Mientras desde hace una semana rige la conciliación obligatoria dictada por el gobierno nacional en el conflicto que planteó la Asociación de Trabajadores de la Industria Lechera de la República Argentina (Atilra) y que involucra a las firmas representadas por el Centro de la Industria Lechera (CIL) y la Asociación de Pequeñas y Medianas Empresas Lácteas (Apymel), parece volver a tomar estado público la situación de la empresa SanCor Cooperativas Unidas Limitada (CUL), que busca alternativas para sostener su recuperación después que en 2017 estuvo a punto de quebrar.
El paro del gremio de los trabajadores lácteos comenzó a regir en el primer minuto del viernes 15 y debía concluir a las 24 del mismo día. Pero la resolución, suscripta por Gabriela Marcello, directora nacional de Relaciones y Regulaciones del Trabajo, acatada por las partes, dejó sin efecto la protesta, que se levantó esa misma tarde. En la práctica, la medida de fuerza tuvo escaso efecto aunque alcanzó a varias industrias radicadas en la zona central de la provincia que posee el 30% de los bovinos en tambo de la Argentina. Además, 7 de las 10 industrias líderes del país tienen plantas en la provincia, entre ellas SanCor Cooperativas Unidad Limitada, Milkaut, Saputo, Williner (Ilolay) y Verónica. En el sector se desenvuelven unos 3.700 productores lácteos.
Atilra, entidad que conduce Héctor Luis "Etín" Ponce desde 2002, lanzó un paro total en reclamo por la supuesta estrategia del gobierno nacional para con la cooperativa SanCor, a quien el gremio le reconoce la gestión para la recuperación de producción y mercado y el sostenimiento de las fuentes laborales, que se implementó hace cuatro años.
Sin embargo, estaría cuestionando un eventual plan de asistencia, cuya implementación habría quedado a cargo de los ministerios de Agricultura y de la Producción, que habría deslizado la posibilidad de integrar un fideicomiso. Se menciona en medios empresarios que para viabilizar esa alternativa sería necesaria una reducción de personal.
No son pocos los cercanos al sector que insisten en que detrás de este conflicto subyace una interna sindical.
Debe recordarse que SanCor procesa actualmente alrededor de 500.000 litros de leche diario y si su objetivo es alcanzar 1,5 millones para hacer uso pleno de su capacidad operativa, deberá encontrar financiamiento, una búsqueda que viene intentando desde que comenzó su nueva etapa. Por eso, fuentes confiables aclararon a El Litoral que la situación de SanCor tendría que resolverse con un aporte de capital o bien la gestión nacional para que el gobierno de Venezuela cancele la millonaria deuda que mantiene con la empresa con sede en Sunchales, del orden de los 18 millones de dólares.
El jueves 14 por la tarde, el gremio dispuso un paro general nacional luego de hacerse eco de los rumores sobre la inminente conformación de un supuesto fideicomiso que recortaría en más de un 50% la plantilla actual de 1700 empleados de la empresa. SanCor llegó a sostener un plantel de 5100 empleados en 2016, cuando inició un proceso de transformación.
Sobre el fideicomiso, en Sunchales se comenta que el tema es el listado de apellidos que figuran en la lista de interesados en conformarlo, entre ellos el grupo Vila-Manzano. No habría que descartar que el propio Estado nacional intervenga con algún aporte a dicho fideicomiso.
Si bien ahora SanCor apunta a un respaldo económico para crecer y recuperar su destacado papel en la industria láctea del Sudamérica, debe recordarse que en 2016, la combinación de varios factores como la mala gestión interna y el deterioro del mercado lechero argentino, enfrentaron a la cooperativa láctea a una crisis financiera y productiva muy aguda, al punto tal de tener que frenar sus operaciones a principios de 2017. Entonces no había capital para poner a producir las plantas y la leche debía ser derivada a otras industrias.
Llegó la gestión del kirchnerismo y el amigo del matrimonio presidencial, Hugo Chávez, presidente de Venezuela, encabezó el salvataje. Ese país inició compras que le aseguraron a la cooperativa, con medidas adicionales, superar la coyuntura e iniciar el camino hacia la recuperación.
Antes realizó, obligada por las circunstancias, cierres y venta de plantas, de un verdadero proceso de desmembramiento. SanCor se despidió en primer lugar de las plantas de Charlone, Pozo del Molle y Centeno. Luego se desvinculó de la producción de yogures, flanes y postres, que actualmente quedaron en la órbita de la empresa Arsa, entonces del grupo Vicentín. Por su parte Adecoagro se quedó con las plantas de Morteros y Chivilcoy, donde hoy produce la leche Las Tres Niñas.
Las plantas que continúan operativas son las de Súnchales, Gálvez y San Guillermo, en Santa Fe, donde se produce leche en polvo, fórmulas infantiles, dulce de leche y quesos. También las de Devoto, La Carlota y Balnearia en Córdoba, donde se fabrica leche en polvo, manteca y quesos.