Entre mediados de la semana pasada y ayer, grandes proveedoras de alimentos alimentos y bebidas bajaron al mercado de consumo santafesino nuevas listas de precios, con aumentos que superan el 21% de devolución del Iva a productos de la canasta básica comprados con tarjeta de débito por parte de monotributistas, jubilados y trabajadores en relación de dependencia. Sergio Massaa no detalló el costo fiscal de la medida, que incrementará el rojo fiscal; los recursos del Estado ya retrocedieron al menos 0,5 p.p. del PBI con la liberación de ganancias para salarios altos que muy pocos perciben en la argentina.
El déficit primario acelera las necesidades de financiamiento con emisión y, con ello, las condiciones de inflación. Las nuevas listas de precios harán que no se sientan los paliativos anunciados por el ministro candidato en los bolsillos de los beneficiarios de la medida. Quedan afuera de ellas -por cierto- los trabajadores informales. En cambio se acelera la inquietud por el incumplimiento de las pautas con el FMI, que ya advirtió que no habrá más ayudas si las metas no se cumplen. El BCRA anunció que después del 12,4% de inflación de agosto (124,4% interanual) no corregirá las tasas de interés; la tasa nominal anual queda negativa 5 puntos por debajo de esa inflación.
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