La provincia de Santa Fe tiene el segundo PBI industrial de la Argentina
El presidente de la Federación Industrial de Santa Fe planteó el desafío del RIGI, el rol de las reglas claras, las demandas fiscales y de financiamiento y el desafío en Ciencia y Tecnología.
"Podemos vincularnos con gas, petróleo y minería a través de la industria, con una oferta de productos y servicios industriales que puede abastecer esos mercados que en los próximos 5 años están llamados a generar un nivel de actividad y divisas", explicó el presidente de la FISFE. Crédito: Guillermo Di Salvatore
"Hoy la provincia de Santa Fe tiene el segundo PBI industrial del país. Tenemos una industria muy consolidada, diversificada y extendida geográficamente. Tenemos presencia en las ciudades más importantes, grandes polos, y tenemos industrias hasta en la población más chica de la provincia. Eso te da una configuración muy interesante".
Javier Martin preside la Federación Industrial de Santa Fe. Sabe ponerse el traje de directivo de una multinacional en sudamérica; también protagoniza un emprendimiento Pyme en la capital provincial. "El pequeño empuja, muchas veces con más ganas que ideas, pero también está la gran empresa, con acceso a recursos que normalmente la Pyme no posee: tecnológicos, de investigación, financieros.
"Creo -explica- que es una combinación muy interesante por el presente y por el futuro. Podemos vincularnos con gas, petróleo y minería a través de la industria, con una oferta de productos y servicios industriales que puede abastecer esos mercados que en los próximos 5 años están llamados a generar un nivel de actividad y divisas".
- El RIGI va a impulsar la minería. ¿Las Pymes santafesinas pueden ser proveedoras de insumos y servicios?
- Es un instrumento, una herramienta que puede estar bien utilizada o no. Siempre digo: un bisturí en las manos adecuadas salva vidas, pero en otras manos puede lastimar. El RIGI es una herramienta para promover inversiones en sectores específicos, que nosotros como sector industrial pensamos que además de beneficiar al inversor debería resultar virtuoso para el entramado productivo local. Por eso pedíamos que exista un mínimo de compre nacional, que se estableció finalmente en un 20%, para que se generen lazos. Normalmente la gran empresa es una locomotora y detrás van las vagones que son las Pymes. Las locomotoras fijan los estándares de calidad, las certificaciones, muchas veces financian el desarrollo de proveedores.
"Podemos vincularnos con gas, petróleo y minería a través de la industria, con una oferta de productos y servicios industriales que puede abastecer esos mercados que en los próximos 5 años están llamados a generar un nivel de actividad y divisas", explicó el presidente de la FISFE. Crédito: Guillermo Di Salvatore
- ¿Alcanza con ese porcentaje?
- En los términos en que quedó redactada la reglamentación, se exige el 20% pero no se dice cómo se va a controlar y comparar. Es un porcentaje condicionado a que la oferta nacional esté en condiciones de precio y calidad de mercado. Y por definición, los bienes importados no van a tener aranceles ni impuestos de importación, mientras que cualquier producto nacional paga impuestos, aranceles por los insumos importados. Es decir que a priori, si comparamos precio con precio, siempre lo importado va a estar más barato. Ahí es donde decimos que la reglamentación podría haber sido más clara para plantear precios netos en la comparación. Va a depender de cómo se instrumente; debería impulsarse una conexión con el entramado local, porque sino corremos el riesgo de que solamente la gran inversión en un lugar remoto donde lo que se extrae se procesa y se exporta, el derrame es muy limitado.
- ¿Qué esperan de la adhesión o no de Santas Fe al RIGI? ¿Qué puede aportar para equiparar estas condiciones desequilibradas que acabás de señalar?
- Con la provincia de Santa Fe venimos trabajando hace varios años; desde el gobierno de Miguel Lifschitz se creó la mesa del gas, el petróleo y la minería. En este momento la estamos impulsando; tenemos prácticamente 300 empresas que vienen trabajando directa o indirectamente en la mesa junto al ministerio de la Producción para potenciarla y fundamentalmente para generar esa oferta de bienes y servicios producidos en Santa Fe. El gobernador lo manifestó claramente: necesitamos que además del RIGI las provincias trabajen sus compres locales porque muchas provincias lo obligan, y es como establecer aduanas internas. En muchos casos las provincias con proyectos mineros o tienen desarrollo industrial como para abastecerlos completamente, por lo cual es virtuoso que se complemente. El gobernador de Santa Fe ya se lo planteó a la provincia de San Juan.
- Por ejemplo… ¿un convenio de Santa Fe con San Juan nos permitiría estar dentro del compre sanjuanino?
- En ese sentido lo que se acaba de firmar con la provincia de Chubut para en orden a la complementación industrial. En este caso se agregan los fines turísticos.
- Las metalmecánicas santafesinas, hijas de los gringos que vinieron a trabajar el campo y desarrollaron sus fierros, son hoy proveedoras de Vaca Muerta. ¿Cómo analizás esa dinámica?
- Ya tenemos muchas que están trabajando y otras que desean hacerlo. El tema es que la dinámica de esos mercados es diferente; muchas veces no son negociaciones directas con la gran empresa que compra sino que hay anillos de negociación con tercerizaciones y subcontrataciones. Hay que entender cómo funciona el negocio y los requisitos, que no son solamente de calidad. Muchas veces son de normas, certificaciones, formas de trabajo. Es muy importante aprender de los que ya están para no cometer los mismos errores y achicar la curva de aprendizaje. A través de la Federación Industrial de la provincia y la Unión Industrial de Santa Fe estamos trabajando mucho en colaborar para traer empresas a la mesa y compartir la metodología, la capacitación, para que tengamos más oferentes locales en condiciones de proveer a la industria de Vaca Muerta. Los volúmenes que demandan exceden la capacidad de una empresa en particular; entonces también tenemos la posibilidad de asociativismo industrial que es importante. Son demandas muy grandes; si se concretan los proyectos en marcha que hace ya varios años tienen los estudios de prefactibilidad terminados y estaban esperando previsibilidad, si se concretan el potencial es muy grande.
- Se está debatiendo una nueva ley de biocombustibles. ¿Qué se puede esperar desde Santa Fe?
- La provincia tiene un enorme potencial; hoy es una de las principales productoras sobre todo en biodiésel pero también con potencial en etanol. Pensamos que el proyecto de las 6 provincias de la Liga Bioenergética contempla distintos intereses, de grandes y de chicos, de petroleras y de agroindustriales. Dentro de intereses disímiles es un buen proyecto, trabajado en conjunto con la secretaría de Energía en la provincia de Santa Fe. Me parece que el camino es ese: cómo generamos más producción, como federalizamos y transparentamos la fijación de precios. Y que las decisiones de compras permitan a las Pymes usar toda la capacidad instalada y que se incremente la producción. Hay un montón de biomasa y biomateriales que se pueden utilizar y que Santa Fe tiene en cantidad suficiente.
Ciencia y tecnología
"La Argentina necesita una clara política de ciencia y tecnología. Eso no significa que el Estado tenga que hacer todo. Tenemos el Conicet, el Inti, un conglomerado de universidades, parques tecnológicos más la vinculación tecnológica. Es un claro factor para el desarrollo productivo local, con un enorme potencial. Necesitamos políticas públicas claras que se complementen con la iniciativa privada. Es indispensable trabajar en ciencia y en educación", afirmó Martin.
Presión fiscal y financiamiento
- Presión fiscal…¿qué demanda la industria?
- Creo que es necesaria una revisión de nuestro sistema tributario, en dos dimensiones. Por un lado las provincias generan recursos captados por la nación y no se coparticipan, lo que genera consecuencias graves a la hora de diseñar políticas públicas provinciales; las retenciones son un claro ejemplo. Por otro lado, hace falta una revisión de los tipos de tributos que tenemos, en un sistema bastante regresivo que no premia a la producción. La mayoría de los países trabajan mucho para que el sistema tributario incentive la generación de valor agregado local, y con eso la creación de puestos de trabajo calificados, registrados, bien pagos. Un buen sistema tributario es un enorme incentivo en ese sentido.
- ¿Qué necesitan en materia de financiamiento?
- Creo que la Argentina debe tener 8% del PBI en ese destino. En los países de nuestra región están en 70% u 80%, ni que hablar de los países más desarrollados que llegan hasta 120% de crédito productivo sobre PBI. Tenemos un enorme camino. Con una macroeconomía estable e inflación controlada, los bancos de inversión pueden ser una herramienta para canalizar el ahorro público. Y el sistema bancario tradicional en algún momento tiene que empezar a generar opciones para financiamiento a mediano y largo plazo, a tasas razonables. Y también un mercado de capitales que hoy en la Argentina es muy chico, que también canaliza ahorros a algunos sistemas productivos y -a través de Obligaciones Negociables o emisiones de acciones- puede llegar a constituirse también en una herramienta valiosa.
"Podemos vincularnos con gas, petróleo y minería a través de la industria, con una oferta de productos y servicios industriales que puede abastecer esos mercados que en los próximos 5 años están llamados a generar un nivel de actividad y divisas", explicó el presidente de la FISFE. Crédito: Guillermo Di Salvatore
- ¿Qué demanda la industria del sistema político institucional?
- Es la hora de que se plasmen consensos en políticas públicas, lo que no significa que lo haga el Estado sino que el escenario político nacional y provincial defina claramente el modelo de país y desarrollo. La Argentina por la cantidad de personas que tiene, debe producir con más valor agregado, exportar más y que ese desarrollo sea federal. Llegó la hora de que se discutan políticas nacionales y provinciales en un ámbito donde cada uno tiene cosas que decir. Me parece que la Región Centro es un claro ejemplo de alta producción que proporcionalmente recibe menos de lo que aporta. La Argentina es productiva sobre todo en el interior; el sector político debe plasmarlo en las políticas que propendan al desarrollo federal.
El salamín y Toyota
"Creo que tenemos que darnos cuenta que un kilo de Toyota puede estar en 15 dólares y un kilo de salamín puede llegar a 18 dólares. Hace falta la tecnología, por supuesto, pero también tenemos herramientas para expandir nuestra oferta y pelear nuevos mercados", expuso Martín al ser consultado sobre las razones pr las cuales una provincia como Santa Fe, con carnes, lácteos y granos, no puede industrializar alimentos para llegar a las góndolas del mundo.
"Ahí -detalló- Ahí creo que es fundamental el cumplimiento de normas internacionales, y juegan un rol clave las barreras para arancelarias. Hay países que no te niegan tu exportación, pero establecen reglamentos técnicos que son de muy difícil cumplimiento. Hoy un producto cárnico a Europa debe demostrar que fueron producidas en áreas que no fueron deforestadas. Son requisitos que no están vinculados con la calidad del producto sino con un requisito.
"Y ahí temo que la Argentina no está siguiendo el camino que sigue el resto: Europa debe tener más de 5 mil reglamentos técnicos, Estados Unidos más de 3 mil y la Argentina creo que tiene 250. El riesgo es que el resto de los países nos la hagan más difícil mientras nosotros facilitamos mucho la importación. Creo que tenemos que jugar más, ser más inteligentes".
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