El FMI analizaría un nuevo préstamo de US$20.000 millones para la Argentina
Así lo señalaron agencias económicas internacionales. Tras la aprobación del DNU impulsado por Javier Milei para renegociar la deuda, la próxima semana se reunirían el staff y el Directorio, en el paso previo para publicar el memorándum de entendimiento.
El Directorio del FMI trataría la próxima semana un nuevo programa para Argentina, en el marco del Programa de Facilidades Extendidas que el país tiene abierto con el organismo de crédito.
Versiones de una agencia de noticias internacionales publicadas este viernes indican que el Fondo Monetario Internacional evaluaría un desembolso inédito de US$ 20.000 millones para la Argentina, en el marco de un nuevo acuerdo financiero con el gobierno de Javier Milei.
Según publicó la especialista en finanzas Bloomberg, el organismo discutirá la semana próxima en Washington un préstamo por ese monto, durante una reunión informal entre su staff técnico y los miembros del Directorio Ejecutivo.
Dicho encuentro, previsto para el próximo martes, serviría para repasar los detalles del programa solicitado por el país y acercar posiciones sobre la asistencia requerida.
Fuentes familiarizadas con las negociaciones señalaron que el esquema en estudio es un acuerdo de Facilidades Extendidas a cuatro años, con un monto equivalente a 15.000 millones de Derechos Especiales de Giro (DEG), lo que redondea unos US$ 20.000 millones. Aunque podría ajustarse en función de lo que surja de las conversaciones.
En este tipo de reuniones informales, que preceden a un entendimiento oficial, el personal técnico del FMI suele presentar a los directores un informe sobre el estado de la negociación y el pedido de asistencia del país involucrado.
El presidente Milei y funcionarios argentinos junto a directivos del Fondo Monetario Internacional.
Generalmente, tras este paso se alcanza un acuerdo a nivel de staff (Staff-Level Agreement) que luego debe ser refrendado en una reunión formal del Directorio del organismo multilateral.
Por el momento, ni el FMI ni el Ministerio de Economía argentino realizaron comentarios oficiales sobre la versión de Bloomberg, manteniendo el hermetismo mientras continúan las tratativas.
Camino despejado en el frente doméstico
La reunión en Washington se producirá pocos días después de que la Argentina completara el aval legislativo interno para avanzar con el nuevo programa. Este miércoles, la Cámara de Diputados aprobó –por 129 votos a favor contra 108 en contra– el Decreto de Necesidad y Urgencia 179/25 enviado por el presidente Javier Milei que autoriza al Gobierno a firmar un nuevo acuerdo con el FMI.
Dicho decreto, sancionado a comienzos de mes, declara la urgencia de renegociar la deuda con el organismo y fue ratificado por el Congreso para sortear la exigencia legal de una ley específica. En efecto, la Ley 27.612 vigente en Argentina establece que los programas con el Fondo deben contar con aval parlamentario, un requisito que el Gobierno cubrió a través del DNU aprobado en Diputados –única cámara necesaria para “blindar” la validez de esa norma, según la legislación argentina–, pese a los reclamos de la oposición.
El presidente Javier Milei abraza al ministro de Economía, Luis Caputo, en el Congreso, durante la apertura de sesiones legislativas. Foto: Archivo / REUTERS / Agustin Marcarian.
Con el camino despejado en el frente doméstico, la administración Milei acelera los tiempos para obtener la asistencia del Fondo. El propio Presidente se mostró optimista sobre el cronograma: “A mitad de abril” respondió Javier Milei al ser consultado sobre cuándo espera cerrar el nuevo programa con el organismo.
De este modo, Milei envió una señal de confianza a los mercados respecto de las conversaciones en curso. La expectativa oficial es alcanzar un entendimiento técnico en las próximas tres semanas, de forma tal que el Directorio del FMI pueda darle luz verde definitiva antes de fin de abril, posiblemente en torno a la Asamblea de Primavera del Fondo que tendrá lugar en Washington.
Condiciones y expectativas del nuevo acuerdo
El paquete que se negocia corresponde a un Programa de Facilidades Extendidas (EFF), similar al suscripto por Argentina en 2022, en la administración de Alberto Fernández, para saldar el Acuerdo Stand-By firmado en 2018, en la gestión de Mauricio Macri.
En este caso, tendría parámetros adaptados a la nueva gestión económica de signo libertario. De acuerdo a los lineamientos incluidos en el DNU aprobado, el crédito tendría un plazo de amortización de 10 años, con un período de gracia de 4 años y 6 meses antes de comenzar los pagos.
Esos plazos son considerablemente más largos que los de un programa Stand-By tradicional, en línea con la modalidad de facilidades extendidas que apunta a brindar mayor alivio en el horizonte de vencimientos.
También se conocieron las primeras precisiones sobre el costo financiero: el secretario de Finanzas, Pablo Quirno, informó ante el Congreso que la tasa de interés anual del nuevo préstamo rondaría el 5,63% en dólares, lo que significa una leve reducción respecto del ~6,5% que estimaban las consultoras privadas.
Esta baja obedece a cambios recientes en el esquema de sobretasas que aplica el FMI a sus créditos más altos, aprobados por el organismo en octubre del año pasado. En comparación, el programa anterior implicaba costos superiores al 6,4%, por lo que el Gobierno destacó que se logró abaratar alrededor de 80 puntos básicos la tasa mediante esta renegociación.
Desde la óptica del FMI, restan definir las metas macroeconómicas y las políticas de respaldo que tendrá el plan argentino. Los equipos técnicos del Fondo evalúan en profundidad el esquema de objetivos trimestrales de variables clave –como déficit fiscal, emisión monetaria, acumulación de reservas e inflación– para garantizar que el programa cumpla con los requerimientos de sostenibilidad tanto del organismo como del país solicitante.
En paralelo, el Departamento de Finanzas del FMI analiza la capacidad de la Argentina para repagar la deuda y termina de estimar el monto y la secuencia de desembolsos adecuada. Una vez acordados estos aspectos en la mesa técnica, el borrador de Memorándum de Entendimiento (Letter of Intent) deberá pasar por el filtro de otras áreas del Fondo –como la de Estrategia y Política, la de Investigación Económica y la de Gestión de Riesgos– antes de llegar al Directorio Ejecutivo.
Ese proceso interno busca asegurar que el programa esté alineado con las normas del FMI y cuente con la viabilidad necesaria. Otro punto central son las condicionalidades estructurales. Si bien el Gobierno evitó brindar detalles sobre las medidas específicas comprometidas, trascendió que el organismo vería con buenos ojos la normalización del mercado cambiario argentino. De hecho, en los considerandos del DNU se menciona la necesidad de “reforzar las reservas... y deshacer potencialmente los controles de capital” vigentes.
Esto sugiere que el levantamiento del cepo cambiario y la unificación del tipo de cambio oficial podrían formar parte del nuevo acuerdo, en línea con la visión de apertura de los mercados que propugna la administración Milei.
No obstante, funcionarios nacionales aclararon que el FMI no impuso una exigencia expresa sobre este tema. “Ahora estamos recapitalizando el BCRA para crear las condiciones necesarias para que, cuando liberemos las restricciones, no haya un salto cambiario... Por otro lado, el FMI no pide nada de eso”, afirmó el ministro de Economía Luis Caputo, al descartar que el organismo esté demandando una devaluación brusca o determinada política cambiaria inmediata.
Fechas clave
Con respecto al calendario, la reunión informal del Directorio en agenda marcará el inicio de la etapa definitoria. Si ese encuentro es favorable, el staff del FMI y los negociadores argentinos avanzarían en cerrar el acuerdo técnico en la primera quincena de abril, de modo que hacia fines de ese mes se pueda convocar al Directorio para la aprobación formal y el desembolso inicial.
Las fechas no son menores: a partir del 30 de abril el Gobierno enfrenta compromisos importantes, como el pago de intereses al propio FMI por unos US$ 2.800 millones en 2025. Precisamente, evitar un incumplimiento con el organismo es una de las motivaciones para acelerar este nuevo rescate financiero.
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