El ministro de Economía y precandidato presidencial de Unión por la Patria, Sergio Massa, se inclinó por tratar de acumular reservas para pagar todo lo adeudado al Fondo y que "se vayan de la Argentina", en medio de la campaña electoral.
La administración que asuma el 10 de diciembre próximo tendrá que afrontar compromisos por casi US$ 20.000 millones ante el FMI en cuatro años, según el cronograma de vencimientos revelado por el organismo multilateral.
El ministro de Economía y precandidato presidencial de Unión por la Patria, Sergio Massa, se inclinó por tratar de acumular reservas para pagar todo lo adeudado al Fondo y que "se vayan de la Argentina", en medio de la campaña electoral.
Por su parte, el precandidato presidencial de Juntos por el Cambio Horacio Rodríguez Larreta dijo que la deuda con el FMI no va a "atar" su gestión, en caso de resultar electo, y consideró que hay que llevar adelante "una renegociación lo más firme posible".
En tanto, la otra precandidata de ese espacio, Patricia Bullrich, aseguró que se buscará apoyo internacional para "blindar" las reservas y salir del cepo cambiario.
Su principal asesor económico, Luciano Laspina, dijo que se le dará a los argentinos "una garantía de que la salida del cepo va a ser con menos inflación y más estabilidad, y que para eso vamos a contar con apoyo financiero internacional que preserve el ahorro de los argentinos y estabilice el peso".
Por su parte, el precandidato presidencial de La Libertad Avanza, Javier Milei, defendió su proyecto para dolarizar la economía y aseguró ya tener el "financiamiento" para llevar adelante esa iniciativa y pagarle al FMI.
Pero a la vista de los números, esa tarea será muy desafiante de aquí en más, por la magnitud de los vencimientos de deuda en los próximos años.
Es que tras los intereses y sobrecargos pagados el viernes último con el sorpresivo préstamo de Qatar, la deuda de la Argentina con el FMI, contraída en 2018 por Mauricio Macri y reestructurada en 2022 por el ex ministro Martin Guzman, asciende a U$S 37.784 millones.
Pero si en la segunda quincena de agosto, después de las PASO, el FMI desembolsa los US$ 7.500 millones previstos, la deuda volvería a subir US$ 45.089 millones.
La casi totalidad de esa deuda incluyendo intereses y sobrecargos vence antes de marzo de 2033 por US$ 52.641 millones - y se prolonga hasta 2043 por los intereses y sobrecargos que a partir de 2034 representan US$ 271 millones por año hasta 2043, totalizando los US$ 55.425 millones.
Hasta fin de año vencen US$ 4.477 millones, de los cuales US$ 750 millones corresponden a intereses que vencen el próximo 1 de noviembre.
En tanto, el próximo vencimiento de capital es el 21 de septiembre por 914 millones de dólares.
En 2024 vencen 5.274 millones de DEG, equivalentes a 7.051 millones de dólares, de los cuales 2.470 millones son intereses.
En 2025 desciende a 1.750 millones de DEG, para volver a trepar en 2026 a 2.580 millones de DEG, en 2027 a 4.871 millones de DEG y en valores similares año a año hasta 2032.
Más de la mitad del ajuste en las cuentas públicas se está produciendo sobre el gasto en jubilaciones, según reveló un informe privado.
El trabajo realizado por el Instituto para el Desarrollo Social Argentino (IDESA) precisó que, durante el primer semestre del año, las erogaciones para atender a la clase pasiva sufrieron un recorte de $500 mil millones.
El informe indicó que "los ingresos públicos del Estado nacional cayeron en $1,2 billones a precios actuales" y añadió que el "gasto primario –antes del pago de intereses de deuda– cayó en $800 mil millones".
"Dentro del gasto primario, el principal gasto del Estado nacional, que es el de jubilaciones y pensiones, cayó en términos reales en $500 mil millones", sostuvo IDESA.
El instituto afirmó que "estos datos muestran que el ajuste del gasto público ya está en ejecución" y advirtió que "no se instrumenta de manera explícita sino a través de la licuación que produce la inflación sobre componentes muy importantes del gasto público".
IDESA remarcó que, mientras se "capitalizan políticamente anuncios de elevados aumentos nominales en los haberes previsionales, por el otro, como estos aumentos son inferiores a la inflación, se logra reducir el gasto público".
Por José Calero (Especial, NA)