Lunes 20.9.2021
/Última actualización 21:46
“Hacer las cosas sin miramientos”. Aníbal Fernández citó a Escrivá de Balaguer y sirvió otro sapo a digerir por el progresismo kirchnerista, ya atragantado con Juan Manzur. Cristina no es Santa Teresa, pero opera con la convicción enunciada por el nuevo ministro de Seguridad, sin límites reconocibles en su facción interna ni en la escena institucional, excepto su propia voluntad.
Los insultos seriales de Fernanda Vallejos al presidente por el ajuste a los jubilados o el desmanejo en pandemia, hubieran motivado cuanto menos un pedido de destierro de ser formulados por un opositor. Pero la diputada y economista predilecta de la vicepresidenta, precedió a las acusaciones de buenos modales de la propia Cristina.
En su carta abierta, la vicepresidenta detalló que la derrota electoral es por el ajuste fiscal. Señaló que en 8 meses el déficit primario nacional acumulado es de 2,1% del PBI, cuando lo presupuestado era 4,5%. Y calculó que a la Casa Rosada le quedan 4,2 puntos del Producto Bruto para gastar, lo que equivale a unos $ 420 mil millones.
¿Por qué no se fue Guzmán?, se preguntan los analistas. El problema del ministro no es el sobrecumplimiento de la pauta del déficit primario sino la ausencia de recursos para financiar la expansión del gasto. En agosto, Economía sólo pudo renovar 86% de la deuda en pesos en el mercado local; los inversores que se van, presionan al dólar y a la inflación.
Sin miramientos, Cristina dio la orden y Guzmán la cumplió. El decreto 622 que el sábado se publicó en el Boletín Oficial deja en claro que la Casa Rosada usará los Derechos Especiales de Giro asignados por el FMI al país para pagar deuda (son unos U$ S 4334 millones).
Pero también los usará para respaldar la impresión de unos $ 422.174 millones, dejando como garantía papel pintado -letras que son promesas de devolución de la Casa Rosada, a largo plazo- en el Banco Central. Se usa dos veces el mismo recurso. Contabilidad creativa; factor de inflación o presión al dólar.
La cifra es la cantidad que Crsitina reclamó en su carta. Acto seguido el gobierno se apresta a pagar un bono a los jubilados “ajustados” y a beneficiarios de la Asiganción Universal por Hijo.
Tal vez -para calmar a Juan Grabois- vuelva el IFE. Los planes -dependiendo de cuánto se extiendan y duren- costarían en principio entre 150 y 200 mil millones (Guzmán quiere guardar algo de financiamiento para 2022). La pregunta es si volverá a concentrar los recursos en el conurbano; el Frente de Todos perdió 1,7 millones de votos en la comarca de Axel.
Kicillof no fue a Tucumán a respaldar a Alberto; debió viajar a Santa Cruz en vuelo de línea, donde recibió las instrucciones para reemplazar a Carlos Bianco en la jefatura de Gabinete del gobierno en La Plata.
El pintoresco amigo del gobernador fue reemplazado por Martín Insaurralde, un intendente del conurbano. No fue el único cambio; a despecho de su predilecto, Cristina manda señales a los “barones” del peronismo, que dejaron cortar boletas en sus distritos porque prefieren negociar con concejales de Juntos por el Cambio antes que con los candidatos con los que La Cámpora pobló las listas del PJ y que se precipitaron en derrota primaria.
¿Importa en Santa Fe lo que pasa en el conurbano? Al mes de agosto de 2021 la PBA recibió del tesoro nacional $ 90.400 millones de transferencias discrecionales (por fuera de la coparticipación automática), lo que supone el 47% de lo que repartió Alberto “a sola firma”; a la gestión Perotti le destinó apenas 5% por el mismo concepto.
Santa Fe se encuentra entre las 4 provincias menos favorecidas por la Nación a la hora de analizar cuánto dinero reciben los distritos subnacionales en planes sociales desde el gobierno central, respecto a sus poblaciones con dificultades laborales.
La política fiscal expansiva del kirchnerismo se practica desde siempre sin miramiento presupuestario ni mérito distrital. Lejos de la General Paz, Omar Perotti pudo proteger mejor que Horacio Rodríguez Larreta el sector productivo durante la pandemia; Matías Kulfas celebró en Las Parejas y Armstrong el día de la Industria, destacando que Santa Fe lidera la recuperación fabril del país. En esos distritos de fierros agrícolas, el Frente de Todos perdió la elección.
La macro no sólo condiciona votos por vía de la inflación. El Banco Nación habilitó en abril una línea de $ 26.500 millones para financiar y ampliar la capacidad de producción de las Pequeñas y Medianas empresas del sector agrícola-ganadero de la provincia de Santa Fe; Daniel Costamagna, ministro de la Producción, recibió pedidos por $ 4 mil millones. ¿Acaso los ganaderos -por poner un ejemplo- no quieren invertir ni siquiera con subsidios? dudan si el gobierno nacional cierra exportaciones o pisa precios internos.
En el reparto de plata -reflejo de la pobre política nacional- se evidencia la prioridad del kirchnerismo. El asistencialismo electoralista, por más que el presidente grite la reconversión a empleo en un acto oficial travestido a partidario, es más importante en Buenos Aires que el respaldo a la producción en un distrito como Santa Fe.
Si hay un cheque ostensible para la Casa Gris a corto plazo, dentro de las políticas electoralistas, quedará en evidencia que Cristina considera remontable el resultado de la primaria; a ella no le gusta perder, menos si se trata de bancas en “su” Senado.
En medio de la tregua al enfrentamiento oficialista, Perotti asistió y aplaudió en el acto en el que juraron los nuevos ministros, que según Máximo Kirchner fueron decisión de Alberto. Está escrito: si las Paso se revierten, gana ella. Si no, ya están los nombres puestos para asignar responsabilidades en la derrota.