Javier Martín: "La gran pelea que tenemos que dar hoy es por las exportaciones y el empleo nacional"
El presidente de la Federación Industrial de Santa Fe pidió enfrentar los problemas de la economía argentina con pragmatismo y sin miradas ideológicas absolutas.
Javier Martín: "La gran pelea que tenemos que dar hoy es por las exportaciones y el empleo nacional"
El presidente de la Federación Industrial de Santa Fe, Javier Martín, destacó que tras un año donde tuvieron una caída de la actividad que rondará el 8 por ciento, el desafío más importantes que tienen por delante es recuperar los niveles de actividad que tuvieron tras la salida de la pandemia; asegura que otra de los tareas más importantes que tienen por delante es construir los mecanismo legales que permitan incorporar a los millones de trabajadores informales a la formalidad, criticó la propuesta de re introducir las retenciones a las exportaciones industriales porque hacen perder competitividad y mercados externos que son muy difíciles de recuperar y dijo preferir que las reformas propuestas por el gobierno nacional sean discutidas en el Congreso Nacional.
"Venimos de dos años y medio de crecimiento industrial, sobre todo en la provincia, que fue la que más rápido se recuperó después de la pandemia, con crecimiento del empleo durante 39 meses consecutivos. En 2023 tuvimos serias dificultades por la sequía, que impactó muy fuertemente en muchas ramas industriales, por un proceso inflacionario que distorsionó los costos relativos y por las restricciones a las divisas que generaron faltantes de insumos en muchísimas cadenas de valor. Eso en promedio generó una caída industrial de un 6 y un 8 por ciento, aunque hubo sectores que tuvieron un excelente año, sobre todo los vinculadas al gas, petróleo, minería y parte de la industria del conocimiento", expresó el titular de Fisfe.
Martín destacó además que estas condiciones adversas sucedieron en el marco de un "proceso eleccionario muy largo que generó mucha incertidumbre, inestabilidades, variaciones en el tipo de cambio que en Argentina siempre tiene un impacto importante en la economía, aunque tanto a nivel nacional como provincial generaron una legitimación popular muy importante que es la base para llevar adelante cambios en un país, en su sistema económico".
-¿Qué posición tienen ante los cambios propuestos por el gobierno nacional?
Tenemos la posibilidad de avanzar mucho en la simplificación de trámites, la desburocratización, la digitalización y también la necesaria revisión de algunas leyes que han sido dictadas o elaboradas hace treinta, cuarenta o cincuenta años. Un ejemplo es la legislación laboral, que en general es de los años setenta pero desde entonces todo ha cambiado tanto que se necesitan nuevos mecanismos e institutos que la hagan un poco más flexible sin perder derechos porque tenemos que incorporar a todos los trabajadores que hoy están en el mercado informal. Ahora, ese tipo de modificaciones necesitan un consenso que va mucho más allá de lo político, necesitan un consenso social del que participen el Estado, los trabajadores y los empresarios en el diseño. Ahora, una cosa son los qué y otra los cómo. Hay muchas cosas positivas en los cambios que se están proponiendo. Estamos hablando de una serie de modificaciones muy profundas de más de 360 leyes que son fruto de décadas de consenso parlamentario. Por lo tanto creo que el mecanismo del DNU no es el más prolijo sino que debería debatirse en el Parlamento porque la legitimación popular también fue para los legisladores. Es más, yo creo en el contenido del DNU y en gran parte de la Ley Ómnibus hay modificaciones que, si se discuten en el Parlamento, van a tener un amplio apoyo general.
-Históricamente los industriales han reivindicado determinadas políticas como el comercio exterior administrado, de algún tipo de protección para determinados sectores, de algunas cuestiones vinculadas de promoción industrial en determinados sectores y en determinadas regiones. ¿Cómo les cayeron todas estas medidas que fueron anunciadas por el gobierno nacional?
En primer lugar defendemos la importancia de la actividad privada. Es evidente el rol del privado en la construcción de una economía como también lo es la necesidad de una cierta coordinación. Todos los países desarrollados trabajan para incorporar valor agregado e incrementar las exportaciones para generar más empleo local porque eso es lo que mueve a las economías, el empleo, el trabajo y todo el círculo virtuoso del crecimiento. En esa coordinación emplean herramientas para ser lo más competitivos posibles y preservar ciertos sectores que se consideran estratégicos. No hay duda que la industria tiene que ser competitiva, de hecho la argentina ha invertido mucho en los últimos 12 o 14 años en nuevas herramientas, tecnología, industria 4.0. Pero también tenemos asimetrías con otras economías mundiales en cuanto a capacidad de financiamiento productivo, tasas, plazos, escala en los mercados y de producción, diversidad de fuentes de provisión. En Argentina, en algunos sectores, tenemos solo uno o dos oferentes que complican muchas veces acceder a las materias primas a precios competitivos. Tenemos asimetrías logísticas sobre todo con países muy extensos geográficamente, que utilizan mucho los transportes pluvial y ferroviario. Santa Fe, en eso tiene un rol privilegiado por la Hidrovía.
- Otro de los reclamos históricos es la asimetría impositiva con otros países. ¿Qué piensan de la inclusión de retenciones a las exportaciones industriales propuestas por el gobierno nacional?
-Tenemos asimetrías en las presiones impositivas y en los sistemas tributarios. En en los países donde se promueve la producción nacional, el que más valor agrega menos impuestos paga. Nosotros en eso tenemos un sistema que es regresivo. Por supuesto que hay que competir, que hay que aumentar las exportaciones con valor agregado, de hecho tenemos industrias que hoy están compitiendo con éxito en los mercados más desarrollados contra productores chinos, indios, europeos, asiáticos. Ahora, hay otras en donde si no tenemos en cuenta esas asimetrías, les resulta muy difícil mantenerse.
"Venimos de dos años y medio de crecimiento industrial, sobre todo en la provincia, que fue la que más rápido se recuperó después de la pandemia, con crecimiento del empleo durante 39 meses consecutivos", expresó el titular de Fisfe.
- ¿Están de acuerdo con la apertura indiscriminada de las importaciones?
-No conozco país donde haya apertura indiscriminada, todo el mundo tiene algún sistema de administración del comercio exterior, incluso Estados Unidos. Hay determinados productos que no te los prohíben, pero te hacen cumplir ciertos reglamentos técnicos que están redactados de tal manera que se hace muy difícil poder ingresarlos. No consideramos que se necesite una protección total. Pero sí creo que es importante no regalar el mercado interno porque también competimos contra otros países en donde el nivel de subsidios es muy importante. Países en donde es difícil determinar cuántos tienen porque la empresa que genera energía es estatal, la que genera la infraestructura es estatal. En ese marco, nosotros entendemos que hay que modernizar el Estado, ser mucho más ágil, desburocratizar, hacer ventanillas únicas para que sea más fácil el generar nuevos negocios. Al mismo tiempo nos preocupan algunos puntos….
-¿Cuáles?
-En la ley ómnibus las retenciones a las exportaciones industriales, que es una herramienta para recaudar rápido pero muy perjudicial. Hoy la industria en general trabaja con márgenes relativamente bajos, de entre el 2 y el 5 por ciento. Con lo cual, una retención que se aplica sobre el valor FOB es muy perjudicial porque en algunos casos implica tener que dejar de abastecer el mercado externo con todos los perjuicios porque desarrollarlo cuesta mucho tiempo, si perdes un cliente recuperarlo es complicado. Creo que hay que intentar ir por el camino de la promoción de las exportaciones.
¿Están de acuerdo con la privatización de empresas públicas?
Ese es otro de los puntos por los que estamos preocupados. El Banco Nación y el BICE han sido herramientas muy importantes para la implementación de políticas productivas. Argentina solo tiene entre un 8 y un 10 por ciento del crédito productivo sobre el PBI mientras que los países desarrollados están entre el 80 y el 120 por ciento, por lo cual es fundamental mantenerlos como están, sobre todo considerando que Argentina no tiene un mercado de capitales ampliamente desarrollado que pueda financiar proyectos productivos a largo plazo a tasas razonables. Hay otras cuestiones que también nos preocupan y se las hemos hecho llegar al gobernador, al ministro de Desarrollo Productivo y al secretario de Desarrollo Industrial. El régimen de incentivos para grandes inversiones no menciona a las industriales y creemos que eso también tiene que estar incorporado. La ley de biocombustibles se modifica y perjudica a la pequeña y mediana industria porque le saca el piso del porcentaje mínimo de corte y libera las importaciones, lo que las manda a competir a un mercado en condiciones desiguales. La derogación del compre nacional que es un mecanismo que utilizan todos los países desarrollados también nos preocupa. El Estado es el principal comprador en todas partes y ante igualdad o condiciones similares se le da prioridad a la producción nacional. También la derogación de la ley de Góndolas y la del Programa de Desarrollo de Proveedores que incentiva la producción local para sustituir importaciones de valor agregado. Ese programa estaba muy bien orientado y permitió, de hecho, generar mucha oferta local de nuevos productos con alto valor agregado, alta tecnología. Y entendemos que eso es estratégico y debería continuar.
- Tecnificado y diversificado en prácticamente todas las ramas industriales. Ha conseguido insertarse con mucho éxito como proveedor de instalaciones, equipos y servicios en los sectores del gas, petróleo, minería. Santa Fe es una provincia con muchísimo potencial. Tiene un sector agroindustrial muy importante. De hecho, las perspectivas para 2024, en principio son muy buenas porque el sector agropecuario se va a recuperar. Las exportaciones de los sectores mineros, de energía, van a comenzar a generar una balanza comercial positiva junto con las del campo. Es fundamental para la industria del norte santafesino que se haga la obra de reversión del gasoducto del norte.
- Enumeras varios sectores de la industria vinculados a los sectores más dinámicos de la economía a los que les va muy bien pero hay otros sectores de la industria vinculados con el mercado interno como la industria de la alimentación, a la que no le va muy bien y que en el centro norte de la provincia es muy importante.
-Ahí existe mucha preocupación. Creo que lo vinculado con el mercado interno hoy no tiene perspectivas claras porque es evidente que va a haber un deterioro en el poder adquisitivo de los salarios por el aumento de los alimentos, los combustibles y las tarifas. Sumado a que una gran parte de los asalariados públicos van a tener un congelamiento, lo previsible es que haya un deterioro del poder adquisitivo sumado a una inflación alta. El 80 por ciento de las pymes dependen de lo que venden en el mercado interno.
-Una de las dificultades más importante que tuvieron en 2023 fue el acceso a los insumos importados por las restricciones en el acceso a las divisas ¿Creen que se van a superar en 2024?
- Ahí tenemos un problema inicial que es que llegamos a fin de 2023 con un alto stock de deuda por importaciones, que no fue posible pagar porque el Estado no te daba las divisas. Estimamos que la deuda de las pymes de Santa Fe es de 300 millones de dólares. La propuesta del bono que implementó el gobierno nacional puede funcionar para una empresa grande porque no necesita financiamiento inmediato y si puede mantener el bono en dólares que da un 5% anual de interés, es una herramienta aceptable. Para una pyme, es complicado porque tu proveedor está esperando que le paguen porque de lo contrario no te va a vender más. Y no te acepta el bono. Hay que encontrarle alguna vuelta que nos permita poder pagarle a los proveedores de alguna manera o con recursos propios de las pymes o que alguno de los bancos consiga dar préstamos calzados a esa deuda que ya está registrada.
Martin asegura que otra de los tareas más importantes que tienen por delante es construir los mecanismo legales que permitan incorporar a los millones de trabajadores informales a la formalidad. Crédito: Manuel Fabatía
- ¿Hablaron con el gobernador o sus funcionarios por las tarifas de la EPE?
-Hemos tenido reuniones y hay que destacar que en todo el discurso del gobernador y de los ministros las palabras producción, campo industria estuvieron presentes. Hemos comenzado a dialogar sobre todas estas cuestiones que nos preocupan, pero respecto del tema específico de la tarifa de energía no lo hemos tocado aún. Depende mucho de cuál va a ser el comportamiento que tenga Cammesa y Nación porque la EPE es la distribuidora final, no tiene capacidad de manejo del precio y también viene de una situación complicada porque tiene a su vez deuda con Cammesa y no es fácil absorber incrementos importantes que vengan del orden nacional. Creo que es algo que vamos a tener que discutir. Hay que entender que los grandes consumidores en general ya estaban accediendo al mercado mayorista, con lo cual no tenían subsidios, pero después todo el sector de pequeños y medianos, la mayoría venía con tarifas, con algún tipo de subsidio. Así que esa es una temática que vamos a tener que tratar en algún momento.
-Un reclamo que siempre han efectuado es el vinculado con las obras de infraestructura ¿Están preocupados por este parate de la obra pública?
-Nos preocupa que a nivel nacional se pare la obra pública. Hay obras de infraestructura que solo las puede hacer es el Estado. Los sistemas de participación públicas privadas en algún corredor puede ser rentable, pero si el Estado no hace acueductos, caminos rurales y hospitales públicos, nadie los va a hacer. Ojalá esta decisión sea revisada y se llegue a un consenso. A nivel provincial el gobernador ya ha manifestado que la provincia de Santa Fe va a trabajar en infraestructura productiva. Por supuesto que va a depender mucho de los recursos que reciban a nivel nacional. Nosotros le presentamos el relevamiento que hicimos de todos los parques y áreas industriales de la provincia, que fue muy bien recibido. Y la idea es trabajar en conjunto. Rescato la reacción que han tenido los funcionarios provinciales, porque desde el día uno se han puesto a disposición, sabiendo que no es fácil. Y hay que remarcar que la línea técnica de los funcionarios nacionales ha manifestado mucha predisposición a discutir. Pero bueno, después está la línea económica,.
-El vocero presidencial ha incluido entre los privilegios de casta que van a ser eliminados es el de la protección a determinados sectores de la industria como la textil. ¿Por qué creen que hay funcionarios que creen que proteger sectores de la industria como lo hacen todos los países, es un privilegio?
-En Santa Fe tenemos una industria textil altamente tecnificada, muy competitiva, y en Argentina hay una industria que ha invertido muchísimo y en provincias donde no invierte casi nadie. No hay que manejarse con ideologías extremas. Hay que ser eclécticos y pragmáticos. No existe país que te abra completamente su mercado interno. Creo que Argentina tiene que ser inteligente en ese sentido y no cerrar la economía pero tampoco abrirla totalmente porque tenemos condiciones totalmente asimétricas de competitividad. Y muchas veces, en la comparación, no se incluyen los costos sociales que trae la apertura indiscriminada. Eso los países desarrollados lo tienen muy claro. No significa prohibir todo. Pero sí entender que, en este momento, la gran pelea hoy es por las exportaciones y el empleo nacional. Y debemos ir a esa pelea sin una ideología absoluta. Hay que ser muy pragmáticos y ver qué hay en juego, tenemos casos muy concretos de economías regionales en otros países, que los gobiernos no dudan un segundo en protegerlos. Estados Unidos cuando tuvo que salir a defender la industria automotriz, lo hizo. La industria química, en Europa lo mismo. Personalmente visité las dos plantas textiles importantes que tenemos en Rosario. Primero, el industrial está ahí laburando, no llega al mediodía en un Rolls-Royce, pone el lomo todos los días. Y segundo, es las máquinas que han comprado y las cosas que hacen, y decís, bueno, yo no me imaginé que teníamos esto. Ni en Argentina, ni en Santa Fe. Hay que salir, recorrer y conocer el territorio.