El Litoral
El nivel es bajo si no se cuentan las acreencias de los propios organismos del Estado.
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El Ieral -Fundación Mediterránea- evaluó que “en el corto plazo la expansión del gasto estatal en jubilaciones, planes sociales y obra pública será clave en la salida de la recesión, la historia argentina justifica una doble lectura de esta política”.
La entidad evalúa los efectos de gradualismo para afrontar el déficit y el financiamiento con deuda para pagar cuentas impagas y reactivar la recesión recibida. Ese endeudamiento es el punto de crítica de ortodoxos y kirchneristas.
“Los pesimistas -dice Jorge Vasconcelos- se fijan en el nivel de la deuda bruta, que se acerca a 60 % del PBI, incluyendo los pasivos en cabeza del Banco Central. Los optimistas, en cambio, hablan de la deuda neta, que es del orden de 25 % del PBI”.
Añade que “quizá la verdad esté en el medio, ya que los intereses de los bonos en manos de la ANSES hay que pagarlos y la deuda externa debe compararse con exportaciones que son raquíticas.
Pero también es cierto que los riesgos de refinanciación son menores si parte de los pasivos están en manos del propio Estado y que las Lebacs son instrumentos distintos a los de deudas”.
Expone el economista que “como en todos los debates, el veredicto lo dará la realidad, según las dificultades que aparezcan para seguir colocando deuda pública.
“Mientras tanto, el gobierno, apoyado en la credibilidad del Banco Central, ha hecho un importante aporte para que las empresas consigan financiamiento a largo plazo en pesos, al fijar un rendimiento de referencia de 15,3 % anual para un bono que vence en 2026”.