Nuevos bonos del Gobierno: dosis homeopáticas de populismo en "la guerra"
El gobierno no sabe cómo calcularía el mal llamado impuesto a rentas inesperadas. El gasto en subsidios energéticos ya creció 54,4% a valor constante. Guzmán viaja a Washington para “recalibrar” el ajuste.
Nuevos bonos del Gobierno: dosis homeopáticas de populismo en "la guerra"
Dos cuotas de $ 9 mil a cobrar en mayo y junio por trabajadores informales (fundamentalmente de organizaciones de la economía popular), monotributistas y empleados de casas particulares. Y hasta $ 12 mil para jubilados con hasta dos mínimas, para compensar las pérdidas que la fórmula jubilatoria del Frente de Todos le procura a los haberes.
Contenciones endebles ante el tsunami inflacionario de 16,1% del primer trimestre, que promete nuevas olas. Falta el aumento de tarifas del gas en todo el país y de la luz, con efecto mayor en capital y Gran Buenos Aires. El gobierno intenta ganar tiempo (y calmar al kirchnerismo) con su recurso más conocido: repartir plata sin solucionar problemas y sin tener en claro de dónde saldrán los recursos.
Los proyectos de electromovilidad, el polémico de hidrocarburos o el de la cadena agroindustrial para mejorar exportaciones, no están en la primera línea del discurso de la Casa Rosada. Tal vez el jueves, con el presidente en Vaca Muerta, el gobierno nacional pueda ofrecer alguna perspectiva al demorado gasoducto que haga viable ese yacimiento tantas veces promocionado.
La construcción del “mecanismo” para aumentar ganancias a empresas que tuvieron una renta por encima de los $ 1000 millones en 2021 no tiene anclaje en ingresos extraordinarias por el efecto de la guerra. El ministro Martín Guzmán dijo que la negociación para encontrar el diseño llevará “semanas”.
Es un anuncio condenado al fracaso. En todo caso, es un dispositivo diseñado para que Juntos por el Cambio, que ya anticipó su negativa a cualquier aumento de impuestos, quede en los términos de la propaganda oficial como “el que se opone a mejorar ingresos de los desposeídos”.
Carlos Melconian ha calculado los efectos de la invasión rusa a Ucrania en la economía argentina: mejorarán ingresos por ventas de commodities, pero habrá que gastar más dólares en energía. El saldo es negativo en unos U$ S 4 mil millones según el novel jefe de la Fundación Mediterránea.
Los bonos anunciados son acciones que tienen menos efecto social que propagandístico. Guzmán está “sobrecumpliendo” las metas acordadas con el Fondo: 0,25% de rojo rojo primario en el primer trimestre, según dijo en su discurso. La oficina de Presupuesto del Congreso hizo el cálculo en 0,55%; en todo caso son mejores performances que el objetivo del 2,5% acordado con el FMI para todo el año.
El ministro está viajando a la asamblea de primavera del organismo multilateral de crédito. Kristalina Georgieva lo espera allí con una pregunta: ¿cómo recalibrará las políticas para cumplir con las metas? Es que sólo en el primer trimestre del año, los subsidios a la energía, en lugar de bajar, crecieron hasta 396,6 mil millones de pesos, con un aumento interanual del 135,9%. El aumento de tarifas por venir (gas en todo el país y luz, fundamentalmente en capital y gran Buenos Aires) es un nuevo sacrificio para bolsillos castigados y no compensará los mayores costos ni ayudará a achicar el déficit fiscal. La secretaría de Energía necesita barcos con GNL que se importa con dólares “cash” que el país no tiene.
Miguel Pesce, presidente del BCRA, también va a Washington con una secreta esperanza: un nuevo aporte no reintegrable del Fondo por unos U$ S 1200 millones en Derechos Especiales de Giro, que podrían engrosar reservas pero que no se podrán gastar para comprar energía.
Guzmán, que este lunes apareció sentado en Casa Rosada junto a un presidente que lo respalda frente a la embestida interna del kirchnerismo que pide su cabeza, sabe que los números de la inflación son una amenaza que no se contiene sin medidas estructurales eficaces.
El ministro volvió a hablar del crecimiento del 10,3% (recuperación) de la economía en 2021, pero no indicó dónde se podrá enchufar la actividad sin gasoil importado y sin autorizar el biocombustible que el kirchnerismo se empeña en omitir, perjudicando en particular a la economía santafesina.
Wado de Pedro estaba en el salón Blanco, pero en una instancia decisiva para el gobierno -para el país- en la que dieron su presente la CGT, el funcionario piquetero Emilio Pérsico y la UIA, al acto al que también asistieron Sergio Massa y algunos gobernadores, allí faltó ostensiblemente Cristina Fernández.
La vicepresidenta está demasiado ocupada en su estrategia judicial, ante una Corte que no le suscribe decisiones y en un escenario parlamentario que no le rúbrica sus actas. El frente penal la acecha, mientras ella habla con Martín Redrado.