Energía y movilidad: los 8 cambios que revolucionan el mundo y Argentina no ve
Ignacio Peña es un impulsor de la transición energética: "Se aproxima el colapso de las fósiles", insiste. Desaconseja desarrollar Vaca Muerta: "Tiene un costo de producción muy elevado y la demanda y los precios van a caer". A solar y eólica, suma baterías de litio, autos eléctricos, bioplástico, hidrógeno renovable y fusión compacta. "Es un cambio disruptivo para la economía".
Gentileza Podríamos proponernos ser un país carbono neutral y líder en la transición energética, apostados a energías limpias, vehículos eléctricos, al almacenamiento y la eficiencia energética. Pero no. Vamos a poner un impuesto a la riqueza para que YPF extraiga más pozos de petróleo , dice el economista Ignacio Peña, ex integrante de YPF.
"El protagonismo del petróleo y el gas tienen los días contados, vamos hacia el fin de esas energías", sepultó Ignacio Peña, licenciado en Economía de la UCA, con varios máster posteriores. Defiende a capa y espada la revolución energética que vive el mundo, con el desarrollo de las energías renovables, alternativas y limpias. Con esa visión, viene augurando un mal futuro para Vaca Muerta: "Invertir muchísimo capital en una explotación que tiene un costo de producción muy elevado, en un momento en que la demanda va a caer, y por lo tanto los precios también, no es lo más inteligente. Y es una mochila muy pesada para la Argentina".
En junio de 2019, cuando su hermano Marcos todavía estaba al frente de la Jefatura de Gabinete de Ministros de un gobierno que impulsó el desarrollo de Vaca Muerta, como el actual, tuiteó: "Propongo un debate público a cualquier CEO del petróleo o funcionario: ¿Vaca Muerta debería ser el eje central de nuestra estrategia energética y nuestra mayor esperanza económica? Yo digo todo lo contrario. Lo hacemos en una universidad con streaming. El que calla otorga".
Esta semana mantuvo esa postura, justamente en un meet virtual organizado por una universidad santafesina. Invitado por la cátedra de Ciudadanía y desarrollo con sostenibilidad de la Facultad de Arquitectura, Diseño y Urbanismo de la UNL, dio una clase abierta a toda la comunidad sobre "Descarbonización, Transición energética y Movilidad" y dejó varios conceptos que vale la pena amplificar.
Al comenzar, enumeró los ocho cambios en materia de energía y movilidad que sumados pueden generar un "impacto muy disruptivo sobre las distintas industrias que conforman nuestra economía", porque "van a aplanar la industria automovilística convencional y de los fósiles", aseguró el fundador de Surfing Tsunamis, una catalizadora de iniciativas de innovación, y ex integrante de YPF.
Y profundizó sobre cada uno de ellos, para concluir con datos que el desarrollo de cualquiera de esas alternativas energéticas es notablemente superior a invertir en "sacar hasta la última gota de gas o de petróleo". Explicó por qué son más abundantes, baratas, generadoras de más empleo, limpias, federales, inmediatas y seguras que los hidrocarburos. Y enfatizó en que hay otro camino que permitiría "erradicar la pobreza y duplicar, y hasta triplicar, el estándar de vida de la Argentina". ¿Cómo? Para encontrar la respuesta hay que leer hasta el final.
¿En qué consiste la revolución?
Las costos de las energías renovables, (solar y eólica son quizás las más conocidas) están cayendo de forma abrupta y previsible. Eso ya las tornaron la solución más competitiva, lo cuál está resultando en un crecimiento explosivo. Lo mismo sucede con las baterías de litio especialmente, pero "van a venir otras soluciones – como hidrógeno verde o baterías de metales fundidos, por ejemplo- que van a permitir dar solución para almacenamiento de largo plazo y a gran escala".
A esto se suma una revolución en la movilidad. Los vehículos eléctricos ya tienen un costo menor al de los convencionales. Además, Tesla y Waymo (del grupo de Google) ya lanzaron pilotos de autos que se manejan de forma completamente autónoma. Cuando combinamos vehículos eléctricos, con movilidad autónoma y soluciones de transporte compartido, un Uber, por ejemplo "van a resultar en flotas de vehículos eléctricos y compartidos con una tasa de utilización entre 30 y 60% contra un 3% que tienen los tradicionales de combustión interna, con un costo mucho menor al transporte convencional y encima van a hacer autónomos, un dueño va a poder mandar su auto a trabajar y va a ganar dinero. Esto lleva a una disrupción muy potente porque van a tener una utilización muy alta y un costo muy bajo. Los vehículos eléctricos, autónomos y compartidos van a reducir drásticamente las ventas de autos convencionales y el consumo de petróleo", vaticina.
El hidrógeno renovable es otra opción porque permite tomar el excedente de la producción de energía eólica y solar "aprovechando que tienen un costo muy bajo en algunos lugares, como en el sur de la Patagonia y en Atacama (Chile), para exportar el hidrógeno a países de Asia, como Corea y Japón, que son territorios muchos más chicos, más densos y no tienen tanta radiación solar ni concentración de viento. El costo hoy no es tan atractivo pero vemos que está cayendo", explicó. Aquí mencionó los casos de Chile y Australia, que están diseñando estrategias para producir mucha más energía de la que consumen, y convertirse en súper exportadores de energías limpias. "Esto está perfectamente disponible para la Argentina, pero lamentablemente estamos apuntando en la dirección opuesta, a combustibles fósiles, que van a tener muy mal fin y muy pronto".
Los Bioplásticos surgen en reemplazo de la petroquímica convencional, con carbón capturado de la atmósfera: "En vez de sacarlo del subsuelo podríamos estar tomándolo de la atmósfera y convirtiendo los plásticos en parte de una solución, y no de un problema".
Por último, se refirió a la Fusión compacta (nuclear). Dijo que se está produciendo una "revolución silenciosa de bajo perfil, pero con mucha plata yendo detrás". Y contó que "ya se han invertido más de 1.500 millones de dólares entre una y dos decenas de startups en EEUU, Inglaterra, Canadá y China, y esa plata está saliendo de los bolsillos de los inversores más sofisticados del mundo, lo cual da credibilidad y respaldo a la afirmación de que acá hay un negocio y no es un negocio para los próximos 30 años, sino para la próxima década".
Estos cambios, sumados, muestran "una explosión disruptiva que a mi modo de ver va a aplanar la industria automovilística convencional y la de los fósiles".
Gentileza Con este imagen, Peña mostró los ocho cambios en energía y movilidad que sumados pueden generar un impacto muy disruptivo sobre las distintas industrias que conforman nuestra economía , porque van a aplanar la industria automovilística convencional y de los fósiles .
Con este imagen, Peña mostró los ocho cambios en energía y movilidad que sumados pueden generar un "impacto muy disruptivo sobre las distintas industrias que conforman nuestra economía", porque "van a aplanar la industria automovilística convencional y de los fósiles".Foto: Gentileza
Los beneficios
Durante la hora que duró su disertación, Peña describió los beneficios que puede obtener un país como la Argentina si apuesta por ese tipo de energías, ya que son:
Más abundantes: en 5 días el sol le da a la tierra tanta energía como tenemos almacenada en todas las reservas de energía fósiles que conocemos, es incomparable. Bastaría una fracción de la superficie de Argentina para abastecer a todas las necesidades de energía del planeta. Con muy poca superficie de paneles, que hoy son más baratos que cualquier otra energía, podríamos abastecer todas nuestras necesidades.
Más baratas: La energía solar es el rey de las energías. Es la más barata de la historia de la humanidad. Justamente porque somos pobres tenemos que apostar a la más barata para que nuestras industrias tengan más competitividad. Argentina está entre los mejores lugares del planeta para producir energía solar, eólica y de litio. Entonces ¿qué estamos haciendo pensando en fósiles? La única explicación es instituciones extractivas que creen que pueden hacerse ricas con el petróleo y el gas y convencen con campañas en medios y a los políticos para que destinen dineros públicos para mantener el show de las fósiles. Si queremos abundancia, es en las limpias. Son más baratas.
Generan empleos: si vemos la evolución de la generación de empleos a nivel global, solar y eólica crecen 12 veces más rápido que lo que crecen otros tipos de empleos. Si queremos más empleos en Argentina, solar y eólica es lo que hay que hacer. Además, la nueva generación no está yendo a trabajar a las fósiles porque no ven perspectiva de crecimiento; perder la nueva generación es lo que mantiene vitales a las empresas.
Más limpias: se ha demostrado que cuando consideramos toda la cadena, la producción de gas natural contamina tanto como el carbono; el metano es un gas que tiene un efecto 84 veces más destructivo que el Co2. No es limpio.
Más federales: Vaca muerta es Neuquén, y el petróleo y el gas están en pocas provincias, en cambio las renovables están en todo el territorio nacional y podemos generar empleo. ¿Por qué no generar la energía de forma distribuida en todo el territorio, donde está la gente, por qué cada gobernador no lo impulsa en su propio territorio en vez de estar subsidiando la energía que se produce en otras provincias? Parece mucho más sensato.
Más inmediatas: en pocos años es posible dar un salto, basta ver lo que hizo Uruguay, en 4 años pasó de ser como Argentina en su matriz energética a ser prácticamente un líder global. Argentina puede hacer lo mismo.
Más seguras: Nos han presentado la idea de que Vaca Muerta es una maravilla porque va a demandar muchas inversiones, pero es porque el costo es muy alto, pero la vida útil de estos pozos es muy corta. Si se para de pagar costos en estos pozos todos los años, por ejemplo con una crisis como la que tenemos hoy, inmediatamente tenemos una caída de la producción. Comparemos eso con renovables que no pararon de producir por la pandemia: el sol sigue saliendo, los paneles siguen funcionando, el viento sigue soplando, los aerogeneradores siguen funcionando.
A contramano del mundo
-Ante esta situación ¿cuál es el posicionamiento de Argentina?
-La Argentina está diciendo 'seamos los últimos, saquemos hasta la última gota de gas o de petróleo de la tierra porque ¿cómo vamos a desaprovecharlo?'. Esa es una lógica para el petrolero o para quien vive del gas, pero no es bueno para un país. Lo que debemos hacer es, reconociendo que no vamos a ser el lugar de donde probablemente surjan las innovaciones más avanzadas, ser un innovador de etapa temprana, que ve lo que está pasando y dice 'subámonos a esta revolución'. Así lo está haciendo Chile, que declaró que quiere ser un país carbono neutral para 2050; o como Uruguay, que en pocos años pasó a tener el 40% de su matriz energética impulsada por energía eólica en las mismas condiciones geográficas que nuestra pampa húmeda. Podríamos proponernos ser un país carbono neutral y líder en la transición energética, apostados a energías limpias, vehículos eléctricos, al almacenamiento y la eficiencia energética. Pero no. Vamos a poner un impuesto a la riqueza para que YPF extraiga más pozos de petróleo, cuando deberíamos invertir en construir fábricas para ser el país donde se producen las baterías.
Claramente estamos apostando en el camino equivocado, a competir con kodak cuando ya está el Iphone. No va.
Lo peor es que bajo la ilusión de que vamos a ser ricos con el gas y el petróleo nos estamos perdiendo la revolución tecnológica que está cambiando el mundo, van a cambiar absolutamente a todos los sectores. Y como llevan a un aumento de productividad muy abrupto que no tiene precedentes en la historia de la humanidad, (mucho más que la primera y segunda revolución industrial) nos ofrece a la Argentina salir de este pozo que venimos cavando desde hace décadas, desarrollarnos, generar empleo y dar un salto a la prosperidad apostando al capital humano. Nos dan la posibilidad de crear un futuro que se centre en el ser humano; que genere abundancia, inclusión y empleo; de erradicar la pobreza porque podemos duplicar, y hasta triplicar, el estándar de vida de la Argentina; de regenerar el planeta para cuidar el medioambiente y que la naturaleza se sane y auxiliar ese proceso... todo al mismo tiempo. Pero esto demanda una nueva apuesta al talento, donde haya justicia, república y democracia fuertes, donde apostemos a la innovación emprendedora, a los nuevos motores de crecimiento, a una energía limpia, y a una movilidad eléctrica que nos permita ser partícipes de esta revolución industrial.
La conclusión es contundente, sin medias tintas y con un claro llamado a la acción: "Defender hoy que la Argentina debería estar subsidiando energías más caras es vergonzoso, y hay que desenmascarar esta falta de justificativa y ser claros porque le están haciendo mal a mucha gente y tenemos que parar con esto".
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Biodiesel
-¿Le parece oportuno desarrollar biocombustibles? La prórroga de la ley de biodiesel, ¿es una forma de extender algo que podríamos haber tenido oportunidad de cambiar pensando en el transporte?, preguntó una oyente.
-Creo que no tienen futuro. Todos los estudios globales muestran que lo que se viene es la movilidad eléctrica. No hay ninguna proyección de biocombustibles pasando a ser dominante. Y es un tema físico: los motores de combustión interna sean con combustibles fósiles o con biocombustibles tienen una mecánica mucho más compleja y demandan muchas más piezas que los vehículos eléctricos que solo tienen una batería, un motor y 4 ruedas, e implican un costo de mantenimiento mucho más bajo. Pero sobre todo tienen una fricción mucho mejor y una tasa de eficiencia 5 veces más alta. Esta es otra instancia de lobbies establecidos que están queriendo atrasar un cambio que es bueno para todo el país.