Por Ignacio Hintermeister
Los servicios de agua y cloacas aumentaron 60% en la provincia; en capital y gran Buenos Aires piden 32%, lo que supone más subsidios a financiar desde todo el país.
Por Ignacio Hintermeister
La presidenta de Agua y Saneamientos Argentinos (Aysa), la empresa nacional que presta servicios de agua y cloacas a la ciudad de Buenos Aires y a 26 distritos de la provincia que gobierna Axel Kicillof, pidió aumentos del 32% acumulados (20% en agosto y 10% en octubre) para las facturas de este año.
Eso significa que el resto del país seguirá financiando con crecientes decenas de millones, las prestaciones en esa región. No es un fenómeno nuevo; para inicios de 2019 ese "rojo" era de unos $15 mil millones en 12 meses.
La esposa de Sergio Massa reconoció que con el aumento que pide para las facturas de Aysa, se incrementará "a menor velocidad" la necesidad de subsidios nacionales, que hoy cubren 69% del costo operativo de esa empresa, sin contar obras.
Visto desde el bolsillo santafesino, eso significa que un provinciano con servicio de Aguas Santafesinas afrontará en la capital provincial o en Rosario -cuando se aplique el 60% de aumentos de este año- facturas promedios de $750 por mes, y al mismo tiempo pagará en parte las facturas de los porteños y del conurbano.
Hoy un ciudadano con servicio de Aysa paga $485 y Galmarini -socia de Máximo Kirchner en el flamante Frente de Todos que se constituyó en Buenos Aires, mientras se rompe a nivel nacional- pide 30% de incrementos este año. Como el atraso es grande y la inflación más veloz, lo que pide son más subsidios nacionales.
En Santa Fe, las facturas cubren el 50% del costo operativo de la empresa de aguas y cloacas que presta servicios directos a 15 distritos (más otros 30 mediante acueductos), mientras el Tesoro provincial aporta el resto y todo lo que hace falta para obras de mantenimiento.
Pero el mismo santafesino que paga más caro que el bonaerense por el servicio, ayuda a pagar con sus impuestos el 69% de la facturación de la empresa que administra Galmarini, que tiene además del Tesoro nacional (también financiado por todo el país) el subsidio para las obras que se ejecutan como en ningún otro distrito.
Mientras los gobernadores de Santa Fe o Córdoba "corren de atrás" el subsidio al boleto de colectivos que beneficia a usuarios del Área Metropolitana del Gran Buenos Aires, el "gobierno loteado" de la Nación privilegia al entorno de la Casa Rosada y al conurbano bonaerense.
Para tener una idea de la magnitud del "despropósito federal", se puede mencionar que en 2021 Aysa recibió $124.399 millones (valores corrientes) en transferencias de capital (obras), casi 13 veces lo que recibió toda la provincia de Santa Fe por el mismo concepto en 2021 en su distrito y por todos los rubros.
Macri (también) lo hizo
Acaso el problema de la concentración de recursos en el Amba tenga una significativa impronta kirchnerista por estos días, pero no es exclusiva si se sigue la historia reciente de Aysa. El "sistema riachuelo" fue encarado por la administración Macri y se completa por estos días; supone $95 mil millones -siempre pagados por el Tesoro nacional- para desagües cloacales. Es cierto que es un servicio para 4,5 millones de personas, pero el problema no es la cantidad sin el reparto del costo de financiamiento.
Redistributivo a la inversa
Malena Galmarini planteó a aguas y cloacas como servicios públicos y derecho humano. "Debieran ser universales", dijo la funcionaria bonaerense. Bajado a la realidad sociopolítica, el sistema de redistribución que propone la administración kirchnerista es en realidad un reparto de roles en el que los bonaerenses -ricos de Recoleta o pobres de La Matanza- reciben el beneficio que paga todo el país, pobre o rico.
Aysa invertirá en tarifa social $937 millones este año (a lo Robin Hood), pero no menos cierto es que en parte eso -y el 69% del costo del servicio de de Aysa- se paga con impuestos incluso de pobres del resto del país (Hood Robin).
Si hay desproporcionado populismo en el entorno inmediato de la Casa Rosada, se entiende que los gobernadores del Norte Grande pidan ahora el beneficio de "zona caliente" para reabajar tarifas eléctricas por mayor uso de aire acondicionado. Eso compensaría el beneficio de "zona fría" con subsidios al gas por iniciativa de Máximo Kirchner.
¿Y con qué plata se financiaría eso? Como en el relato de Malena Galmarini en su presentación de la audiencia pública, ese es un argumento ausente. Son millones inversamente proporcionales al realismo fiscal.
De La Matanza a Santa Fe
En obras "a valores históricos", según reconoció durante la audiencia por el aumento de tarifas de Aysa, la administración de Malena Galmarini ejecutó obras financiadas por la Nación por $ 86 mil millones en 2019, $ 82 mil millones 2020 y $105 mil millones en 2021.
Para este año prevé ejecutar otros $ 214 mil millones presupuestados, en un país sin presupuesto, siempre con recursos nacionales. Es cierto que la Nación también invierte en Santa Fe, pero la comparación de las cifras hablan por sí solas; $ 7200 millones para plantas de acueductos en Rosario y $ 4.200 millones para la potabilizadora en la capital provincial. Eso mientras Omar Perotti y Juan Schiaretti buscan créditos en Kuwait para acueductos.
Si la huella fiscal de las decisiones nacionales no resultan todavía obvias, sólo la comparación con la inversión en la planta depuradora de Laferrere -léase cloacas para La Matanza- supone una asignación de $32 mil millones para una obra que está a punto de comenzar. A eso se suman obras como la planta depuradora de Hurlingam -a punto de finalizar- con una inversión de $2.200 millones, o la de Las Catonas (en licitación) por $11.500 millones.
U$S 30 millones costó el edificio corporativo de Aysa que la administración de Malena Galmarini compró con recursos nacionales.