El dólar blue subió este jueves cuatro pesos, a $383, tras conocerse el dato de inflación de febrero, del 6,6%.
El paralelo quedó $ 3 de su máximo nominal histórico. La brecha con el mayorista se acomoda en el 88,7%.
El dólar blue subió este jueves cuatro pesos, a $383, tras conocerse el dato de inflación de febrero, del 6,6%.
El paralelo queda así a $3 de su máximo nominal histórico ($386, registrado a finales de enero). La brecha con el mayorista se acomoda en el 88,7%.
El lunes, el dólar paralelo había saltado $4, en medio de la tensión global en el mundo financiero, que puso en jaque a bancos en Estados Unidos y generó temor de un eventual contagio a pesar de anuncios de medidas de contingencia oficiales para garantizar depósitos. El martes se mantuvo sin variaciones, mientras el miércoles anotó una suba de $2.
En lo que va de 2023, el dólar blue acumula una suba de $37 después de cerrar el 2022 en $346. En enero el dólar informal avanzó $35 (+10,1%), mientras en febrero acumuló una caída de $6 (-1,6%).
En 2022, avanzó $138 (+66,4%) después de cerrar el 2021 en los $208. En este escenario, los dólares financieros continúan marcando récords nominales. Luego de un mes y medio de calma, en marzo el contexto cambió y las cotizaciones amagan con superar la barrera de los $400.
El dólar MEP se negocia en el mercado de capitales a $384,54, una suba diaria de $1(+0,3%). El contado con liquidación (CCL) aparece en pantallas a $399,35, $2 más que la jornada anterior (+0,6%).
En lo que va del mes, el MEP trepó 7,6% y el contado con liqui, 9%. En la peatonal Florida, donde se concentra la mayor cantidad de arbolitos y cuevas en la Ciudad de Buenos Aires, el dólar blue se vende a $383. Es una suba de $4 frente a la rueda anterior (+1,2%).
La deuda pública bruta total ascendió a US$394.150 millones al fin de febrero, lo que representa una baja de US$ 1.630 millones respecto a enero y de US$ 2.389 millones en el acumulado del primer bimestre, según datos del Ministerio de Economía.
Esta disminución se explica principalmente por una caída de los compromisos con el Fondo Monetario Internacional (FMI), que al 28 de febrero se ubicaban en US$ 42.839 millones. En esta disminución operan pagos y cambios en la cotización de los DEGs, que es la moneda del organismo en la que se imputan las operaciones.
El 34% de la deuda está nominada en moneda local mientras que, el 66% restante, en moneda extranjera.
A su vez, el 46% está en títulos y letras en moneda extranjera y el 20% está tomado con organismos internacionales. El 29% está expresado en títulos y letras en moneda nacional y un 4% son adelantos transitorios.
La deuda con el FMI que mantiene al borde de la fractura a la coalición gobernante y resulta el eje del debate público político y económico de la Argentina representa el 10,89% de los pasivos totales del país, equivalente a la deuda en pesos ajustada por CER.
Respecto a febrero del año pasado, la deuda pública bruta total se incrementó en US$ 27.524 millones, que es equivalente a la mitad del préstamo que había solicitado originalmente en 2018 al FMI el expresidente Mauricio Macri (luego el programa se cortó cuando se habían acumulado desembolsos por US$ 45.000).
Si se compara con diciembre de 2019 al momento de la asunción de Alberto Fernández, la deuda pública del Estado argentino creció en US$ 71.085 millones, o sea un 1,6 veces más que el crédito que solicitó Cambiemos.
Entre las deudas con organismos internacionales también se destacan obligaciones de US$ 15.604 millones con el BID y de US$ 9.232 millones con el Banco Mundial.
En otro orden, la deuda ajustada por inflación sobre la cual muchos analistas ponen el acento, se ubicó en US$ 42.255 millones al cierre de febrero, representando el 10,72% del total.