Cuánto podría impactar el cambio climático en el PBI de América Latina y el Caribe
Advierte que de no realizarse las inversiones en adaptación y mitigación, la intensificación de los fenómanos asociados al cambio climático podría provocar una pérdida cercana a 43 millones de puestos de trabajo en la región.
Cuánto podría impactar el cambio climático en el PBI de América Latina y el Caribe
La Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) advirtió que de no tomarse medidas para adaptarse al cambio climático y dictarse políticas de reducción de su impacto, el Producto Bruto Interno de la región podría reducirse en un 12,5 por ciento a 2050 por el calentamiento, la contaminación y la pérdida de biodiversidad en el planeta.
La advertencia está contenida en el documento anual "Estudio Económico de América Latina y el Caribe 2024: Trampa de bajo crecimiento, cambio climático y dinámica del empleo", uno de los más importantes del organismo regional de las Naciones Unidas (ONU), que se publicó esta semana.
"Los países de América Latina y el Caribe son altamente vulnerables a los choques del cambio climático" ya que por su ubicación y características geográficas "experimentan periódicamente fenómenos naturales como olas de calor, sismos, inundaciones por lluvias, sequías, huracanes y erupciones volcánicas".
"Hay dos tipos de choques: los inmediatos, que son los huracanes y las grandes lluvias que generan grandes pérdidas, tanto de capital físico como de vida humana y de actividad productiva, y están los choques un poco más lentos, que son las sequías", respondió a una consulta de la agencia de noticias Xinhua el director de la División de Desarrollo Económico de la CEPAL, Daniel Titelman.
Para el funcionario del organismo que dependen de la ONU, los países de la región "están sujetos a ambos tipos de choques (...) Es una bola de nieve; se hace una inversión que se ve destruida por los primeros choques y luego vienen otros, como las sequías, que van afectando la productividad y generan bajo crecimiento", lo que termina limitando la recaudación fiscal de las naciones.
Para la CEPAL, el impacto del cambio climático en la región es al mismo tiempo un desafío y una oportunidad por las grandes reservas de recursos fundamentales para la transición hacia energías más limpias como cobre, acero, litio y cobalto, esenciales para las tecnologías emergentes. Para el organismo el futuro del trabajo está en los sectores de transición energética, electromovilidad, economía circular, agricultura para la seguridad alimentaria, turismo sostenible, exportación de servicios modernos, sociedad del cuidado y gestión sostenible del agua.
De acuerdo a los estudios hechos por CEPAL, el impacto del cambio climático sobre la creación de empleo y la dinámica de crecimiento en las economías latinoamericanas y caribeñas es muy grande porque los sectores agrícolas y del turismo con los más importantes, al tiempo que estima que, de no realizarse las inversiones necesarias en adaptación y mitigación, los efectos del cambio climático podría provocar una pérdida cercana a 43 millones de puestos de trabajo, es decir, un 10 por ciento de la fuerza laboral de aquí a 2050, de los cuales 10,9 millones de empleos serían del sector agrícola y 4,4 millones del turismo.
En este contexto y con las previsiones descripto anteriormenteTitelman pidió a los países de la región hacer un "gran esfuerzo" para implementar políticas de adaptación al cambio climático y mitigación de sus efectos, lo que implica inversiones anuales superiores al 5 por ciento del PBI, lo que en una región donde las tasas de inversión son de las másbajas del mundo y se mantienen casi sin variaciones desde 1990.
"La mitigación es cómo resolver los problemas cuando se destruye la capacidad productiva de los países, como los puentes o la agricultura. Y la adaptación es cómo cambiar la estructura productiva para convivir y reducir la temperatura global, y eso está más ligado a las políticas de desarrollo productivo y generar cambios en la estructura de producción de los países, que pasa por cambiar la matriz energética y apostar por sectores dinamizadores sostenibles", detalló el directivo.
Antecedentes
La advertencia de la Cepal se suma a otras hechas por organismos internacionales como el Banco Mundial que en el informe "Hoja de ruta para la acción climática en América Latina y el Caribe 2021-25", enfatizó que "los desastres relacionados con el clima, como huracanes, sequías, incendios e inundaciones, son cada vez más frecuentes e intensos en la región y causan pérdidas económicas equivalentes al 1 % del producto interno bruto (PIB) regional y hasta el 2 % en algunos países de Centroamérica".
"Los países de América Latina y el Caribe tienen la oportunidad única de actuar con rapidez y liderar el cambio para promover economías más resilientes y con bajas emisiones de carbono a fin de fomentar un mejor futuro para sus habitantes", afirmó Carlos Felipe Jaramillo, vicepresidente del Banco Mundial para América Latina y el Caribe que a 2022 había proporcionado 4700 millones de dólares en financiamiento relacionado con el clima solo ese año.
La región es responsable del 8 % de las emisiones de gases de efecto invernadero a nivel mundial. El sector agrícola, acompañado por los cambios en el uso de la tierra y la deforestación, representa el 47 % de las emisiones en América Latina y el Caribe, nivel muy superior al promedio mundial del 19 %. La energía, el consumo de electricidad y el transporte representan otro 43 % de las emisiones.
El informe destaca varias áreas prioritarias en sectores clave para una acción climática nueva y acelerada como: gestionar los paisajes, la agricultura y los sistemas alimentarios que incluyen cadenas de valor libres de deforestación; descarbonizar la generación de energía, los sistemas de transporte y la manufactura; reducir las interrupciones en los servicios de infraestructura y hacerque las ciudades sean más resilientes frente a los eventos climáticos y disminuir las emisiones urbanas; además de ayudar a las poblaciones vulnerables a adaptarse al cambio climático, lograr transiciones justas y equitativas hacia economías con bajas emisiones de carbono y promover el crecimiento verde para reducir los riesgos del sector financiero y anticipar las transiciones del mercado.