Daniel Artana advirtió que "el gobierno deberá avanzar en cerrar el acuerdo con el FMI "antes de finales de febrero, porque no tendría los fondos para pagar el vencimiento de marzo" con el organismo.
Los bancos tienen colocados más del 45% de sus activos en el sector público, porcentaje similar al del '88. No hay crédito externo ni margen para colocar más deuda local.
Daniel Artana advirtió que "el gobierno deberá avanzar en cerrar el acuerdo con el FMI "antes de finales de febrero, porque no tendría los fondos para pagar el vencimiento de marzo" con el organismo.
"La expectativa de mayor emisión y la inconsistencia de la pauta mensual de devaluación auguran una corrección cambiaria y en el nivel de precios post elecciones". La corrección de Artana puede traducirse: más inflación y corrida cambiaria asoman en el horizonte de no haber cambios.
"Un default con el FMI complicaría las cosas seriamente. Habría un riesgo de que la desmonetización gradual se acelere y se asusten los depositantes. El efecto sobre la brecha cambiaria sería importante e inmediato", expuso el economista en el último informe de Fiel.
"Dado que no hay opción para radicalizarse – el déficit fiscal primario se financia con inflación- el gobierno deberá acordar con el FMI un programa que reduzca gradualmente el déficit fiscal y normalice el mercado cambiario.
Explicó que tras la "contundente derrota del oficialismo en las Paso", la respuesta del gobierno "no es tranquilizadora para la macroeconomía porque se decidió profundizar la política fiscal y monetaria expansivas" y "al mismo tiempo que se continúa deslizando el tipo de cambio nominal a un ritmo mensual del 1%".
Sin crédito externo "el déficit fiscal puede financiarse con colocación neta de deuda en el mercado local, con los depositantes indirectamente a través de la esterilización de los aportes del BCRA al Tesoro, o con emisión neta.
"Las entidades financieras -explicó el especialista- tienen una exposición al sector público (Tesoro más BCRA) del orden de 45% de sus activos, porcentaje que es similar al que tenían a finales de 1988".
Más adelante expuso que "la posibilidad de demorar" la inconsistencia de la macroeconomía "se ha reducido notoriamente porque la intervención en los distintos mercados cambiarios está agotando las reservas líquidas de la autoridad monetaria".
Gradualismo
"Dado que no hay opción para radicalizarse -dice Artana- porque el grueso del problema es el déficit fiscal primario que se financia con inflación, el gobierno deberá acordar con el FMI un programa que reduzca gradualmente el déficit fiscal y normalice el mercado cambiario. Ello requiere un mínimo de cohesión política dentro de la coalición de gobierno".
Presión fiscal
"Es probable que el gobierno insista con aumentos de impuestos porque ese es el camino elegido hasta ahora, aún en el medio de la pandemia. Las proyecciones del presupuesto son algo optimistas en particular para los recursos del sistema previsional, pero hay margen de reducción del gasto asociado a la pandemia ante la expectativa de que la misma continuará cediendo", detalló el economista de Fiel.
Fracaso populista
"Luego de 12 años de estancamiento en el PIB y en el empleo formal, pérdidas importantes acumuladas del salario real, y un ajuste externo ya completado, y ante el fracaso evidente del populismo, las nuevas autoridades tendrán la oportunidad de encarar un programa de reformas estructurales que eliminen el déficit fiscal y reduzcan los sobrecostos que el Estado le genera a la inversión y empleo privados. Quizás se abra la puerta para empezar a recuperar a la Argentina de la decadencia económica".