Después de la restricción a las exportaciones de maíz, el gobierno analiza tomar una medida similar para el girasol. Al menos esa es la advertencia de la Cámara de la Industria Aceitera de la República Argentina, que viene de superar un largo conflicto gremial con los portuarios y ahora enfrenta un nuevo problema.
“El Gobierno tiene precios máximos y cuidados desde marzo para el aceite mezcla de girasol y de soja, a pesar de que el precio del girasol tuvo un fuerte incremento internacional (ahora también la soja) que nunca fue trasladado al consumidor local. La brecha es superior al 80%”.
El párrafo inicia una comunicación de la CIARA, que advierte que “aún así, el gobierno evalúa extender las medidas del maíz al girasol”, por lo que alertó que “estas medidas de restricción de exportaciones atenta contra la producción y la exportación”.
La Cámara es parte del Consejo Agroindustrial Argentino, que reúne a 40 entidades del sector y que desde mediados de año viene proponiendo un plan para lograr un proyecto de ley, que genere un aumento de 53% de las exportaciones de la actividad y 700.000 nuevos puestos de trabajo. A cambio pidieron reglas fiscales estables.
Incluso llevaron la iniciativa al despacho de la vicepresidenta a mediados de año, durante un encuentro al que asistieron José Carlos Martins, Presidente de la Bolsa de Cereales de Buenos Aires y coordinador del Consejo Industrial Argentino, Roberto Domenech, Presidente de la Cámara de Empresas Avícolas (CEPA) y a Gustavo Idigoras, Presidente de CIARA.
Sin embargo fue Cristina Fernández quien precipitó el regreso del control de precios en los alimentos, así como de las tarifas, durante un reciente acto político desde La Plata.
Recuerda Ciara que “se acordaron dos compromisos: El Gobierno decidió instrumentar medidas legales para establecer un mecanismo de financiamiento del consumo de aceite de girasol y soja en el mercado interno, que tenga ajustes trimestrales de precios y que busque mitigar efectos negativos”.
Asimismo “se evaluarán opciones para que ese mecanismo sea transparente y no distorsione la producción, la exportación y la libre competencia. Todo este esfuerzo se realiza para evitar medidas restrictivas como la que anunciaron en maíz”.
Desaliento
Advierte Ciara que “toda restricción a las exportaciones termina desincentivando a la producción y la inversión tecnológica, sea en el maíz, en el girasol o en la soja”. Y concluye comprometiendo que la Cámara “procurará que siempre se logre el abastecimiento al mercado interno”.