Miércoles 20.4.2022
/Última actualización 23:15
Las industrias de la provincia de Santa Fe no han tenido cortes de gas hasta el momento, pero sus pares de Córdoba no sólo padecen el problema sino que el presidente de la Unión Industrial mediterránea, Marcelo Uribarren, está analizando ir a la justicia.
El 75% del gas que llega a la vecina provincia proviene de Bolivia. El ministro de Agricultura de la gestión de Juan Schiaretti, Sergio Busso, estuvo el pasado martes con una comitiva de empresarios y funcionarios de su provincia, visitando al secretario de Energía de la Nación, Darío Martínez.
Al término del encuentro, el funcionario cordobés dijo que el Estado nacional “se desentendió del problema” y que refirió a un “problema entre privados”. Sin embargo afirmó que “no está firmado” el acuerdo que el pasado 7 de este mes anunciaron los presidentes Luis Arce y Alberto Fernández.
Según el entendimiento, Bolivia entregaría este invierno 14 millones de metros cúbicos diarios, con posibilidad de escalonar hasta 18 millones de m3/d, pasando de US$ 9 a US$ 18 por millón de BTU. Sin embargo, ese anuncio no se ha protocolizado.
El secretario de Industria de Santa Fe, Claudio Mossus, explicó a El Litoral que la provincia está abastecida desde Tansportadora de Gas del Norte (Bolivia) con un 45%, Transportadora de Gas del Sur (cuenca neuquina) 45 % y cuencas del sur el resto a través de TGS. Tanto ese funcionario de la Casa Gris como el presidente de la Unión Industrial de Santa Fe ratificaron que no hay problemas en el suministro a las fábricas en la provincia.
Martínez estuvo este miércoles con la UIA; afirmó lo contrario a lo que 24 horas antes dijo a los cordobeses, al menos según la versión mediterránea. Dijo que habrá gas Boliviano y que “el sistema va a estar mucho más robusto este invierno que el año pasado”.
Pero para eso el gobierno no tiene los dólares para comprar los barcos con GNL que completan el suministro a los gasoductos y que cuadruplicaron su precio como consecuencia de la invasión rusa a Ucrania.
Los cálculos del costo de esos recursos superan los US$ 4 mil millones este año. El BCRA no tiene reservas para los pagos por adelantado que el mercado exige.
El gobierno nacional, que se comprometió ante el FMI a achicar el déficit de las cuentas públicas y subir reservas, gastó sólo en subsidios a la energía $ 305,4 mil millones en el primer trimestre, 54,4% más que en igual período del año pasado, el equivalente a 0,6% del PBI.
Con esos números está Martín Guzmán en la asamblea de primavera del FMI en Washington, mientras Kristalina Georgieva advierte sobre el riesgo de la inflación y el kirchnerismo posterga el aumento de tarifas.
Alberto Fernández, rodeado del staff cristinista que maneja Energía, anuncia en Neuquén la licitación del gasoducto qeu no sólo sustituiría los US$ 11 mil millones de déficit d e la balanza energética argentina en 2021, sino que permitiría exportar.
Sueña el Frente de Todos con que ese “caño” esté listo en el invierno de 2023. Pero la interna entre el albertismo incierto y el cristinismo intenso, postergó tanto la obra que ni comprando los tubos al “enemigo íntimo” (Techint) logran apurar la obra civil. Muchos pequeños empresarios quiere el Instituto Patria; dos frentes con empresas grandes serían más rápidos, pero aún así no garantizan la manguera funcionando antes de la próxima elección presidencial.
Además la licitación es sólo del primer tramo del gasoducto Néstor Kirchner, desde Tratayen (Neuquén) a Salliqueló (Buenos Aires) , 273 kilómetros al norte de Bahía Blanca. Faltará el tramo desde allí hasta San Jerónimo, que permitiría sumar 44 millones de metros cúbicos diarios de gas y exportar a Chile y Brasil.