Menos producción y más precio le restan carne bovina a la mesa de los argentinos
Tras la sequía de 2023, el stock ganadero a finales del año pasado se ubicaba en su nivel más bajo en 10 años. El consumo per cápita cayó 15,9% en 5 meses de este año.
Menos producción y más precio le restan carne bovina a la mesa de los argentinos
"El consumo aparente de carne bovina en el país en los primeros cinco meses del año está dentro de los valores más bajo de la serie. De hecho, entre enero y mayo de este año se absorbieron internamente 870.000 tn res c/hueso, sólo superando a igual período de 2021 y marcando una caída del 14% respecto de los primeros cinco meses del año pasado".
El párrafo corresponde a un informe de Tomás Rodríguez Zurro, Emilce Terré y Julio Calzada para la Bolsa de Comercio de Rosario. El vuelco de los consumidores a las alternativas del pollo y del cerdo se explica en buena parte por la evolución de precios internos en el marco de la recesión en la economía interna. Marco en el que la menor producción bovina aporta su especificidad.
Los autores del informe señalan: "un dato adicional que da una idea de cuán deprimido se encuentra el mercado interno es que la participación del consumo en la producción de carne bovina se encuentra en valores mínimos desde al menos 1990: el 69% de la producción de carne entre enero y mayo de este año se destinó al mercado interno, frente al 75% del año pasado y lejos del 85% promedio de lo que va del siglo.
La participación del consumo en la producción de carne bovina se encuentra en valores mínimos desde al menos 1990.
"La contracara de este menor consumo -detallan- es un incremento en las exportaciones en lo que va del año. Según la Secretaría de Bioeconomía, el volumen despachado entre enero y mayo de tn de res con hueso alcanzó 385.000 toneladas, un 10% más que en 2023 y el volumen más alto de la serie (comienza en 1990). Sin embargo, medido en valor, la exportación solo crece 1 %, ya que los precios promedio de exportación cayeron 8 % respecto a los primeros cinco meses del año pasado".
Cabe recordar que según un reciente informe reciente de la Cámara de la Industria y Comercio de Carnes y Derivados de la República Argentina (CICCRA), cada habitante consumió en promedio 44 kilos de carne vacuna en los primeros cinco meses del año, lo que representa una disminución del 15,9% en comparación con el mismo período del año anterior. En términos concretos, esto implica una reducción de 8,3 kilos por persona, a excepción del período inicial de 2020.
La sequía del 2023
Recuerda la Bolsa rosarina que la producción de carne bovina en 2023 aumentó a 3,3 millones de toneladas, impulsada por la sequía, pero redujo los stocks a 52,8 millones de cabezas, la cifra más baja en una década. Las exportaciones crecieron en volumen, pero cayeron en valor.
"Con la sequía como factor impulsor, el sector bovino cerró el 2023 con un fuerte aumento en la producción de carne a costa de la desinversión de stocks. Según datos de la Secretaría de Bioeconomía, la faena bovina superó en el último año los 14,5 millones de cabezas, y la producción se ubicó en 3,3 millones de toneladas de res c/hueso, marcando así ambos indicadores un incremento del 7 y 4% respecto del año anterior y registrando el valor más alto desde el 2009.
"De esta disparidad en las tasas de crecimiento de la faena y la producción se deduce que el peso promedio de los animales enviados a faena se recortó de un año a otro, producto de la menor oferta forrajera a causa de la sequía".
Más adelante expone el informe que el consumo aparente de carne bovina en Argentina, durante el año pasado, alcanzó 2,44 millones de toneladas, un 4% más que en 2022 y el mayor guarismo en 5 años. Y si bien las exportaciones aumentaron un 6 % interanual y alcanzaron su segundo mejor registro anual desde 1990 en términos de volumen, los despachos al exterior se recortaron hasta US$ 2.656 millones, 20% por debajo de los 3.290 millones del 2022, debido a la caída en los precios promedio de exportación.
Rodeo reducido
El stock ganadero a finales del año pasado se ubicaba en su nivel más bajo en 10 años. De acuerdo con los datos de stock bovino al 31 de diciembre de cada año de la Secretaría de Bioeconomía de la Nación, las existencias a finales del año pasado se ubicaban en 52,8 millones de cabezas, lo que implica que el año cerró con una caída de 2,7% o 1,5 M de animales respecto del 2022. Esta es la mayor caída anual desde el 2009, año en que las restricciones a la exportación de carne bovina precipitaron una liquidación de stock por parte de los productores.