Por Juan Franco
Aun bajo pandemia y con importaciones limitadas, el empresario santafesino, Esteban Boyle Imperiale, estima una comercialización a nivel nacional de más de 400 mil unidades en 2022. Y cree que el acuerdo con el FMI ayudará a equilibrar la balanza comercial, normalizar la actividad e incentivar inversiones en el sector. Además aseguró que la compra del 0 km sigue siendo una inversión ventajosa.
Por Juan Franco
En el sur santafesino, una de las concesionarias automotrices más tradicionales es Matassi e Imperiale SA, con la representación oficial de Volkswagen en Venado Tuerto y la región, y nadie mejor que el presidente de la firma, Esteban Boyle Imperiale, para evaluar las perspectivas del sector en el flamante 2022, luego de dos años signados por la pandemia de coronavirus.
“En un análisis global, observamos que las fábricas continúan con inconvenientes por contagios masivos de Covid-19 que obligan a detener los procesos productivos. También el año pasado influyó el incendio de una de las más grandes fábricas de microchips del mundo, con sede en Japón”, recordó Boyle, y para dimensionar la importancia de estos componentes, precisó que el VW Gol tiene incorporados 1.200 microchips. Y amplió el concepto: “Además de los impactos globales, en Argentina sufrimos por la falta de dólares para la importación, que a veces impide que los productos nacionales puedan terminarse con insumos que sí o sí deben adquirirse en el exterior, con lo cual se resiente la producción y se originan demoras”.
Luego comentó el empresario que hoy Volkswagen tiene en la Aduana unos 10 mil automóviles inmovilizados porque el Gobierno, ante los desequilibrios de la balanza comercial y la escasez de dólares, no otorga los certificados del Sistema Integral de Monitoreo de Importaciones (SIMI). “Todas las marcas sufrimos el mismo problema y estamos resistiendo con productos de fabricación nacional. Ya en 2020, importados (en su mayoría de Brasil) y nacionales, se repartían en mitades, y en 2021, la distribución de patentamientos fue un 30% brasileño y un 70% nacional”, describió. Y agregó: “Nosotros, por ejemplo, fabricamos en Argentina la pick-up Amarok y el SUV Taos, unidades con mucha demanda en el exterior -en este caso sí le conviene al Estado para favorecer el ingreso de divisas-, y a eso hay que sumar una demanda sostenida del mercado interno, que no es casual, porque la capitalización a través de un vehículo 0 Km sigue siendo una inversión tentadora, y ni hablar para quien cuenta con dólares ahorrados, ante la brecha cambiaria”.
Buenos augurios
En cuanto a las perspectivas de comercialización, Boyle Imperiale especificó que los patentamientos del mes de enero estuvieron un 14% debajo de igual mes de 2021, pero “la expectativa es superar las cifras del año pasado y redondear unas 400 mil unidades” en 2022. “Soy optimista por naturaleza, y además nos ilusiona saber que nuestra compañía tiene definido un plan de inversiones en Sudamérica y en Argentina en particular, que pronto va a presentar al Gobierno nacional en busca de ampliar sus instalaciones y su producción. Además, el reciente acuerdo con el FMI favorecerá los emprendimientos de este nivel, porque una macroeconomía saneada repercutirá en beneficio de todos”, auguró.
Por otra parte, destacó la apuesta de Volkswagen a los SUV (vehículo utilitario deportivo), tales como el Nivus, el T-Cross, el Taos (fabricación nacional) y la Tiguan, y señaló que no es casual, dado que la compañía de origen alemán estima que, hacia 2025, entre el 35 y 40% de los nuevos patentamientos corresponderán a distintos modelos de SUV. “También tendremos novedades en pick-up y automóviles de la marca a lo largo de los próximos meses, además de una doble cabina de menores dimensiones, llamada a competir en el segmento de la Oroch y la Toro en 2023/24", acotó.
Haciendo cuentas
Sobre el ritmo de aumento de precios de automóviles nuevos, Boyle simplificó: “En promedio, el aumento mensual promedio es cercano al 5%, en línea con el índice de inflación anual”. Y esto despierta dolores de cabeza a la población en general, y peor aún a los más confiados que, por ejemplo, venden el usado y después no consiguen el 0 Km. Con dos meses de espera, el auto nuevo ya vale el 10% más”, advirtió. También contó que las concesionarias esperan recibir el usado (cuando forma parte de la operación) para entregar el 0 Km, “todos estamos en la misma, haciendo malabares para no descapitalizarnos. Aun así, todos los concesionarios fuimos perdiendo stock, porque los autos se fueron patentando y no recibimos 0 Km en la misma proporción”.
En este sentido, respecto de los cuestionados “sobreprecios”, interpretó que es un fenómeno asociado en gran medida a las demoras en la entrega. “Cuando se hace el boleto, recién se fija el precio al momento de facturación de fábrica, porque un retraso de 90 días implicaría un costo adicional del 15 por ciento”, justificó, más allá de las especulaciones que suceden en todos los rubros de la economía cuando los productos escasean.
Con el campo como aliado
Incluso en un escenario nacional delicado, Matassi e Imperiale SA, con sede en Yrigoyen y Francia y área exclusiva de usados sobre ruta 8, tiene la fortaleza de estar consolidada en una zona núcleo del agro, donde “hay mucha demanda de pick-ups, como la Amarok”. Además, se caracteriza por un eficiente servicio de posventa, atendiendo vehículos de una amplia región, que abarca Santa Fe, Buenos Aires y Córdoba. “Siempre me gusta destacar que somos la única concesionaria local con capitales genuinos de Venado Tuerto, fundada el 15 de mayo de 1945 entre Roberto Imperiale, Roberto Matassi y un grupo de amigos accionistas”, exaltó Boyle Imperiale.