Gracias a ella, se “ahorra” $ 1500 promedio por cada jubilación respecto de 2019. “Es la manera de reducir el gasto a niveles de financiamiento disponibles”, señala Idesa.
“La muy alta inflación no es un efecto no deseado sino el instrumento que permite licuar el gasto público. Así se lo reduce al nivel que puede ser financiado con impuestos o con deudas. Mientras se eluda el ordenamiento integral del Estado seguirá siendo la inflación la que se haga cargo de ajustar las cuentas públicas”.
El párrafo sintetiza el planteo del Instituto para el Desarrollo Social Argentino (Idesa). En su informe semanal explica a manera de ejemplo que “el principal componente del gasto público nacional, que son las jubilaciones que paga la Anses” tuvo una “caída de $ 1.500 en cada jubilación y pensión gracias a la inflación”.
El centro de estudios que encabeza el economista Jorge Colina señaló que ello es consecuencia de calcular “el haber medio en la actualidad $ 35.200”, que -en 2019 y a precios actuales- era de $ 36.700.
Tras recordar que el Indec informó un aumento del 3,2% a junio -inflación anualizada del 50,2% y 25,4% en el primer semestre- señala Idesa que “Las implicancias negativas son múltiples, particularmente sobre la situación social. El gobierno, reconociendo estas consecuencias, alentó la reapertura de las paritarias y dispuso del pago de un bono a los jubilados”, aunque el pago es una excepción mientras que el problema inflacionario es estructural.
No es “exógeno”
En el diagnóstico que plantean los funcionarios del gobierno la inflación aparece como un hecho exógeno a la estrategia oficial. La especulación, la falta de competencia, el aumento de los precios internacionales (inflación importada), etc. son algunos de los factores con los que se trata de explicar el aumento de los precios internos.
“El aspecto que más enfáticamente se señala -dice el informe- es que la inflación es un fenómeno no deseado que conspira contra el objetivo del gobierno de mejorar los ingresos de la población a través de aumentos de salarios, jubilaciones y otras prestaciones sociales”.
Sin embargo, retomando el ejemplo de la licuación de las jubilaciones, explica que la ANSES paga 6,7 millones de jubilaciones y pensiones, por lo que “el ahorro total que la inflación le genera equivale a unos $ 130 mil millones por año”.
Más adelante afirma que “con muy limitados márgenes para aumentar impuestos e incrementar la deuda, la inflación es la herramienta que utiliza el gobierno para ajustar las cuentas públicas. Es la manera de reducir el valor real del gasto público a los niveles de financiamiento disponible. Por eso, desde el punto de vista de las finanzas públicas, la inflación no es un hecho exógeno y no deseado, sino un fenómeno intrínseco y funcional a la estrategia oficial”.
Salarios y AUH
“Similar fenómeno se produce con los salarios públicos y con el resto de los beneficios sociales. Por ejemplo, la Asignación Universal por Hijo (AUH) que actualmente está en $ 4.500 perdió $ 700 por la inflación respecto al año 2019, por lo que multiplicando por los 4,4 millones de beneficios da un ahorro de $ 40 mil millones por año”.
Causa y solución
“El desorden en el sector público es lo que obliga a aplicar ajustes fiscales”, señala Idesa en referencia al déficit. “El ajuste puede ser explícito o apelando al ajuste inflacionario como lo viene haciendo el gobierno. En ambos casos los costos productivos y sociales son enormes. “Un camino alternativo es abordar el ordenamiento integral del Estado. Esto es, equilibrar las cuentas públicas y aumentar la cantidad y calidad de bienes públicos en base a incorporar mejores prácticas en la gestión del Estado”.