SpeedAgro compró los terrenos de la Fiat donde levantará una planta de proteínas
La empresa adquirió el conocido como Lote 208 en el Parque Industrial de Sauce Viejo. Construirá en una primera etapa una planta que producirá proteína aislada para el consumo humano.
El predio ubicado en Sauce Viejo volverá a tener actividad después de mucho tiempo.
SpeedAgro, la empresa santafesina de fitosanitarios y coadyuvantes para el agro instalada en el Parque Industrial de Sauce Viejo, que exporta a una docena de países y prepara su desembarco en Estados Unidos; compró los terrenos que pertenecieron a la empresa Fiat en Sauce Viejo donde levantará un complejo industrial para la producción de proteína aislada para la salud humana a partir de la arveja amarilla.
Después de un año de negociaciones, este miércoles se firmó la escritura con el ahora antiguo dueño del terreno por un monto de dinero que las partes no quisieron revelar. Entre otras cosas, la empresa planea armar un fideicomiso para financiar la inversión.
“La operación estaba señada desde mayo. Ya concretada, estamos muy entusiasmados con el proyecto que es único en América Latina”, expresó Víctor Escalas, fundador y dueño de la empresa que nació en 2001 en la ciudad de Coronda, quien dijo que el objetivo será producir 20 mil toneladas por año de proteína.
El proyecto, pensado para ser desarrollado en el mediano y largo plazo, dará sus primeros pasos en marzo de 2023 con la presentación de la ingeniería del proyecto y seguirá en mayo de 2023 con la orden de compra para el armado de las máquinas. Esta previsto que empiece a producir en agosto de 2025.
Hasta entonces, los flamantes propietarios del terreno buscarán financiamiento y, eventualmente socios, para poner en marcha la iniciativa que podría insumir una inversión total de 100 millones de dólares, ya que el proyecto es mucho más ambicioso y está pensado como un centro de generación de proteínas con un laboratorio de I+D, que también pueda producir otro tipo de productos a partir de la proteína como cosméticos o productos medicinales.
También está planeado para que el proyecto pueda trabajar con otro tipo de legumbres, además de la arveja amarilla, como los porotos o la soja.
Una larga historia
Todo empezó hace 62 años en un predio de 30 hectáreas cedidos a la empresa automotriz por las familias Bobbio, Savio, Rabinovich, Sarsotti y Ariotti sobre la ruta 11, frente al aeropuerto de Sauce Viejo. El 22 de marzo de ese mismo año, se puso la placa donde se levantó la planta de 30 mil metros cuadrados.
Mientras tanto, los primeros DKW empezaron a ensamblarse en el galpón de 25 de Mayo y Salta donde funcionaba, aún lo hace, el garage oficial de la provincia. De hecho, el miércoles 3 de febrero de 1960, tres DKW Unión eran estacionados frente a la Casa de Gobierno. Uno de ellos era conducido por Juan Manuel Fangio.
La historia, en realidad, comenzó en 1958 con el triunfo de Arturo Frondizi en la Nación y Carlos Sylvestre Begnis en la provincia quienes tomaron la decisión política de industrializar la provincia y el país, con particular énfasis en la industria automotriz, decisión que impulsó a un grupo de santafesinos a asociarse e invertir sus ahorros en acciones de la empresa, de la que compraron acciones.
Con la puesta en marcha de la fábrica de Sauce Viejo, estimaban, iban a instalarse unas 100 empresas subsidiarias e iban a colocarse acciones entre inversores de la ciudad por un monto del 10 % de la inversión total; que en cinco años iban a fabricarse 6.000 autos anuales y que iban a exportarse a Chile, Bolivia y Paraguay.
En 1965, a cinco años de su construcción, la planta contaba con una superficie cubierta de 38.000 m2, una potencia instalada en maquinarias de 3500 kw y empleaba a 1500 personas. Podía producir hasta 25 unidades diarias. Ese año se produjeron 5494 unidades y sumaban desde que se inició 27.571 unidades de los modelos sedán cuatro puertas, rural, sedán dos puertas y utilitarios.
DKW fabricó unos 33.000 autos hasta 1969 y llegó a emplear a 1500 trabajadores. En enero de 1969 los dueños de la DKW admitieron estar en negociaciones para venderle la planta a Fiat donde en la década siguiente fabricó camiones, motores y tractores, hasta su paralización a fines de la década del 70 y principios de los 80.
Desde entonces hubo algunos proyectos industriales y urbanísticos para esos terrenos, a mediados de los 90 se quiso lotear para hacer un country, pero ninguno avanzó más allá de una idea. Hoy solo quedan las paredes sin techo de lo que fueron las naves de la automotriz y la fábrica de camiones y tractores, que de alguna manera nos recuerdan los tiempos de una Santa Fe industrial y próspera que, adaptada a los tiempos, poco a poco está recuperándose.
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