El Régimen de Incentivos a las Grandes Inversiones (RIGI) que impulsa el Gobierno en el proyecto de Ley Bases no implica un problema para el país, pero sí lo es "tener los impuestos más altos del mundo" que "fulminan las inversiones".
El incentivo fiscal a grandes inversiones es foco de polémicas. Para una ONG, la clave son los gravámenes que "fulminan" los emprendimientos productivos.
El Régimen de Incentivos a las Grandes Inversiones (RIGI) que impulsa el Gobierno en el proyecto de Ley Bases no implica un problema para el país, pero sí lo es "tener los impuestos más altos del mundo" que "fulminan las inversiones".
Así lo estimó el presidente de la ONG Lógica, Matías Olivero Vila, quien cuestionó las críticas que apuntan contra ese Régimen por ser demasiado "beneficioso" y que generaría "desigualdades" respecto de empresas no sujetas a ese mecanismo, en especial las pymes.
"Advertimos que las alícuotas y demás institutos del RIGI calificarían como un régimen impositivo estándar en el marco internacional. Y que debe tomárselo como un primer paso hacia un RIGI de alcance general, a la brevedad posible", evaluó.
Además, aclaró que todo régimen especial "genera distorsiones, por lo cual debería aplicarse en forma muy excepcional, como último recurso (mal necesario) y por tiempo limitado". Entre otros puntos, el RIGI establece una reducción de la alícuota de Ganancias del 35% al 25%; cómputo de amortizaciones en forma acelerada; cómputo de quebrantos en forma ilimitada; devolución de créditos por IVA dentro de los tres meses y exención de derechos de importación para bienes de capital y de derechos de exportación.
Para Olivero Vila, "lo impositivo solo, sin restricciones cambiarias y con inflación mucho más baja que la actual, fulminó las consultas de inversiones y prolongó la tragedia fiscal". "El actual Gobierno tiene pendiente cumplir su promesa de baja generalizada de impuestos y ya anunció que lo hará recién cuando levante el cepo y en forma gradual. Hasta entonces serían imposibles las grandes inversiones necesarias para un crecimiento sostenido sin un régimen tributario estándar más la estabilidad por 30 años, dada la inseguridad jurídico-tributaria argentina, y que no es novedad dado que aplica a inversiones mineras y forestales", añadió. .
También se expresó a favor del RIGI el economista Ricardo Arriazu, para quien es necesario eliminar "las trabas que no nos hacen competitivos". En el Congreso Anual del IAEF, Arriazu recomendó, además, "formar fondos anticíclicos, como el que tiene Chile", para evitar las crisis periódicas que se producen en la Argentina.
"La oportunidad está, pero somos el país que ha desaprovechado todas las oportunidades", enfatizó. Otro apoyo al polémico Régimen provino del presidente de la Cámara Minera de San Juan, Ricardo Martínez, quien en el marco de una exposición del sector que se realizó en esa provincia exhortó a los senadores a aprobar la iniciativa.
"La era del cobre para el país es una realidad. La continuidad del oro y de la plata también. Y por qué no, el crecimiento del mercado del litio y de tantas otras potencialidades mineras que tenemos. El llamado es mirar al futuro con perseverancia y con la preservación de un esquema legal e impositivo a largo plazo, como son las inversiones en el sector", resaltó el empresario.
En sintonía con Martínez, la Cámara Argentina de Empresarios Mineros (CAEM) consideró que el RIGI permitirá "materializar los más de US$25.000 millones de dólares que tenemos en cartera de proyectos".
Incluso el gobernador de San Juan, Marcelo Orrego, apoyó la iniciativa oficial: "En estos tiempos la Argentina no goza de buena salud en términos económicos, y para poder generar minería tenemos que generar confianza. Estoy convencido que hay que cumplir con la Ley de Inversiones Mineras también. Tenemos código, decretos y si además le agregamos el RIGI, es una combinación extraordinaria para que esta actividad despegue".
El economista jefe de la Fundación Libertad y Progreso, Eugenio Marí, estimó que la economía argentina reflejaría signos de recuperación desde este mes, pero aseguró que la velocidad de la mejora "dependerá del ritmo con el que se avance en reformas estructurales" como las incluidas en la Ley Bases.
"Esperamos que la contracción económica toque su piso en abril, y que, a partir de mayo, el PBI empiece a crecer. Los principales motores de la expansión serán los sectores con más potencial (energía, minería y agro), la recuperación del poder adquisitivo de los salarios y las jubilaciones y el crecimiento del crédito interno al sector privado", evaluó.
Marí señaló que la caída del PBI del primer trimestre -del 5,1%- "estaba dentro de lo esperado" y estimó que, en el corto plazo, "es la continuación del ciclo contractivo que inició hacia mediados de 2023". "Pero si miramos un período más largo, vemos que tenemos un problema estructural: desde 2011 que la economía no crece", enfatizó el economista, en diálogo con Noticias Argentinas.
No obstante, dijo que la velocidad de la recuperación "dependerá del ritmo con el que se avance en reformas estructurales como las incluidas en la Ley Bases. Varios sectores están en una posición privilegiada para atraer inversiones productivas en el cortísimo plazo, pero las empresas están a la espera de algún tipo de certidumbre sobre el cambio de rumbo".
Con relación al dólar, Marí aseguró: "la clave es ver que está pasando con el peso. En las últimas semanas volvió a aumentar la base monetaria, en tándem a la baja en la tasa de interés de política monetaria, lo que inyectó liquidez al mercado, parte de la cual fue a la divisa extranjera".
"Estos son movimientos derivados de la administración de liquidez de corto plazo, la clave en el mediano es que el Gobierno siga comprometido con en ancla fiscal, lo que permite solidificar el compromiso de que no se necesitará emitir para financiar el gasto público y que además siga bajando el interés que paga la deuda pública argentina", añadió.
Marcos Galperin consideró que "para abrir el cepo, en un país con la historia cambiaria de Argentina, es necesario tener un superávit fiscal sustentable. El subsidio a las tarifas dificulta mucho esto", sostuvo el ejecutivo, en su cuenta de la red social X.
El empresario añadió que "antes de abrir el cepo hay que tener los precios de las tarifas reguladas a niveles sostenibles y sin subsidios" y que "antes sería un error". El comentario de Galperin fue en respuesta a un posteo que, en la misma red social, publicó el ex vicepresidente del Banco Central Lucas Llach sobre el cepo.
Esta semana, en ocasión del Congreso Anual del Insituto Argentino de Ejecutivos de Finanzas (IAEF) el ministro de Economía Luis Caputo admitió que el Gobierno "no tiene fecha" para el levantamiento de las restricciones en el mercado cambiario.
Según Caputo, "si hubiéramos sacar el cepo el día uno, hubiera sido una calamidad. Si lo hubiéramos sacado en enero, hubiera sido un desastre. Si lo sacáramos hoy, sería inapropiado. Pasamos de una calamidad a algo inapropiado, lo cual es una mejora sustancial".
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