"La decisión de construir un reactor Hualong como Atucha III está respaldada por más de una década de trabajo y se enmarca dentro de la tradición de excelencia nuclear argentina, en línea con la tendencia mundial de apostar a la energía nuclear como fuente de energía limpia y segura para combatir el cambio climático", expresó la empresa mediante una carta abierta.
A comienzos de febrero, Nucleoeléctrica y la Corporación Nuclear Nacional China (CNNC) suscribieron el contrato para la construcción de Atucha III, decisión "respaldada por más de una década de análisis y trabajo, y la tradición de excelencia de más de 70 años de desarrollo nuclear nacional", lo que le permite al país integrar "el grupo de naciones que lleva adelante la construcción de 52 reactores alrededor del mundo". señaló.
Al darse a conocer el acuerdo, los ex secretarios expresaron que "una central de esta naturaleza no debería haberse contratado sin previamente haber realizado un Estudio de Factibilidad Integral que asegure que la central es factible desde un punto de vista técnico, económico, financiero, tarifario y ambiental".
Las objeciones a la iniciativa lleva las firmas de los ex secretarios Emilio Apud, Julio Cesar Araóz, Enrique Devoto, Alieto Guadagni, Jorge Lapeña, Daniel Montamat y Raúl Olocco.
Sobre esas recientes expresiones, el directorio de NASA consideró que "no resulta extraño que sus dichos coincidan con lo que hicieron cuando ejercieron esas funciones".
"Fue precisamente durante sus gestiones que el Plan Nuclear Argentino perdió su vigor e impulso, casi al borde de su abandono definitivo. Quienes conocemos la historia del sector, que hoy emplea a más de diez mil personas de forma directa, sabemos bien quiénes son", afirmaron los directores.
En ese sentido, agregaron: "Quienes apoyaron la cancelación del proyecto nacional tipo CANDU que utilizaría uranio natural y agua pesada son los que hoy se escandalizan por la transición hacia un ciclo de combustible de uranio enriquecido y agua liviana, alegando que no producimos el primero de estos dos insumos".
"Son los mismos que en el año 1995 decidieron dejar de producir el uranio natural de forma local para pasar a comprarlo en el exterior y que en 2017 soslayaron el cierre de la Planta Industrial de Agua Pesada (PIAP) de la CNEA, obligando al país a importar este insumo que requiere en la actualidad para continuar operando sus tres centrales en funcionamiento", aseveraron.
Finalmente, se recordó que la Argentina comenzó a transitar el desarrollo de capacidades en el mismo ciclo de combustible que utilizará la central nuclear tipo Hualong cuando, a mediados de la década del 80', la CNEA presentó el Proyecto CAREM, prototipo del primer reactor de potencia de diseño argentino.