"La presión tributaria nacional y provincial ascendió a 28% del PBI. A través de los cuatro impuestos que más erosionan la competitividad (derechos de exportación, PAIS, Cheque e Ingresos Brutos) se recauda el 8% del PBI". Un informe del Instituto para el Desarrollo Social Argentino expone -al analizar la irrupción de Federico Sturzenegger en el ministerio de Desregulación y Transformación- que "lo primero a simplificar son los impuestos".
Para el centro de estudios que preside el economista Jorge Colina, el objetivo de la nueva cartera es "simplificar las intervenciones del Estado" y advierte que "una transformación prioritaria es la tributaria", objetivo que Luis Caputo dejó como promesa en los fundamentos del paquete fiscal que aprobó el Congreso junto a la ley de Bases.
"La manera de hacerlo es que los buenos impuestos absorban los malos impuestos para que el aumento en la competitividad haga crecer la economía", apunta Idesa. Señala que con el dólar paralelo superando los $1.440 y la brecha con el dólar oficial en el orden del 66,5% -datos al lunes 8- "otra vez aparece la discusión sobre la necesidad o no de una devaluación en el tipo de cambio oficial.
"El gobierno -plantea- y muchos economistas consideran que la devaluación es contraproducente porque genera inflación y empobrecimiento de la población. El camino correcto es bajar los costos de producción para que el tipo de cambio oficial sea competitivo sin necesidad de devaluación".
Un reciente informe del Iaraf señaló que el "vademécum tributario" de la Argentina -según su legislación vigente- incluye 155 diferentes tipos de impuestos, tasas, contribuciones y derechos de diferentes niveles (nacional, provincial y municipal o comunal) . Caputo prometió eliminar al fin del gobierno de Milei, el 90% de los gravámenes vigentes; Idesa sugiere empezar con los "más distorsivos", incluyendo la principal fuente de financiamiento de las provincias: Ingresos Brutos.
Sobrecostos
"Un importante factor de sobrecostos que sufre la producción nacional proviene del sistema impositivo", expone el documento de Idesa. "Eliminando impuestos que encarecen espuriamente la producción se puede aumentar la competitividad, sin apelar a una devaluación.
"El gobierno adhiere a este diagnóstico, pero argumenta que -para no colisionar con el objetivo del equilibrio fiscal- la eliminación de los malos impuestos está supeditada a que la economía crezca y/o el gasto público baje".
Desde Idesa señalan que los "datos muestran que esperar que la economía crezca para bajar los malos impuestos es inconsistente".
Según el Ministerio de Economía, en el 1° semestre del 2024 se observa que para eliminar los cuatro impuestos distorsivos (Retenciones, PAIS, Cheque e Ingresos Brutos) y no perder recaudación, "el PBI debería aumentar un 40%.
"Estos datos muestran que la propuesta de esperar que la economía crezca para bajar los malos impuestos es inconsistente. Se necesitaría que, de manera sostenida, el PBI crezca un 7% durante 5 años o un 3,5% durante 10 años para compensar con crecimiento económico la eliminación de los tributos".
Advierte Idesa que "es demasiado tiempo y es poco probable que la producción crezca a ese ritmo con los impuestos distorsivos vigentes. En otras palabras, hay que eliminar los malos impuestos para que la economía crezca y no esperar a que el PBI aumente para recién después bajar los malos impuestos".