Retrocedió 3,1 % en términos interanuales. Acumula una suba del 1,7 % en los primeros 10 meses del año. El empleo industrial provincial creció 5,2% en el último año.
La actividad industrial en la provincia de Santa Fe retrocedió en octubre el 3,1 % respecto al mismo mes del año pasado y acumula en los primeros 10 meses del año una suba del 1,7% en relación a igual período del año anterior; en tanto se aguarda que el comportamiento de la actividad de los últimos dos meses del año esté condicionado por el contexto macroeconómico, el abastecimiento de insumos y el acceso al crédito.
El informe de la Federación Industrial de Santa Fe indica que, pese al retroceso de octubre de este año, "el nivel actual de producción fabril se encuentra 17% por encima de los registros verificados entre los años 2018 y 2020", al tiempo que destaca que 2 de cada 3 sectores que componen la actividad tuvieron más actividad que el año pasado.
De acuerdo al informe de la gremial empresaria, "para los próximos meses el escenario es desafiante" ya que "el déficit del saldo comercial vuelve a generar preocupación sobre las reservas del BCRA, en un marco de mayores restricciones sobre las importaciones que están impactando sobre la producción y las perspectivas para el último trimestre".
El otro desafío por delante que tiene el sector industrial de la provincia es la "aceleración de los costos" como consecuencia de tasas de inflación superiores al 6 % desde el mes de julio, que se trasladan a las tasas de interés, encareciendo el financiamiento de las empresas. De hecho, en octubre, dice el informe, se contrajo 12,7% interanual en términos reales, acelerando la caída respecto a los meses anteriores.
También el informe destaca el crecimiento del empleo industrial en la provincia los dos últimos años, en línea con el crecimiento de la actividad. En setiembre de este año el total de trabajadores asalariados registrados en la industria manufacturera se incrementó 5,2% interanual, representando la incorporación en los últimos doce meses de 6.900 trabajadores en la provincia de Santa Fe.
Así, al noveno mes del año hay 138.653 trabajadores industriales, 13% por encima respecto a los niveles mínimos enfrentados al inicio de la pandemia (mayo de 2020); y 8% superior al registro de septiembre de 2018.
"Luego de los meses de mayores restricciones por covid-19 el empleo industrial se recuperó con cierta antelación al de otras actividades (sept. 2020 frente a marzo 2021) dando cuenta de su capacidad de tracción. Actualmente 27 de cada 100 nuevos puestos de trabajo se generan en una empresa industrial", concluye.
Dispar comportamiento
En octubre de 2022 -de acuerdo al informe de Fisfe- las ramas de actividad de mayor contribución al producto industrial santafesino fueron en términos interanuales vehículos automotores (+63,5%); Productos metálicos para uso estructural (+17,6%); Maq. de uso general (+13,0%); Papel y productos papel (+7,7%); Carrocerías-Remolques (+6,8%); Maq. de uso especial (+6,8%); Manufacturas plástico (+5,7%); Productos de metal y servicios de trabajo metales (+4,1%); Industria siderúrgica (+3,1%); Autopartes (+1,2%); Edición e impresión (+1,0%) y Fiambres y embutidos (+0,9%)
En tanto retrocedieron Productos lácteos (-0,5%); Prendas de vestir (-6,4%); Carne vacuna (-8,1%); Maquinaria agropecuaria (-9,0%); Molienda de cereales (-13,2,%); Muebles y colchones (-13,6%), y Molienda de oleaginosas (-18,7%).
El trabajo elaborado por la entidad destaca el "comportamiento positivo" de actividades como fiambres y embutidos; galletitas, productos de panadería y pastas; bebidas; curtido de cueros; calzado; papel y productos de papel; edición e impresión; agroquímicos; manufacturas de plásticos; vidrio; cal y yeso; artículos de cemento; fundición; productos metálicos para uso estructural; maquinaria de uso general y especial; equipos y aparatos eléctricos; vehículo automotores; carrocerías y remolques, y autopartes.
Contrariamente, dice, la molienda de trigo, madera, y el complejo industrial soja, de alta incidencia en la dinámica fabril en Santa Fe, enfrentan menor actividad al menos en los últimos seis meses.