El economista Pablo Olivares -P&G consultores- sintetizó 5 escenarios posibles si no hay acuerdo antes del vencimiento del plazo de este viernes. El ex funcionario de Finanzas de Lifschitz lo planteó la negociación nacional como si fueran capítulos de una serie en “streaming”.
1- El Gobierno logra acuerdo de los bonistas (aceptación de mayoría de bonistas que activen las “cláusulas de acción colectiva” haciendo oponible a los bonistas que no aceptaron. La serie tendrá 1 sola temporada y con final feliz (al menos hasta los vencimientos de nueva deuda).
2- El Gobierno no logra el acuerdo y paga los U$ S 504 millones pendientes para evitar temporariamente el default y ganar tiempo hasta el próximo vencimiento. La serie tendrá una nueva temporada sin saberse su final ni si será la última.
3- La administración nacional no logra acuerdo ni paga el monto pendiente, pero logra que los bonistas voluntariamente no accionen por un plazo. “Stand still”: acreedor no reclama aceleración de capital ni inicia ejecuciones (espera “apuntando con el dedo en el gatillo”). La serie tendrá más de 2 temporadas. Guzmán puso chances en esta opción en las últimas horas)
4- El Gobierno no logra el acuerdo ni paga el monto pendiente. Los bonistas declaran el default y comienza una contienda judicial y política sin concesiones. Una serie con episodios sinuosos y récord de temporadas
5- El país -sus gobernantes- no logra acuerdo con las mayorías de bonistas necesarias pero acuerda con una parte de los bonistas. El peor escenario en lo estratégico (le da un “piso sin techo” a los bonistas que acepten, mientras el resto dispara una confrontación judicial sin concesiones).
Olivares explicó que la renegociación por estas horas comprende aproximadamente a un 40 % de la deuda nacional, es decir aquella que abarca acreencias de tenedores privados de bonos soberanos, emitidos en dólares y bajo legislación extranjera. Es decir que la renegociación no incluye al 60 % de la deuda argentina, que tiene por acreedores a otros Estados soberanos, organismos de crédito internacional, acreedores privados en pesos e incluso organismos públicos del propio Estado que administran fondos y le “prestan” al Tesoro.
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Si no hay acuerdo -buitres mediante- el país reedita un complejo frente de juicios y “reduce sensiblemente” la posibilidad de financiamiento para el sector público y el privado, explicó Olivares. También implica una “etiqueta geopolítica de incapacidad” y facilita acercamientos con países como China, más contemplativos pero imponiendo contraprestaciones a cambio.
Olivares deja abierto el interrogante sobre lo que ahora el “establishment”, que en el pasado “castigaba” incumplimientos como el argentino (para evitar el “efecto demostración” que aliente incumplimientos) a la luz de las consecuencias geopolíticas que puede tener un escenario en el que, quien no paga, encuentra nuevo “apoyo”.