Por José Enrique Bordón Producción periodística: Nancy Balza - Emerio Agretti
La renuncia del ministro Guzmán provocó incertidumbre y desconfianza. Casi todos los sectores recibieron el impacto. Cuáles son los rubros con mayores dificultades.
Por José Enrique Bordón Producción periodística: Nancy Balza - Emerio Agretti
Argentina comenzó a desenvolverse en medio de una semana convulsionada por los cambios en el Ministerio de Economía, no solo por la renuncia de su titular, Martín Guzmán, sino por el desenlace político que trajo aparejado, cuyos efectos comenzaron a decantar tanto en los mercados financieros como en los más ligados a la economía diaria de los argentinos.
Aparecieron viejas pero repetidas cuestiones. La primera, prueba evidente de la desconfianza que todos tenemos frente a las medidas que se están evaluando, es la alteración de los precios en toda su gama, desde alimentos, pasando por costos industriales hasta llegar a situaciones insólitas como el anuncio de que puede faltar hasta café. No saldremos de esa incertidumbre si antes no hay definiciones claras, concretas.
No hace falta ser ministro de Economía, ni catedrático del área ni estadístico. El bolsillo es el que define el ánimo de los argentinos, especialmente de su clase media hacia abajo. Y en estos días, el paso por un supermercado lo demuestra. Este tipo de situaciones genera impactos hacia arriba y hacia abajo. Mucho dependerá de dónde esté uno ubicado y la forma en que se resolverán las cuestiones. Hay muchos sectores sensibles de la economía afectados por las razones que cada uno entienda. El "por las dudas" rompió con la poca certidumbre que había en los sectores más dinámicos. "No hay precios" es la frase más utilizada en estas horas para justificar que nadie vende porque no sabe si podrá reponer lo que vende y, lógicamente, a qué precio. Lo poco que hay en vidriera ya estuvo sometida a la presión de la remarcación (30 por ciento en 20 días).
En las góndolas de los supermercados es donde más se evidenciaron estas decisiones económicas del fin de semana pasado. Si el sector venía con complicaciones por las consecuencias del faltante de gasoil, que complicaron la logística, mucho más a partir de la especulación que asomó tras los cambios en el gabinete económico.
Hay sectores que todavía no alcanzan a visualizar si este panorama llegó para quedarse, con lo cual tendríamos una economía viciada por varios meses, o como ocurrió en otros momentos del país, esto pasa después de una quincena, cuando los efectos y las causas se tranquilizan. Puede ocurrir, pero primero el gobierno tendrá que demostrar solvencia, política y económica, o viceversa. Los números del Indec van a ser los que terminen confirmando la tendencia que hasta hoy no parece ser demasiado clara.
En el informe sobre la situación que viven algunos sectores de la economía local en estos momentos, se podrá comprobar que el dinamismo de los precios no es exclusivamente de hoy. La economía tiene un elemento indispensable en el que se apoya: la confianza. Cuando no hay confianza hay incertidumbre. Y la incertidumbre es mala consejera.
Un sector que refleja claramente lo que sucede con el momento de incertidumbre en la economía argentina es el referido a los productos para la seguridad industrial.
Según pudo comprobar este diario, en el caso del calzado específico para estas tareas, al reciente incremento de un 5% en los precios (que se suma a los otros registrados en los últimos meses) se le sumará otro a corto plazo.
En el caso de la indumentaria, el aumento fue de entre un 10 y un 15%, dependiendo del proveedor. Hay tipos de mamelucos importados que se actualizan semanalmente.
También hay aumentos en guantes (las fábricas que no tienen precios por el momento porque importan muchos insumos). Precios de guantes de cuero (una marca nacional): varía, dependiendo del tipo de cuero, entre un 5 y un 8%.
Lo propio ocurre con los proveedores de conos y otros elementos para señalización.
En los implementos para protección en altura, ya hubo aumentos dos veces en este mes (10% a principios de mes y 11% esta semana).
Las herramientas para la actividad subieron un 35,5 % (en junio no habían aumentado).
Farmacéuticos de la región advirtieron sobre la faltante de medicamentos por los problemas con las importaciones. Pero nadie oculta que luego de la renuncia de Guzmán, la lista de precios del sector sufrió un incremento del 5 por ciento, que se suma al 32% promedio que ya hubo en el año.
El gran tema es la provisión de la medicación para los tratamientos oncológicos. En lo más cotidiano, faltan bolsas para agua caliente y algunos productos de perfumería.
Las trabas a las importaciones podrían provocar malhumor entre los consumidores del tradicional "cafecito". Algunos empresarios, como Marcelo Salas, dueño de la cadena Café Martínez, con presencia en esta capital, explicó en declaraciones radiales que podría haber faltante de café en apenas 30 o 45 días.
"Si la situación se mantiene y no podemos abastecer a los locales, la facturación caería un 45%". ¿Qué ocurre?. En Argentina no se producen granos de café que luego son molidos y envasados sí por fabricantes locales.
El empresario explicó que para no aumentar los precios, decidieron disminuir los productos que son vendidos en los supermercados y dedicarse a abastecer solo a los locales comerciales. "Esta incertidumbre se traslada en una presión hacia los precios. Las empresas no saben si van a poder hacer la reposición correspondiente", añadió.
En este panorama, y por más que llame la atención lo expresado sobre el café hay que indicar que ese no es el único producto que peligra su abastecimiento. Ya algunas cadenas que venden congelados alertaron que se observa faltante de sushi, ya que hay faltante -además de los altos costos- de salmón. La alternativa comenzó a ser la trucha.
El auge de la presencia de mascotas en las viviendas de los argentinos, afianzada en la pandemia, hoy alerta sobre una complicación impensada hasta hace meses. Por las medidas vigentes, el costo de los alimentos para las mascotas se disparó en los últimos 20 días y los precios se actualizan todas las semanas.
Juan Pablo Ravazzano, presidente de la Cámara Argentina de Empresas de Nutrición Animal (Caena), recordó que una decisión del Banco Central "nos imposibilitó pagar en el exterior las compras que hacemos. Y nosotros somos dependientes 100% de las importaciones. El faltante de estos ingredientes importados puede trasladarse a la falta de alimentos para perros y gatos", alertó.
Uno de los sectores que esta semana salió al escenario a plantear sus problemas por la situación económica imperante fue el de la construcción. "Estamos atravesando una situación bastante compleja en nuestro sector, por los niveles de inflación que se vienen registrando desde hace un largo tiempo, y que se vio agravada en los últimos días como consecuencia de las decisiones que todos conocemos. Hoy se está tornando imposible que los proveedores coticen, porque dicen que no hay precios. Y eso hace que tampoco nosotros podamos cotizar", sostuvo en la consulta de EL LITORAL el titular de la Cámara Argentina de la Construcción (CAC) delegación Santa Fe, Sergio Winkelmann.
Sobre los pasos a seguir, fundamentalmente en el caso de la obra pública, Winkelmann recordó que esta semana "le pedimos al intendente que se suspendan los actos administrativos de licitación y firma de algunos contratos, al menos por 15 días –o antes si hay un panorama más claro-. Creemos que es imprudente llamar a licitación con precios congelados como ellos lo hacen, inclusive sin redeterminación de precios de algunos planes nacionales vigentes. Hoy, pensar en hacer una obra de 6 a 8 meses con precios congelados es prácticamente imposible porque sabemos que no se va a poder concretar", insistió.
Agregó que "los aumentos de la inflación superan a los que se toman para la redeterminación de precios. Eso te come parte de tu beneficio hasta, inclusive, desequilibrar la balanza y perder. Estamos trabajando con provincia buscando una salida a la redeterminación de precios. En el caso de las obras municipales es más complicado porque en este caso la mayoría de las obras tienen el financiamiento nacional. En la provincia es diferente porque son fondos propios y los pagos son normales. Insisto: estamos ante una situación muy compleja", concluyó el constructor.
En el caso de obras financiadas por el gobierno provincial la cuestión es diferente. "Nosotros aplicamos la redeterminación de precios. Hoy no tenemos obras paralizadas aunque sí algunas con demoras por distintas cuestiones, como la falta de algunos productos", admitió la ministra de Infraestructura de la provincia, Silvina Frana.
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