"El primer desafío urgente es igualar la edad jubilatoria de los regímenes especiales a la del régimen general. Luego, igualar las edades entre géneros -varón, mujer o no binarios- y finalmente, colocar una fórmula de adecuación de la edad al aumento en la esperanza de vida. En los países desarrollados, es usual seguir una fórmula que va aumentando paulatinamente la edad jubilatoria año a año con el aumento de la longevidad de la población".
El Instituto para el Desarrollo Social de Argentina (Idesa) que dirige Jorge Collina, trazó así los objetivos genéricos que debería tener un escenario previsional "sustentable" para la realidad argentina.
"En la apertura de sesiones legislativas -reseña el informe- el presidente fue terminante en cuanto a que 'no habrá reforma previsional'. Sin embargo, se incluyó en el acuerdo con el FMI un compromiso de realizar una serie de estudios para mejorar el sistema en cuanto a equidad y financiamiento.
"Y si bien se descartan reformas estructurales, los principales puntos a revisar serían las jubilaciones de jueces y diplomáticos (regímenes especiales) y la edad jubilatoria".
¿Por qué cambiar la edad?
"Respecto al último punto, la propuesta contemplaría la opción de aumentar la edad jubilatoria en caso que el trabajador lo desee. Esta medida se fundamenta en que la esperanza de vida es cada vez mayor. Con lo cual los trabajadores podrían seguir aportando unos años más, para mejorar la salud financiera de un sistema previsional deficitario que ya en el presupuesto 2022 ocupa el 45% del gasto nacional".
Recuerda Idesa que "actualmente existe un esquema optativo aprobado durante la gestión de Macri en 2017. A través de esta ley, se estableció la posibilidad de seguir trabajando hasta los 70 años, sin que el empleador pueda intimar al trabajador a jubilarse (como sucedía hasta esa fecha).
"Pasada la edad jubilatoria (60 mujeres y 65 hombres), el empleador no abona contribución patronal pero el trabajador sí aporta", aclara el texto. Sobre eventuales beneficios al trabajador si continúa en actividad, señala que afrontará "menos aportes requeridos: por cada 2 años que trabaje puede compensar 1 año de aportes mínimos (se requieren 30). Entonces, si un hombre se jubila a los 70, en lugar de 30 años de aportes le pedirían 27,5. Y a una mujer, 25".
Además recuerda que en el caso de sobrepasar los 65 años, se accede a un mayor haber jubilatorio. "Actualmente el haber se compone de dos montos. Uno fijo (prestación básica) $ 14.927. Y un monto variable, 1,5% del sueldo promedio de los últimos 10 años, por cada año de aporte.
"El monto fijo, por cada año que exceda los 30 de aportes (hasta 45 años), se aumenta un 1%. Mientras que el monto variable, va a aumentar 1,5% por cada año aportado hasta llegar a los 35 años".
El ajuste que se sigue haciendo
El presidente Alberto Fernández ha prometido que el acuerdo con el FMI no implica ajustes en las jubilaciones. Pero en realidad, con la aplicación de la nueva fórmula que impuso el Frente de Todos y el efecto de la inflación, eso es algo que ya se hizo.
Fran Ballester, director de MindY-Economics, calculó que entre 2020 y 2021, calculó que el gasto de jubilaciones y pensiones de la Argentina cayó 1,5% en términos del PBI entre 2020 y 2021.
Con números algo diferentes pero "oficiales", el informe oficial de la Oficina de Presupuesto del Congreso Nacional ratifica el fenómeno. "Las jubilaciones y pensiones tuvieron un retroceso de 4,3% real en el año como resultado de la fórmula de movilidad vigente. El rubro registra cuatro años consecutivos de baja, porque los haberes no compensan la suba de precios: la participación del gasto previsional se redujo del 9,8% del PIB en 2017 a 8,4% en 2021".
En la actualidad, detalla Idesa, hay 577 mil trabajadores que se encuentran aportando luego de cumplir la edad jubilatoria. "Sin embargo, el número viene permaneciendo relativamente estable en los últimos años. El Ministro de Trabajo Moroni declaró que se estudiarán incentivos para que los trabajadores continúen aportando. Desde la CGT, por su parte, dieron el visto bueno".
Aunque la medida de extender la edad jubilatoria puede llegar a mejorar la recaudación de aportes, "el efecto será marginal. El ordenamiento del sistema previsional requiere de cambios más audaces, en conjunto con cambios en la legislación laboral, para poder aumentar el número de aportantes".