Redacción de El Litoral
La crisis hídrica lleva 20 años. La Nación tiene un plan al que aún le falta un proyecto ejecutivo. Y las soluciones inminentes requieren acuerdos de provincias que se acusan. Todos fueron a decir lo suyo a la Corte.
Redacción de El Litoral
Si la cuenca es endorreica, el problema tampoco tiene salida. Al punto que Horacio Rosatti llegó a preguntarle al subsecretario de Recursos Hídricos de la Nación, Pablo Bereciartúa, si la única alternativa para desagotar la laguna de La Picasa “es tener una sequía”, como el mismo funcionario sugirió “al pasar”.
Desde las 10 y hasta las 12.30 de esta mañana, el pleno de la Corte Suprema de Justicia de la Nación escuchó en su sala de audiencias a representantes de Santa Fe, Córdoba y Buenos Aires, que se vienen acusando mutuamente desde hace 20 años mientras el problema persiste y el cambio climático lo agrava.
La laguna de La Picasa pasó de ser un espejo que en 1985 ocupaba 1.400 hectáreas, a una enorme masa de agua que hoy abarca un territorio equivalente a 40.000 hectáreas, o sea 28 veces más que hace 32 años”.
Bereciartúa destacó que recién el 2 de noviembre pasado Santa Fe notificó su ratificación legislativa al acuerdo para crear el comité interjurisdiccional planteado por acuerdo de los tres gobernadores en 2016. Ahora, espera el turno del Congreso; el funcionario nacional dejó en claro que la Nación no hará nada sin el consentimiento de todos los distritos.
También ratificó una propuesta de obras por unos 10 mil millones de pesos, en la que la Nación aportaría 70% si ese acuerdo sucede. Comentó que el área a su cargo identificó tres salidas de agua para La Picasa en un complejo en el que Melincué también está contemplada.
“Implica integrar a los canales privados que ya existen; aprobar unos y otros no; son cientos”, dijo Bereciartúa, partidario de un sistema con mayor capacidad para adaptarse al cambio climático.
El proyecto propone comenzar aguas abajo y saldar el problema con una red de canales y usando el arroyo Pavón y el canal San Urbano. El plan es considerar los “cauces verdes” que puedan usarse en tiempos de sequía pero que se reserven para desagües cuando los ciclos lo requieran.
Ante la consulta del tribunal, Bereciartúa señaló que están en condiciones de avanzar con los proyectos ejecutivos. Dejó en claro que las obras de fondo no traerán respuestas inmediatas a las urgencias de los afectados.
Florentino Ameghino sugirió en 1884 prepararse tanto para excesos como para regulación y retención en tiempos de sequía, en ciclos que demandan entre 50 a 70 años. Bereciartúa lo recordó; dijo que el INA instaló tres estaciones de alerta meteorológica en la cuenca de La Picasa por las lluvias intensas que el cambio climático trae y sus consecuencias en la zona; también mencionó que el ciclo húmedo que comenzó en los 70 estaría terminando, aunque dejó en claro que “ni la Nasa” puede hacer predicciones certeras.
“No soportamos más. Nos tienen abandonados desde hace 20 años. Necesitamos que Santa Fe se ponga a trabajar urgente; el agua va para allá”.
José Luis Toledo
Productor de Arias, provincia de Córdoba
RN 7
Son 35 kilómetros bajo el agua según Juan Carlos Maqueda, ministro de la Corte. “Sin 14”, según Bereciartúa. El tramo de la RN 7 bajo el agua por la crecida de La Picasa también fue motivo de pregunta del juez; el funcionario nacional respondió que la DNV es partidaria -por el enorme costo de volver a elevar la traza- de un desvío hasta que llegue la regulación de fondo a la cuenca en crisis.
“Santa Fe no tiene plan de manejo integral del agua. Hubo negligencia, desconocimiento y venalidad; consintieron el ingreso de agua desde Buenos Aires y Córdoba”.
Ángel Bordello
Directivo de la Sociedad Rural de Córdoba
Todos hacen agua
El subsecretario de Recursos Hídricos de Santa Fe, Juan Carlos Bertoni, ratificó la provincia “ha resignado derechos de descargas a partir de concepto de cuenca hidrográfica”. La ley vigente impide descargar excedentes de agua a otra cuenca sin consentimiento; en este caso, a la del Salado de Buenos Aires. Y la vecina provincia así lo considera, como “otra cuenca”, tal como lo fijó -por decreto- el gobernador de Buenos Aires en 2006.
Inútiles fueron las preguntas de los ministros de la Corte para tratar de dilucidar si eso ha cambiado -como todo- en la escena del conflicto. De hecho, Bertoni terminó reconociendo que el alud levantado para hacer el canal de la “alternativa norte” de desagüe de La Picasa, terminó siendo una especie de dique que impide que las aguas escurran naturalmente hacia el sur.
Eso y las bombas obsoletas (sólo tres de cinco), de una obra que nunca funcionó a pleno. Tampoco se concluyeron las obras de la alternativa sur a cargo de Buenos Aires, según reconoció Rodrigo Silvosa, subsecretario de Recursos Hídricos de esa provincia, que se opone a la propuesta nacional. Incluso el defensor del pueblo de esa provincia fue el que precipitó la audiencia en la Corte.
Silvosa dijo que las alternativas sur y norte alcanzan para desaguar La Picasa; Bertoni reconoció que eso sería posible pero demoraría 5 años. Pero además la alternativa sur necesita que se terminen obras, según dijo Bereciartúa, las que no se pueden finalizar... hasta que no baje el agua.
“El 70% de nuestro distrito está bajo el agua; ¿podemos llamarlo natural? Es un efecto, no la causa. Hay éxodo poblacional y suelos salinizados; perdemos patrimonio nacional”.
Eduardo Salleras
Ex presidente comunal de Aarón Castellanos