Cuando un conjunto de los gobernadores piden tener un tratamiento igualitario al que la Corte reconoció a Santa Fe, muchos de ellos olvidan contar parte de la historia. Algunos recibieron millonarias actas de “reparación histórica” según la libre interpretación de Cristina (por ejemplo Entre Ríos); o compensaciones para pagar sueldos (Scioli en Buenos Aires). Están las fotos de los mandatarios aplaudiendo en primera fila la refinanciación de deuda que la Casa Rosada les otorgaba año tras año por las deudas que asumió la Nación a tasa menor que la inflación. Deuda que se licuaba a través del tiempo. Santa Fe no tenía deuda ni gozaba de ese beneficio que premiaba a distritos deficitarios pero sumisos. Pero sobre todo lo que muchos omiten es que la Nación recibió por los pactos fiscales de los ‘90 las cajas de jubilaciones de las provincias de La Rioja, Mendoza, San Juan, San Luis, Jujuy, Salta, Catamarca, Tucumán, Santiago del Estero, Río Negro y de la ciudad de Buenos Aires. A cambio las provincias que no transfirieron sus cajas recibirían de la Nación los recursos para financiar sus déficit previsionales. Desde 2006 la Nación no le pagó a Santa Fe lo que le debía. Santa Fe dejó de aprobar su parte en la ley convenio con el gobierno federal y por eso recurrió a la Corte; el resto de las provincias -a excepción de San Luis- consintió los hechos. Incluso Córdoba en 2010 todavía estaba firmando acuerdos con la Anses, y sólo hace un par de años renunció al acuerdo nacional y recurrió a la Corte nacional.
¿De cuánto hablamos?
La presión tributaria récord Si bien el gobierno de Cristina concentró recursos y gastó a discreción, usó -entre otros mecanismos- una significativa transferencia de fondos para mantener un caudal monetario que calmara su propia voracidad. Aun cuando las provincias perdieron participación en el reparto relativo de la renta tributaria nacional, en contraposición a la Nación, las transferencias a provincias, como proporción del PBI, fueron subiendo en los últimos años. El informe del Ieral advierte que “por caso, las transferencias totales a provincias (automáticas más discrecionales), que representaban un 5,3 % del PIB en 2000, pasaron a ser un 9,3 % en 2015. Esto fue posible por el incremento récord ocurrido en la presión tributaria”. “Los aumentos en la carga fiscal más nocivos para el crecimiento económico en estos últimos años suman cerca de 7,4 % del PIB (9,4 % si se incluye el impuesto inflacionario). Esa cifra surge de considerar el aumento en Ganancias por el no ajuste por inflación (estimado 1,5 %), aumento en Ingresos Brutos (2,6 %) y por IDCB (1,8 %) y Derechos de exportación (1,4 %)”. Advierten los autores que “la discusión por el reparto de recursos entre Nación y provincias no debe soslayar esta situación y considerar también la situación del sector privado, el gran afectado por la suba en la presión tributaria”.
Desigual En 2013 (último dato analizado por el Ieral) las cajas provinciales transferidas a la Nación sumaron un déficit de $ 3.171 millones. “En consecuencia, para que hubiese existido un trato equitativo, las Cajas no transferidas deberían haber recibido recursos en forma de envíos automáticos de la Nación por un monto equivalente a .920 millones anuales”. Santa Fe aportó mucho más de su propio rojo previsional, pero a su vez no recibió nada a cambio.