Miércoles 21.7.2021
/Última actualización 18:32
El Área de Energía de la Facultad de Ingeniería de la Universidad Austral y la empresa Hub Energía señalaron en su reporte energético de Julio que hay una creciente producción de Gas Natural No Convencional, pero una baja en el total. Y Comparan los datos con la necesidad de importación de Gas Natural Licuefaccionado (GNL).
Señala el informe que la producción total país de gas en mayo 2021 fue de 121,25 MMm3/día, presentando un 3% menos respecto del mismo mes del 2020, aún cuando la producción no convencional total país -siempre en el mismo mes- fue de 54,40 MMm3/d, presentando un incremento del 3% respecto al mismo mes del 2020 y representa el 44,86% del total país.
El dato surge tras la sanción de la ley que recorta el uso de biodiésel en el país, un complemento e incluso sustituto del gasoil, que se usa en parte en las usinas eléctricas cuando se les recorta el gas como fuente de producción durante los meses de invierno. El cuadro se agrava por estas horas por el bajo aporte de Yacyretá, en el marco de la bajante histórica del Paraná, al sistema eléctrico nacional.
GentilezaLas importaciones energéticas se estiman en U$ S 4.258 millones sólo entre enero y agosto, un 31% más que en 2020. El pasado año, sólo en gasoil el país importó U$ S 860 millones, de los cuales U$ S 350 fueron para usinas eléctricas según ha detallado el senador santafesino Roberto Mirabella. A eso hay que agregar otros U$ S 520 millones en gasoil importado para automotores.
Darío Martínez, el secretario de Energía de la Nación, no dejó dudas en sus pasos por el Congreso: subsidiará el gas -incluso importado en los barcos de GNL- y recortará el uso del biodiésel. Eso mientras el gas “made in argentina” no repunta. Argumenta el funcionario que el precio de la soja con la que se hace el biodiésel que se mezcla o reemplaza el gasoil, encarece el mercado interno.
El funcionario neuquino, que prepara una ley con subsidios a los hidrocarburos, omitió explicar qué pasa en el mercado interno con inflación, cuando además sube el precio del petróleo en divisas o se encarece el dólar. En el Presupuesto nacional se preveían unos $ 620.000 millones en subsidios energéticos (parte de ellos a tarifas de gas o electricidad) que equivalen a 1,7% del PBI; las proyecciones en base al escenario real suponen entre 2,7 y 3% del PBI para todo 2021.
Cabe destacar que la balanza energética se ensombrece aún cuando la producción de petróleo total país en mayo fue de 81,44 Mil m3/día, presentando 13% más, respecto del mismo mes del 2020. La producción de Petróleo no convencional total país en mayo 2021 fue de 24,35 Mm3/d, presentando un aumento del 56% respecto al mismo mes del 2020 y representa el 29,9% del total país.
Tras pasar de ley de promoción a recortes regulados en biocombustibles -el 50% de la capacidad instalada está ociosa- el gobierno nacional se apresta a elevar (si cumple su renovada promesa) a presentar un proyecto de ley de promoción de inversiones hidrocarburíferas. Subsidiaría combustibles contaminantes, a contramano del mundo, que va a favor de fuentes energéticas que no emitan gases de efecto invernadero, como el biocombustible que produce fundamentalmente la Región Centro.
La nueva norma que supone cambios a la ley federal de hidrocarburos, debe despejar dudas sobre precio del petróleo y del gas (cotizan en dólares a nivel internacional), libre disposición de la producción para que los inversores garanticen el retorno, libre disponibilidad de divisas a tales efectos y estabilidad fiscal: Eso en un país que no cumple con compromisos anteriores para promover inversiones (algunos latentes de demandas contra el país), con inflación sin control, con cepo y con permanentes amenazas de nuevos impuestos.
Las señales del número de etapas de fractura (para pozos no convencionales) de los meses de mayo y junio fueron superiores en un 70% a las de su pico histórico (julio 2019). Según Roberto Carnicer, director del Área Energía de la Facultad de Ingeniería de la Universidad Austral, el índice de fracturación “es directamente proporcional al crecimiento de la producción y su efecto comenzará a plasmarse en dos o tres meses, si continuamos con esta tendencia”.
La perspectiva se debe “principalmente al Plan Gas.Ar y al haber definido un precio de gas en boca de pozo en dólares y de largo plazo (al menos 4 años) que surge de una subasta para abastecer el 70% de la demanda argentina. Donde el Estado responde per sé ante la necesidad de subsidiar el precio a la demanda", explicó el especialista.