Mientras el gobierno entretiene a las audiencias masivas en la pelea con España o la presentación del libro de Javier Milei en el Luna Park, los indicadores financieros encienden alertas. El blue y los dólares financieros llevan tres días de subas que agudizan el retraso cambiario denunciado por los economistas a los que el presidente descalifica; para los analistas financieros son consecuencia de la reducción de tasas por parte del Banco Central (BCRA), una política con la que el FMI no está de acuerdo y que obstaculiza la ayuda extraordinaria por unos US$15 mil millones que pide la Argentina para levantar el cepo.
Aún es baja la liquidación de exportaciones, cuya velocidad ayudaría a moderar el CCL por la demanda de dólares 80/20 habilitada para esas operaciones. A ese escenario se suman las dudas en torno a la ley de Bases, que el kirchnerismo logró demorar en el Senado, afectando las “expectativas” que tanto inciden en el ecosistema de la economía. El gobierno apuesta a que la cosecha gruesa despeje en parte los interrogantes a medida que avance la cosecha de soja y en tanto se confirmen la sostenibilidad del superávit fiscal y la baja progresiva de la inflación. Los agentes financieros de la city no esperan que la Casa Rosada disponga un nuevo salto devaluatorio más allá del 2% mensual del “crawling peg”.