En la apertura de este lunes, el dólar oficial cuesta $ 100,75 en el Banco Nación, pero casi no existe. El blue cotiza a $ 170 y el “contado con liqui” fue frenado por el gobierno que malvendió los AR30 (“sugirió” a los operadores que no lo usen) está en $ 166,40, pero alcanzó hasta $ 178,30 usando las acciones de Irsa, que están fuera del radar oficial.
La brecha crece y tensiona. “No habrá ninguna devaluación ni antes ni después de las elecciones”, ratificó el jefe de Gabinete, Santiago Cafiero, durante una entrevista para El Cronista. ¿El que apuesta al dólar pierde?
El Instituto Argentino para el Desarrollo Social (Idesa), que dirige el economista Jorge Collina, calculó en base a datos del Banco Central, que que “entre diciembre 2019 (cuando asume el actual gobierno) y junio 2021, el dinero en poder de la gente (efectivo, cuentas corrientes, cajas de ahorro y plazos fijos) aumentó un 126%. La inflación en el mismo período fue de 71%. Esto significa que todavía hay $ 1,2 billones de pesos de emisión en exceso”.
El gobierno ratifica así que la inflación que diluye su gran problema fiscal, es parte de su plan. Eso y que la autoridad monetaria restrinja los pesos en circulación, por lo que ya quitó del mercado otros $ 500 mil millones mediante Leliq y pases. La “demanda agregada” no genera virtud económica; presiona la inflación y el dólar. El cristianismo lo niega en el relato, pero lo sabe en los hechos.
Cafiero atrasa sus fundamentos para mostrar una buena foto: en el primer trimestre del año el PBI recuperó 2,5% y 25.000 empleos industriales. Omite lo que pasó desde abril; de hecho en junio los aportes personales a la seguridad social perdieron 13,9% y el Iva impositivo -indicador de consumo- está casi 20% debajo del mismo mes de 2019 (para no comparar con el 2020 de la pandemia), en términos reales.
Por segundo mes consecutivo, los depósitos a plazo en los bancos crecen por detrás de la inflación (2,23%); eso más los aguinaldos y las nuevas paritarias pondrán más pesos en circulación y más presión a la inflación o el dólar. Será refugio al menos para los que pueden exceder los consumos inexcusables, en un país en el que la mitad de la población está por debajo de la línea de pobreza medida por ingresos.
Martín Redrado calculó que el gobierno va a sacrificar reservas para devaluar a un ritmo no mayor a 1,2% mensual; eso mientras la tasa de inflación sigue por encima del 3%. Más atraso cambiario, más tensión.
“La Fundación Capital proyecta el dólar oficial a entre $ 113 y 115 para fin de año”, dijo el economista.; los vencimientos de septiembre y diciembre con el FMI se pagarán con los DEG que reciba del propio Fondo Monetario el BCRA. “La estrategia hasta las elecciones es planchar el dólar, y sabemos cómo eso termina”, advirtió el ex titular del BCRA.
La Casa Rosada intenta por decreto recuperar el tiempo perdido, levantando el cepo a las proscritas vacunas norteamericanas. Las encuestas propias y extrañas señalan al oficialismo que el déficit de dosis pagadas a AstraZeneca o comprometidas por Rusia, afectan la salud pública y el humor electoral. Pero sobre todo la crisis económica atenta contra el actual oficialismo, tal como le sucedió a Macri en las primarias de 2019.