"Entre julio y noviembre, el gasto primario cayó 6% en términos reales, lo que indica un contraste respecto del fuerte aumento ocurrido en el primer semestre del año que, a su vez, generó la necesidad de cambios, tanto de ministros como de estrategia económica para poder sostener el programa con el Fondo y evitar un colapso macroeconómico".
El párrafo que firma el economista Juan Luis Bour es parte del último informe de coyuntura de la Fundación de Investigaciones Económicas Latinoamericanas. A 5 meses de la gestión de Sergio Massa en Economía, el especialista advierte que "el país está aún lejos de haber corregido el 'rumbo de colisión' al que nos enfrentábamos en junio y julio, cuando todos nos asustamos de la aceleración del proceso de descomposición".
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Explica el analista que la baja del gasto se produjo por postergación en pagos a subsidios, "contabilidad creativa" de los DEG's que desembolsó el FMI, crecimiento de la deuda flotante (pagos postergados) y "devaluación temporaria" para el dólar soja
"Otro factor que, sin embargo, contribuyó en forma significativa para reducir el gasto real fue la aceleración inflacionaria del segundo semestre que permitió financiarse con una baja real del gasto en jubilaciones de más de 6% anual desde agosto en adelante".
Baja de salarios
Bour apuntó que desde octubre "también comenzó a caer el gasto real en salarios públicos. Mientras la inflación sube, el gasto real va por detrás, pero si la inflación desacelera –aunque sea transitoriamente- las cosas cambian: eso es lo que está ocurriendo en el último bimestre del año.
Mirá tambiénVenta de vehículos: Massa anunció la eliminación de derechos de exportación"Efectivamente -expuso- una forma de verlo es considerando la evolución del gasto en dólares. A pesar de su caída en términos reales, en el segundo semestre el gasto primario en dólares creció 19% anual en los últimos 3 meses y al 36% anual en los últimos 12 meses, alcanzando un acumulado de 169,3 miles de millones de dólares en este último período (se trata solo del gasto del sector público no financiero)".
"El acompañamiento del Fondo Monetario será cada vez más débil, pues desde el primer trimestre de 2023 los pagos que debemos realizar superan con holgura los desembolsos que se recibirán (el déficit del año está en el orden de los 2 mil millones de dólares). Sin auxilio relevante del resto de multilaterales, la Argentina deberá enfrentar –y probablemente lo haga en forma rápida y por causas que siempre se pueden considerar fortuitas- el costo de barrer eternamente sus problemas bajo la alfombra".
El economista de Fiel expuso que "esta estrategia de esconder los desequilibrios fiscales sería especialmente grave en un año 2023, en el que podríamos enfrentar una caída apreciable de las exportaciones primarias y agroindustriales, si se confirman nuevas estimaciones a la baja de la producción agropecuaria como consecuencia de la sequía.
"Se estaría –en particular- expandiendo la demanda de no transables (gasto público) en momentos que se contrae la oferta agregada, no solo por la sequía sino por la propia política económica que pretende asignar en forma administrativa los escasos dólares disponibles".
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