El emblemático frigorífico de Hughes, nuevamente en manos de capitales nacionales
El Grupo Lequio adquirió los activos y toma posesión. Ahora se espera optimizar la producción y sostener los puestos laborales. El gran objetivo será la exportación.
Grupo nacional le compró el frigorífico de Hughes a los chinos.
Foto: Archivo
Por estas horas de fines del mes de mayo está tomando posesión del exfrigorífico Black Bamboo, en Hughes, el Grupo Lequio, de capitales nacionales, y también propietario de plantas de faena en las provincias de Entre Ríos (Frigorífico Alberdi) y La Pampa (Carnes Pampeanas), y en Uruguay.
Luego de arduas negociaciones, este miércoles se divulgó la operación de venta del paquete accionario por parte de capitales asiáticos que hace varios meses habían resuelto sacarse de encima la compañía. Si bien no trascendió el monto de la operación, sí se supo que la mayor parte de la inversión se basó en asumir el pasivo.
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Tras desprenderse de una planta de faena de cerdos, el Grupo Lequio optó por dedicarse con exclusividad a la carne vacuna y, en ese contexto, ensaya esta ambiciosa apuesta, de la que sus directivos se enorgullecen porque significa, en los hechos, un aporte a la nacionalización de la industria cárnica. Además, en sus primeras declaraciones a la prensa, el presidente del Grupo, Leonardo Lequio, valorizó la ubicación estratégica de la planta, en una región núcleo y de gran aptitud para la ganadería. También destacaron que la planta hughense es de similares características a las que ya controlan en Santa Rosa y Paraná.
Sobre las condiciones de la industria cárnica, en declaraciones a medios nacionales Lequio dijo que “hay una mejora” luego de la liberación de las exportaciones de carne vacuna y la eliminación de los cupos, de la veda a los siete cortes populares que no se podían vender al exterior y del programa de Precios Cuidados, aunque avisó que “la situación no es fácil en este momento”.
“Los principales mercados, como el chino, están con precios muy deprimidos, y el negocio está complejo porque los costos en la Argentina, en dólares, subieron muy rápido con el tipo de cambio actual. El negocio no está fácil, pero apostamos a que esto se vaya corrigiendo, apostamos a nuestra idea, que es formarnos en la cadena de valor con la carne vacuna exclusivamente”, señaló.
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Por su parte, el presidente del Black Bamboo, Matías Ferrari, resumió: “La venta es un gran paso para el frigorífico y para todos los empleados, sus familias, la comunidad de Hughes y todos los proveedores y productores agropecuarios que nos acompañaron, confiando y apoyándonos en los momentos más difíciles. El gobierno anterior fue un claro generador de dificultades y trabas para la producción y el crecimiento de la industria frigorífica”.
“Deja un sabor amargo a los inversores extranjeros que invirtieron en el país y se fueron con las manos vacías. Es un claro ejemplo de un maltrato al inversor extranjero y a todos los que quisimos producir, exportar y generar más fuentes de trabajo. No tengo dudas de que el nuevo accionista tiene el compromiso y la oportunidad para que el frigorífico vuelva a lograr su máximo potencial de producción y que el actual Gobierno, las autoridades de la provincia y la comuna lo acompañen”, completó.
A su vez, el secretario general del Gremio de la Carne del Departamento General López, Cristian Crudelli, consideró que, ante lo reciente de la operación, aún no cuentan con demasiadas precisiones. Sin embargo, se mostró confiado en que “se sostendrán todos los puestos laborales, más allá de algunas formalidades que habrá que llevar adelante en el Ministerio de Trabajo”.
Tiempos de crisis
En los últimos meses, El Litoral había advertido sobre la merma productiva del Frigorífico Black Bamboo Enterprises, perjudicando a los trabajadores en sus ingresos e inquietando a todo Hughes y pueblos vecinos, dado que la empresa era la principal fuente laboral de cientos de familias de la zona.
La compañía pertenecía, en rigor, a un fondo de inversión de Hong Kong que, luego de adquirirlo a Marfrig en 2016, lo puso en valor entre 2020 y 2021 con inversiones significativas en ampliación de infraestructura, en procesos y en la organización, hasta que, en 2022, a causa de políticas gubernamentales restrictivas para la industria, como cupos, cepos y tipo de cambio, el fondo inversor decidió retirarse de América latina y poner en venta sus activos.
Luego, en septiembre de 2023, el Black Bamboo sufrió la resonante suspensión de su matrícula para exportar ante la sospecha de irregularidades. Y esos más de 45 días de inactividad terminaron de desmoronar al gigante, generando daños colaterales en diversos aspectos del negocio, como la incertidumbre generada entre los principales clientes y proveedores en torno a la continuidad de la operación, y la disminución del crédito operativo para capital de trabajo, situaciones que “afectaron el flujo económico-financiero de la empresa de manera notoria”, argumentaron.
Desde el frigorífico aseguraron haber cumplido en tiempo y forma con todos los requerimientos de la Aduana, e incluso haber demostrado que las imputaciones eran incorrectas, pero a esas alturas las cartas estaban echadas y no había vuelta atrás.
Asimismo, en ese período se desarrollarían las elecciones presidenciales, con las consiguientes incertidumbres sobre las tendencias que saldrían airosas. “Esta serie de eventos aceleró la decisión del accionista de retirarse de este mercado”, explicaron extraoficialmente a El Litoral desde la compañía.
Mientras tanto, con el correr de los meses habían crecido las expectativas de un traspaso accionario que fuera favorable para todas las partes, en el marco de una paulatina normalización de la macroeconomía, la retirada de las intervenciones del Estado en esta industria, la continuidad operativa de la planta, sus habilitaciones y la capacidad de su calificado personal, originando la aparición de varios interesados en la adquisición, entre ellos el Grupo Lequio, quien finalmente se quedó con el paquete accionario.
“El proceso en marcha tiene como objetivo final el crecimiento de la actividad de la planta de Hughes, y no solo asegurará las fuentes de trabajo, sino que además se crearán más oportunidades para el conjunto de empleados, productores, proveedores y clientes”, auguraban desde el Black Bamboo, y así parece ser, a juzgar por los primeros compromisos públicos del Grupo Lequio.
Gigante del sur-sur
Hasta sus últimos tiempos de operación como Black Bamboo, la empresa cárnica con sede en Hughes contaba con una capacidad de faena de 650 animales diarios y la posibilidad de expandirse a 950, con la incorporación de “inversiones razonables”.
Además, empleaba en forma directa unas 550 personas, en su mayoría residentes en Hughes y alrededores, siendo un factor clave en la actividad económica de estas poblaciones.
Además, el frigorífico se había involucrado activamente, junto a la Comuna de Hughes, en proyectos estratégicos, como los programas de educación secundaria para sus empleados, la escuela de oficios y la ejecución de un gasoducto para unir Wheelwright con Hughes, brindando a los habitantes de esta última localidad la posibilidad de acceder al gas natural y, al frigorífico, asegurarse una fuente de energía más competitiva.
La compañía disponía de 130 habilitaciones para exportar al mundo y tenía tres negocios principales: el mercado de China; el mercado kosher, donde su marca llegaba a más de 180 tiendas de atención al público; y también exportaba cortes Hilton a la Unión Europea. Adicionalmente, en 2023 había recibido el alta para los mercados de Estados Unidos y Chile.
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