La lista de aumento apenas comienza. Los surtidores buscan que las naftas lleguen hasta 1,10 dólares equivalentes en pesos, las góndolas sobreactúan el temor con listas que superan la razonabilidad de la macro más allá de la devaluación de la moneda local un 54% (el dólar se apreció 118%), tarifas de energía y transporte dejarán de tener subsidios universales. La lista sigue.
Los precios se dispararían hasta 60% en dos meses según cálculos de JP Morgan -enero y febrero- mientras el gobierno de Santa Fe ensaya soluciones para pagar la cláusula gatillo en los sueldos de enero. La devaluación al 2% mensual anunciada por el BCRA es incompatible con una inflación tan alta; si no hay un freno a la dinámica de precios, lo que se reacomoda hoy con enorme costo social, se agravará mañana.
“La inevitable aceleración de la tasa de inflación demanda anclas firmes para evitar la espiralización, y no todos los instrumentos apropiados están disponibles”, advirtió desde la Fundación Mediterránea el economista Jorge Vasconcelos.
“La política cambiaria está supeditada a la necesidad de reconstituir reservas, la política monetaria está siendo condicionada por la obsesión por ‘desarmar la bomba’ de las Leliqs y la política fiscal comienza a achicar el déficit más por el lado de la recaudación que por la contención de los gastos”.
Con la recesión oficialmente anunciada, las medidas de emergencia explican el “shock” inicial pero aún no dejan ver un plan integral. El dólar futuro para finales de enero está $889,40 en el Matba-Rofex; los mercados le dan crédito a Milei, pero por ahora no le siguen la planilla de excel a un gobierno al que le faltan definiciones más allá del ancla fiscal.
Jorge Vasconcelos, economista de la Fundación Mediterránea.
“El ROFEX muestra un sendero distinto para la variación del tipo de cambio, ya que los contratos a futuro se pactan con una variación implícita de 7,2 % para enero y más cercana al 10 % mensual para el período de febrero a abril”, advirtió el economista de la Mediterránea.
La deuda con importadores se afronta con bonos en dólares, que comprometen más el balance del BCRA. Los bancos retienen pases y Leliqs con una tasa negativa ante la alta inflación. La inflación que licúa en parte ese frente, promete achicar el gasto en salarios públicos, jubilaciones y transferencias a provincias. “Cambió la motosierra por la licuadora”, advirtió Carlos Melconian horas atrás.
Milei ha logrado achicar la brecha. Entre el dólar mayorista -el de referencia para actividad importadora y bancaria- y el oficial hay menos de 25%. Caen el Contado con Liquidación y el MEP. Diciembre suele ser un mes en el que familias y empresas demandan pesos (compras, viajes, pagos de aguinaldos) por lo que la divisa se suele tranquilizar relativamente.
De nuevo: dólar tranquilo y precios en pesos viajando rápido en la reacomodación de la inflación reprimida a costa de la sociedad y en nombre del fracaso del gobierno saliente, coronado por el gasto público para la campaña fallida de Sergio Massa.
Política de shock con medidas graduales; así ensaya su dialéctica el presidente que pasó de la locuacidad al silencio luego de su discurso tras asumir en el cargo. Son definiciones previas al plan, que aún no aparece.