Ministerio de Economía arrancó con el desafío de conseguir pesos en el mercado para refinanciar los vencimientos de julio que superaban los $480.000 millones, y a la ministra de Economía no le fue mal.
Según plantea la consultora Equilibra, que dirige el economista Diego Bossio, la flamante ministra tuvo "una primera licitación de deuda en pesos exitosa" ya que "se colocaron más de $135.000 millones, lo que representa casi $125.000 millones de financiamiento neto.
Pero el Tesoro debió convalidar tasas significativamente mayores a las últimas colocaciones.
La letra a tres meses ofreció una tasa efectiva anual de 78,9% lo que implica 690 puntos básicos más que en la colocación previa mientras que por primera vez en el año no se ofrecieron instrumentos CER.
Así y todo, esa TEA se traduce en una tasa mensual del 5% y todavía se encuentra por debajo de la inflación esperada para los próximos tres meses, por lo que el Tesoro "licuaría" parcialmente esta deuda.
La tasa de las letras cortas se acerca al 80% Tasa efectiva anual (TEA) de LEDES a plazos de hasta 120 días 80%.
Por otra parte, el plazo promedio de la colocación fue superior al de la última subasta de Guzmán (un año y medio vs 140 días).
Sin embargo, excluyendo al TY27P, al que únicamente acceden los bancos para utilizar como encaje remunerado, el plazo promedio fue de apenas 118 días.
En la subasta de este miércoles 27, el Tesoro buscará refinanciar unos $320.000 millones. Los vencimientos del segundo semestre suman unos $4 billones, de los cuales se estima que unos $1,3 billones están en manos privadas y más de dos tercios corresponden a instrumentos indexados al CER.
Pero la convocatoria se llevará a cabo en un contexto delicado, en el cual el gobierno no termina de definir un rumbo que le permita aplacar la incertidumbre de los mercados.
Un punto a favor con el que cuenta el equipo económico es que la corrida contra los bonos del Tesoro que dominó todo junio, y que llevó a generar dudas sobre la posibilidad de algún reperfilamiento de vencimientos quedó conjurada, al costo de una emisión de casi $2 billones del BCRA para defender el valor de los títulos en el mercado secundario.
Por otro lado la entidad salió a ofrecer un instrumento financiero del segmento de derivados, que opera como un seguro, para que los bancos participen en las licitaciones y queden a resguardo en caso de una devaluación y una posterior escapada de la inflación.