“Precio es de lo que hay” suele decir Juan Carlos De Pablo. La policía de los arbolitos logró que el “blue” bajara ayer $80 y cotizara a $905. Excepto que a ese precio no hay dólares en venta. Los secretarios de Finanzas y de Política Económica, Eduardo Setti y Gabriel Rubinstein, ratificaron que habrá tipo de cambio oficial fijo a $350 (dólar mayorista) hasta el 15 de noviembre (según el acuerdo con el FMI) y que desde allí ensayarán un crawling peg (deslizamiento devaluatorio) del orden del 3% mensual. “El 23 de octubre el dólar oficial estará en $350. Ya todos se han percatado, en el país y en el exterior, que sin un monto de dólares significativo para controlar el financiero, la maxi deva no sirve. Y desde 15/11 crawl al 3% mensual”, posteó el propio Rubinstein en su cuenta de X.
Fue una respuesta implícita a las declaraciones de Carlos Melconian, para quien el día posterior a los comicios el dólar oficial debería al menos ir hacia los $500, para emparejarlo con la inflación sucedida desde la devaluación. Según el equipo del ministro-candidato Sergio Massa, la prolongación del anclaje con el dólar cuando la inflación corre a dos dígitos, implica retrasar más el tipo de cambio y estirar la brecha, que por encima del 172% produce serios problemas en la economía real. Economía apuesta a la “bicicleta”; pretende que los ahorristas se queden en plazos fijos al 254,8% de Tasa Efectiva Anual, lo que supone que “el que apuesta al dólar pierde”. Entre la codicia y la evidencia, la apuesta electoral se plantea en medio de una “super inflación” que no cede, salvo para la medición de Rubinstein.