En la práctica del aikido -arte japonés de defensa- no se debe usar la propia fuerza sino aprovechar la del adversario. La práctica exige unas bellezas armónicas, precisión y pericias que difícilmente habiten en un presidente personalista y sin partido, que hace equilibrios entre un equipo financiero sin macroeconomistas y sus gritos desaforados de espalda al Congreso, al que irá -negociando con gobernadores- para impulsar las reformas que prometió y no puede cumplir sin la sanción de una ley.
En modo casta pura, Milei buscará negociar normas a cambio de recursos, como la reposición de Ganancias a la cuarta categoría que le piden los mandatarios provinciales.
"Estamos transitando una hiperinflación", afirmó Manuel Adorni. ¿No era que querían evitarla? El vocero de la presidencia le puso título a la post devaluación que lleva los precios al ritmo del 1% diario y 3678% anual. Es la consecuencia de la herencia, también lo es de las medidas que elige la Casa Rosada como estrategia en la que "la casta" -en términos de PBI- paga 0,9% del ajuste mientras "la gente" paga el otro 4,2%, según cálculos de Alfonso Prat Gay.
El Relevamiento de Expectativas del Mercado (consultoras que informan al Banco Central) vaticinaba para el año una inflación del 189,2% interanual antes de la devaluación del 54%. La consultora Eco Go proyecta para diciembre una tasa mensual del 23% y JP Morgan vaticina hasta 60% contabilizando el último mes del año y enero. El más optimista de los analistas supone no menos de 6 meses de inflación a dos dígitos.
¿No estalla la bomba de las Leliqs? Luis Caputo amenazó con un "canje voluntario" de esos depósitos de lo bancos en el Central a 28 días; las entidades financieras sacaron su plata de ahí y se quedaron en "pases": dejaron 70% de los $23 billones que tenían en depósitos a un día, para mantener los billetes "a disposición rápida" y no quedar atrapados en nuevos bonos, que hasta aquí no se emitieron.
La autoridad monetaria paga a los bancos por esas tenencias a un día, una tasa mensual rebajada al 100%; es plata que se licúa contra la inflación. Muchas entidades financieras -para no perder más dinero- restringen la toma de depósitos de ahorristas, que buscan refugio de plazos fijos actualizables por UVA. La novedad de la semana es que a su vez el BCRA está rechazando pedidos de los bancos para volver a las Leliqs, que pagan mejor interés: 133% nominal anual.
La licuadora, de los bancos a las góndolas
La licuadora de Caputo funciona en términos financieros. El Central le quita potencia a "la bomba" arrojando pesos al mercado; los bancos no exponen su solidez -se resguardan en bonos duales o ajustables por CER- pero los ahorristas con pesos retirados del sistema son parte de la presión alta a la inflación, que por estas horas es oficial en el discurso del gobierno.
¿Sobreactúa Milei su temor a la híper? Es el gobierno el que eligió el camino de la alta inflación en la emergencia. El de la estanflación para ser más precisos. Un "aikido" que usa los pesos que sobran para licuar los precios que sobran.
El dólar está tranquilo tras la devaluación sobreactuada; la brecha cambiaria bajó de 170% a 25%. los dólares del campo llegarán un poco con el trigo pero el grueso en abril. Las importaciones de insumos pagarán costos altos.
Los precios en las góndolas son hijos de la cobertura de la cadena comercial, también sobreactuada. Industrias proveedoras, distribuidoras y minoristas de todas las magnitudes están arrojados al "libre mercado", con costos menores para los más grandes. Pueden subir precios y no vender; pueden esperar en algunos casos; pueden bajar precios, vender y perder, no sin riesgos de quebrantos relativos o totales. El juego del libertario obliga al ensayo social de alto riesgo social y político.
Diciembre es un mes de "alta demanda de pesos". Las empresas pagan aguinaldos y cierran ejercicios; los consumidores liquidan ahorros y gastan en compras navideñas más vacaciones, si pueden. Eso convalida en algo los altos precios; la recesión es la que luego le pone el límite. Si se pasa la tradicional presión de fin de año, llega un tramo más oscuro del camino.
Puede que la izquierda quede sola en las emblemáticas manifestaciones del 20 de diciembre; acaso el protocolo de Patricia Bullrich tenga margen para ordenar la calle a un costo tolerable y para muchos aplaudible.
Pero a medida que pase el tiempo, las paritarias tardías y las demandas de organizaciones como el Movimiento Evita o la Ctep -Pérsico más Grabois- (por ahora sus protestas son "vegetarianas") incrementarán la representatividad de la presión sobre un presidente en emergencia y sin plan exhibido, al menos por ahora. Táctica sin estrategia reconocible.
Si el cortafuegos funciona, si las reformas estructurales se logran, si la calle opositora no adquiere volumen y potencia que superen el protocolo, si la mayoría social tolera el ajuste ortodoxo, Milei tiene chances de consolidar su gestión. Se ha revelado pragmático, resta saber si será eficaz en sus metas, pero sobre todo eficiente en su gestión.