El ex ministro de Economía Domingo Cavallo aseguró que la salida del cepo implicará un salto en el dólar, aunque aclaró que eso "no tiene por qué ser inflacionario".
El exministro de Economía sostuvo que el fin de la restricción cambiaria podría implicar una apreciación de la moneda norteamericana, aunque resaltó que ese impacto "no tiene por qué ser inflacionario". Recomendó al gobierno que tome la decisión en los primeros meses de 2025.
El ex ministro de Economía Domingo Cavallo aseguró que la salida del cepo implicará un salto en el dólar, aunque aclaró que eso "no tiene por qué ser inflacionario".
"Podría consolidar la estabilidad monetaria y cambiaria en el país, abriendo el camino hacia un crecimiento basado en la inversión y el aumento de la productividad", evaluó sobre el fin del cepo cambiario.
A su entender, "la eliminación completa del cepo podría significar la consolidación de la estabilidad monetaria y cambiaria".
El ex funcionario de Carlos Menem e ideólogo de la Convertibilidad sostuvo que postergar la decisión podría reducir el impacto positivo de otras medidas tomadas por el gobierno de Javier Milei.
Para el economista, quitar el cepo "ayudará a que haya saldos favorables en la balanza comercial para facilitar el acceso del Tesoro a la compra, con los pesos de su superávit fiscal primario, de los dólares que necesita para afrontar el pago de lo intereses de esa deuda".
Cavallo también planteó que un sistema monetario basado en la competencia de monedas, similar al modelo peruano, podría ser una solución eficaz para garantizar la estabilidad. En este esquema, los bancos recibirían depósitos tanto en pesos como en dólares, y el Banco Central regularía la expansión del crédito en ambas monedas mediante instrumentos como los encajes legales y las operaciones de mercado abierto.
“La estabilidad de precios requerirá que el peso no se deprecie tendencialmente, aunque pueda sufrir fluctuaciones transitorias”, explicó el economista. Este enfoque permitiría al Banco Central manejar la oferta monetaria de manera más flexible, limitando las ventas de reservas y asegurando que las fluctuaciones cambiarias no se traduzcan en inflación sostenida.
Cavallo explicó que el cepo cambiario está compuesto por un entramado de restricciones que afectan tanto a exportadores como a importadores. Por un lado, los exportadores están obligados a liquidar sus dólares ante el Banco Central dentro de plazos determinados. Por otro, los importadores enfrentan límites en el acceso a divisas, tanto en cantidad como en los plazos para realizar los pagos.
Estas medidas permiten al Banco Central manejar el tipo de cambio oficial y mantener metas de acumulación de reservas. Sin embargo, remarcó el ex ministro, generan distorsiones que alimentan la brecha cambiaria entre el mercado oficial y los paralelos, como el dólar blue y el contado con liquidación (CCL). Además, afectan negativamente la competitividad y los costos de las empresas, al tiempo que desalientan la inversión extranjera.
En esencia, se trata de un control de precio y cantidad en el mercado cambiario, algo que no es fácil de mantener por períodos largos sin que surjan mecanismos de evasión”, detalló Cavallo, al agregar que las restricciones también se aplican a operaciones financieras y transferencias internacionales, lo que agrava las distorsiones.
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