El ingreso neto de dólares del sector oleaginosos y cereales cayó US$ casi 12.000 millones (53%) durante los primeros siete meses del año, según el balance cambiario del BCRA. La recaudación de derechos de exportación cayó un 61% real en igual periodo, equivalente a 0,5% del PBI, señaló Nadin Argañaraz en base a datos oficiales.
El economista explicó que "conocido el balance cambiario del BCRA, se tiene que el sector de oleaginosos y cereales pasó de un saldo neto de US$22.701 millones en los primeros sietes meses de 2022, a uno de US$10.708 millones en igual periodo de 2023. La diferencia efectiva fue de US$11.993 millones, lo que en términos relativos significa un 53%".
Explicó que "las menores exportaciones, explicadas esencialmente por la gran sequía, derivaron en menor recaudación directa por derechos de exportación. En efecto, en igual periodo, la recaudación total de derechos de exportación cayó un 61% en términos reales, equivalente a medio punto del PBI.
El cálculo de Argañaraz está en sintonía con el que Sergio Massa llevó al FMI para explicar el incumplimiento de metas por el efecto climático para las cuentas públicas. El ministro siempre argumentó que el cálculo rondaba no menos de US$10.000 millones, en tanto que la dirección para el Hemisferio Occidental de Rodrigo Valdés estimaba el impacto de la sequía en no más de US$5.000 millones.
"El impacto de la sequía -añadió Argañaraz- está siendo muy significativo en dos frentes sensibles: el flujo de dólares por un lado y la recaudación de derechos de exportación, por otro. El flujo de dólares obliga al uso de otras fuentes, para evitar una mayor caída del nivel de actividad".
Por su parte "la menor recaudación de derechos de exportación también obliga a buscar otra fuentes de recursos, ya que el FMI mantuvo sin cambios la meta fiscal del 1,9% del PBI definida previamente, a pesar de la gran sequía", concluyó el economista del Iaraf. Las fuentes alternativas de recursos son, sin embargo, alternativas más allá de lo acordado con el FMI, que solicitó avanzar en el ajuste del gasto público.
Cabe destacar que en lo que va del año, las reservas brutas del BCRA pasaron de US$16.643 millones a US$27.955 millones -un retroceso superior al impacto de la sequía- a pesar de que no hubo saldos negativos entre lo que ingresó desde el FMI y lo que se pagó al organismo.
En el último acuerdo (tras la quinta y sexta revisión), el FMI reconoció que "desde la finalización de la cuarta revisión, la situación económica de la Argentina se ha vuelto muy desafiante debido al impacto mayor de lo previsto de la sequía, que tuvo un impacto significativo en las exportaciones y los ingresos fiscales".
Al segundo trimestre de este año, las reservas internacionales netas del BCRA eran negativas en US$7.400 millones, cuando el incumplido acuerdo pretendía reservas netas positivas por US$6.800 millones para julio pasado.
El FMI informó que "el paquete de políticas acordado busca aumentar las reservas durante el resto de este año, en consonancia con un objetivo de acumulación de reservas internacionales netas acumulativas de alrededor de US$1.000 millones para fines de 2023".
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